Durante el mandato de Peter Lim en el Valencia, desde el año 2014, la entidad ha declarado en sus cuentas anuales un resultado financiero negativo acumulado de 35,748 millones de euros: «Sin embargo, la cuenta de ingresos financieros recoge 138,219 millones con el siguiente detalle: 17,543 por actualización financiera y 120,676 por efecto del valor razonable», afirma el abogado y accionista del Valencia Gaspar Romero a este periódico. Igualmente, en la cuenta de gastos financieros se incluyen un total de 73,716 millones, compuestos por 52,500 por intereses por coste amortizado y 21,216 millones por actualización financiera. «Entendiendo que estas partidas no se corresponden con movimiento de tesorería, quisiera saber a qué corresponden y el detalle de su cálculo», reclama Romero ante la Junta de Accionistas de esta mañana, ya que según su opinión «esta diferencia positiva por 64,503 millones tendría una repercusión significativa sobre la cuenta de resultados que reflejaría un resultado financiero negativo en 100,251 millones y no los 35,748 millones que reflejan en la actualidad las cuentas anuales».
«Recordemos que el Valencia tiene préstamos y pólizas concedidos por Caixabank, Rights & Media, sin olvidar los pagarés para afrontar los salarios de los jugadores, e incluso los intereses del préstamo de la Liga o de los préstamos de Meriton Holdings», añade el abogado.
El cambio de modelo desde 2021
Por ese motivo, ante la celebración este jueves de la Junta General de Accionistas, Romero reclama al consejo de administración presidido por Layhoon Chan una explicación de cómo se ha obtenido el resultado financiero presentado a los accionistas. Ahondando en las necesidades de tesorería del club, el análisis de la cuenta de resultados sustituyendo las partidas que no representan flujo de tesorería por aquellas que sí (amortizaciones por compra de jugadores, el beneficio por venta de jugadores por el importe de la venta, además de las mencionadas relativas al resultado financiero) explicarían, a juicio de Romero, «el cambio de modelo de gestión desde de la temporada 20-21», en la que la compra de jugadores se ha reducido al máximo, con un primer equipo alimentado de canteranos, y en cambio se ha disparado la cifra de ventas. La cuenta de resultados arroja según Romero un problema capital para generar tesorería suficiente «para hacer frente a la deuda del club», solo atacada «por las aportaciones de los socios o la venta masiva de futbolistas».
«La insuficiencia de la cuenta de resultados supone que se haya de recurrir a financiación ajena o a recursos propios como ampliaciones de capital», señala Romero. A colación de dichas ampliaciones de capital que han tenido lugar durante este periodo, el abogado recuerda que «el Consejo de Administración ha propuesto ampliaciones de capital permitiendo que el accionista mayoritario renunciara y no ofreciendo al resto de accionistas o terceros la posibilidad de suscribir el excedente en rondas sucesivas, pese a las necesidades manifiestas del club».
Un problema con relación directa con la gran contingencia que arrastra el Valencia desde hace tres lustros, como la reanudación de las obras de Mestalla. «El Valencia no tiene capacidad para acabar el nuevo estadio. Y Lim no va a financiar ni avalar el proyecto. Queda plenamente demostrado en estas cuentas que el Valencia no tiene capacidad por si solo para atender el endeudamiento» recuerda Romero a este periódico. «Si no tiene capacidad en la situación actual de crisis, difícilmente la tendrá para rematar el nuevo estadio. No es solamente obtener los recursos, es poder devolverlos posteriormente», sentencia.