El músico extremeño Robe Iniesta llega este sábado al pabellón Príncipe Felipe para presentar su cuarto disco de estudio en solitario: ‘Se nos lleva el aire’, un álbum en el que sigue la estela de rock progresivo ya marcada en ‘Mayéutica’. El exlíder de Extremoduro, que está a punto de colgar el cartel de no hay billetes ante un aforo de 7.000 personas, volverá a demostrar en Zaragoza por qué es una de las voces más autorizadas del rock en español. En su último concierto en la ciudad en 2022 ya hizo gala de su gran directo, gracias también a «la mejor banda» que, asegura, ha tenido en toda su carrera.
-Cada vez será más complicado preparar el ‘setlist’…
-Sí, hay tantas canciones ya que ha sido un poco difícil. La frase que más se repetía en los ensayos era ‘¿pero esta cómo no la vamos a hacer?’. Por supuesto tocamos las del disco nuevo, que para eso lo presentamos, pero también de ‘Mayéutica’, de los dos primeros discos y de Extremoduro.
-Para elegir las canciones habrá vuelto a escuchar casi toda su discografía. ¿Ha habido alguna que hacía mucho que no escuchaba y que le ha sorprendido para bien?
-Hemos recuperado varias antiguas de Extremoduro y, como siempre hacemos, las hemos cambiado un poco. ¡Los que vengan al concierto verán cuáles son! Tenemos ganas de volver a Zaragoza; nos sentimos muy arropados allí.
-¿Tardó en decidir el título de ‘Se nos lleva el aire’?
-Bueno, siempre intentas ver lo que hay en común entre las canciones y buscar algo que las represente a todas. ‘Mayéutica’ fue un disco conceptual y eso estaba más claro. Cuando haces canciones separadas entre sí, eso no siempre ocurre, aunque si están compuestas en el mismo periodo de tiempo también pueden tener cosas en común. En este disco vimos que esa idea de vivir el presente y olvidarse del pasado y el futuro podía representar y aglutinar bien estas canciones.
“La gira de despedida de Extremoduro se la cargó Live Nation; ahora poco se puede hacer ya”
-¿Esa apuesta por el aquí y el ahora se debe en parte a que los temas los compuso durante la pandemia?
-El momento en el que compones no siempre tiene que empapar los temas. El confinamiento fue un momento duro; a mí también me trastocó de alguna forma y quizá hizo que me resultara más fácil componer. Pero eso no conlleva que la pandemia se refleje. De hecho, creo que hay varias canciones de este disco que son bastante luminosas. Para mí, el confinamiento fue un tiempo muy productivo a nivel creativo.
-En el tema ‘El poder del arte’ subyace esa idea de la cultura como tabla de salvación que tanto se reivindicó en pandemia.
-Esa fue la última que hice, después de la gira de 2022 y antes de entrar al local a vestir las canciones. Fue un tiempo que me vino muy bien porque no tenía presión. Ya había temas suficientes para el nuevo álbum y en el último momento me salió esa canción, que al principio me pareció una cosa muy rara y que al final es la que más me gusta del disco.
-Y ese tema, por ejemplo, ¿surgió de una melodía o de un verso?
-Es que yo lo hago todo a la vez. Músicas te salen muchas pero no siempre les doy un gran valor. Y escribir sin música no lo hago, porque tener ahí unos cuantos versos escritos no significa mucho. En cambio, con que tenga una sola frase con música, ya pienso que puedo tener algo de donde puede salir una canción. Pero eso, tengo que tener las dos cosas. La letra y la melodía de esas frases.
-¿Cuando empieza a componer ya sabe si una canción será más o menos guitarrera?
-Yo lo que intento siempre es hacer cosas distintas, me dejo llevar y no me preocupo si una sale de una manera u otra. El único filtro que tiene que pasar una canción es que me emocione y lo demás me da igual. Luego el sonido se lo damos más en el local.
-Ha asegurado en más de una ocasión que la de ahora es la mejor banda que ha tenido nunca.
-Así lo pienso. Cada día curramos mejor porque nos conocemos más y podemos probar más cosas y más deprisa. La banda va encontrando ya su sonido propio pero no dejamos de experimentar. Nos lo hemos pasado muy bien todos con este disco. Si no hubiéramos tenido una fecha de entrega aún estaríamos en el local, porque es bien divertido. De hecho, es lo más divertido.
-¿Cómo fue construyendo la banda?
