Rubén Baraja se despidió de Mestalla, hasta el próximo curso, con un disgusto de los grandes. El técnico, que aspiraba a despedir el curso en Mestalla con buenas sensaciones después de un año de ilusión por Europa pese a la juventud e inexperiencia de la plantilla, se marchó de vacío y con otra derrota que prolonga la mala dinámica del equipo: 1/18 en los últimos seis partidos y una sensación que además del ‘Pipo’ también tiene el equipo: el tramo final del curso «no refleja» lo que ha sido en su conjunto la temporada valencianista.
«Ha sido un día… no sabría cómo catalogarlo. Ha sido extraño. Habíamos estado toda la temporada con nuestra gente detrás, han sido muy importantes toda la temporada. Ha sido todo descafeinado. Es un día para olvidar por muchas cosas. Hay que asumirlo y ya está. Estamos aquí también para los días malos», dijo inicialmente un Rubén Baraja que echó en falta el apoyo de la grada.
Al ser cuestionado sobre el aspecto de la grada, con claros porque muchos valencianistas se quedaron en la Avenida de Suecia protestando por la gestión de Meriton que poco a poco ha ido empequeñeciendo al club, el míster fue claro: «Yo no me dedico a explicar el motivo de que se queden fuera. Esa pregunta la debe contestar el club, yo me dedico a entrenar y puedo hablar del juego y del partido», aseguró un técnico visiblemente ‘apagado’. De hecho, Baraja reconociñó su ‘tristeza’.
«Me marcho triste. Me hubiera gustado otro final, pero el fútbol tiene esto. Son cosas que te sirven para ponerte en contexto y valorar la temporada del equipo», aseguró. Para Baraja, la clave del ‘apagón’ del equipo en el último tramo ha sido la falta de «acierto». «Es la diferencia del fútbol y no hemos tenido ese acierto para sumar en estos partidos».