-Al primero que conocí fue a Alber Fuentes, el batería. Él es el que conocía a todos y me fue diciendo si me gustaría incorporar un violón, luego un clarinete… Yo contestaba a todo que ‘de puta madre’, y así, sin negarme a nada, se fue formando la banda un poco de chiripa. La incorporación de Woody Amores sí fue un poco buscada porque hacía falta otra guitarra. Y lo de Lorenzo González (segunda voz) también, porque queríamos darle más importancia a los coros. Su voz impresiona y las canciones han ganado mucho.
-¿Qué le parecen las nuevas formas de consumir música?
-Me sorprende mucho. No acabo de entender que todo el mundo escuche la misma música al mismo tiempo. De repente una canción tiene millones y millones de escuchas y a la semana siguiente pasa lo mismo con otra. ¿Cómo es posible que se pongan de acuerdo tantas personas a la vez? Será cosa del algoritmo ese, pero no lo acabo de entender. Hay muchos temas que tienen más escuchas que las que yo voy a tener en toda mi vida. Aunque muchas de esas que tienen tanto éxito parece que son como canciones de usar y tirar, como si fuera una cadena de montaje.
-¿Sigue la actualidad del rock en español?
-Poquito. A veces sí escucho música pero hay temporadas que prefiero ni ponerme otros grupos para no contaminarme. Sobre todo cuando estoy componiendo o cuando ya estamos en el local de ensayo.
-Usted es una excepción, pero el rock cada vez se aleja más de las listas de éxito…
-Bueno, yo creo que el rock siempre ha sido para minorías en España. Tampoco pienso que eso haya cambiado tanto. Siempre ha habido otros géneros más mayoritarios: la música pop, la disco… Lo que sí ha cambiado es que cada vez es más difícil montar una banda de rock. Antes las compañías tenían más poder y cuando te fichaban ya tenías casi la mitad del camino hecho. Además, ahora es mucho más fácil que un chaval se ponga a hacer música en su habitación antes que juntarse con otros, buscar un local de ensayo, comprarse los instrumentos… Están saliendo chavales desde su propia habitación a comérselo todo.
-¿Ya está componiendo nuevas canciones?
-Ahora que la gira ya vuela sola será el momento de empezar a hacer cosas. Sobre cómo van a ser no tengo ni idea. Los dos últimos discos son más guitarreros que los primeros porque está Woody, pero yo estoy abierto a todo y cuando me pongo a componer no sé cómo sonarán al final esas canciones.
-Muchos artistas hablan de esa ‘autopresión’ a la hora de componer. ¿También le ocurre?
-Yo tuve una época en que me quedé varios años en blanco sin poder componer nada y no sé por qué fue. No sé si era porque me ponía el listón muy alto, pero la verdad es que no me gustaba nada de lo que hacía. Obviamente hay que huir de esa presión y no pensar que tienes que sacar siempre la puta maravilla del mundo.
-¿Llegó a pensar que ya no servía para esto?
-Claro que lo piensas. Es que fueron cuatro o cinco años… Cada día te preguntas, ‘¿qué pasa, yo ya no sé hacer esto o qué?’. Fue una época jodida porque no dejaba de intentarlo… me ponía con la guitarra y no salía nada. Pero es que no hay un manual. Fue duro porque hacer temas nuevos es lo que más me realiza.
“La música no la dejaré nunca, siempre seguiré haciendo canciones”
-Ojalá falte mucho para eso. Pero, ¿si algún día dice adiós a los escenarios, seguirá haciendo canciones?
-Las giras son cada vez más exigentes, pero intento no pensar mucho en eso. Lo que sí tengo claro es que la música no la dejaré nunca. Siempre seguiré haciendo canciones. Mientras salgan, claro, que eso nunca se puede asegurar (ríe).
-En 2009 escribió su primera novela ‘El viaje íntimo de la locura’. ¿Habrá más?
-No lo sé. Con las cosas creativas nunca planeo nada. Pero no me importaría. Si algún día surge la chispa necesaria por mí encantado. Es una forma de creación muy agradecida. Porque cuando escribes poesía o canciones el momento de creación es muy corto, pero cuando abordas una novela ese proceso dura mucho y lo disfrutas durante más tiempo.
-¿Habla de vez en cuando con Iñaki ‘Uoho’ Antón? ¿Mantienen la relación?
-No. Hace mucho tiempo teníamos una relación puramente profesional y como ya no hay nada profesional que hacer, pues ya no hay contacto.
-Así que retomar esa gira de despedida de Extremoduro se antoja harto complicado…
-Lo de la gira se lo cargó la promotora Live Nation por no esperar a que se acabara la pandemia. Ahora ya poco se puede hacer.
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