¿Alguien conoce a Ederzito António Macedo Lopes? No mientan. Efectivamente, se puede deducir que se trata de un hombre portugués o brasileño, por el nombre. Sin embargo, aunque parece totalmente anónimo, fue el ídolo de un país entero que alcanzó la máxima gloria en el año 2016.
Concretamente, fue en la noche del 10 de julio, en el Stade France. Portugal se medía a Francia en la final de la Eurocopa. Cristiano Ronaldo era la estrella de un combinado que, con futbolistas veteranos como Nani, Pepe o Rui Patricio, y la ilusión de las jóvenes promesas, como Renato Sanches o Raphaël Guerreiro, estaban a un partido de levantar su primer título internacional.
Aunque el hombre que escribió su nombre en los libros de la historia del fútbol fue otro, Ederzito António Macedo Lopes, conocido por todos como Éder. ¿Ahora sí? Alto, aparentemente tosco y con un peinado peculiar, con unas rastas imponentes, fue el autor del mísil que Hugo Lloris no pudo frenar en el minuto 109 y que sirvió para regalarle la Eurocopa a un Cristiano que vio el partido desde el banquillo por su lesión en el minuto 25.
Tras esa diana, la carrera del ‘Bicho’ siguió por todo lo alto, pero para Éder, el tiempo se paralizó aquella noche del 10 julio de 2016. Todo el mundo empezó a perderle la pista. De nuevo, no mientan. ¿Saben qué fue del ídolo de Portugal después de la Eurocopa?
Cinco países y ocho equipos
Nacido en Guinea–Bisáu (22 de diciembre de 1987), Éder, ya retirado desde hace dos años -sí, esa no se la esperaban-, es el ejemplo perfecto de un trotamundos en el fútbol. Portugal, Inglaterra, Francia, Rusia y Arabia Saudí. Cinco países en los que defendió a ocho equipos distintos. 432 partidos y 92 goles. Pero solo se le recuerda por uno, el de la final de la Eurocopa, a la que fue convocado de milagro, por cierto.
Antes de ese gol en el Stade France, Éder llevaba 10 años buscándose la vida para triunfar. Tras jugar en varios clubes de su país y dar sus primeros pasos en la élite (Oliveira do Hospital, Tourizense y Coimbra), dio el primer gran paso de su carrera: firmar por el SC Braga. Allí empezó a explotar como un goleador nato, marcando 16 goles en 21 partidos en liga la temporada 2012-13. Su siguiente curso, algo más diluido, no evitó que el Swansea City se fijara en él.
Convocado a última hora
La aventura en tierras inglesas fue un completo desastre: ni un solo gol y en enero se lo sacaron de encima cediéndole al Lille. Éder estaba notando el ´frío’ que hacía lejos de casa. Por suerte, en Francia, volvió a reencontrarse con el gol y se ganó un sitio en la convocatoria de Fernando Santos (seis goles y cuatro asistencias desde su aterrizaje). Llegaba como suplente de un ataque en el que no había espacio para él, pero se acabó pegando en el pecho la etiqueta de héroe.
Llegó a la gran cita en Francia cuestionado por todos. No entendían qué hacía su nombre en la lista de Santos. Portugal pasó de ronda como mejor tercero en un grupo muy asequible, junto a Islandia, Austria y Hungría, sin ganar ni un solo partido (empataron los tres). En octavos, eliminaron a Croacia en la prórroga (0-1), en cuartos, a Polonia en los penaltis (1-1) y en la semifinal a Gales (2-0). Tocaba la anfitriona, Francia, en la final. Lo cierto es que muy pocos les daban opciones de conquistar el título.
Cristiano, lesionado en el minuto 25
Si ya se intuía complicado, todo se torció aún más cuando Cristiano Ronaldo abandonaba el terreno de juego en el minuto 25 por problemas físicos, pero los de Santos resistieron durante los noventa minutos y se llegó al tiempo extra. Éder había saltado al campo en el minuto 79, sustituyendo a un Renato Sanches que completó un torneo espectacular. Y llegó el minuto 109.
Seguramente, todos vieron el gol menos el protagonista. Éder no necesitó levantar la cabeza. Tenía dibujados los tres palos en su mente. Parece que se hizo futbolista para ese preciso instante. Le pegó con el alma, desde 25 metros. Sonrió sin quererlo, como el que sabe que está cumpliendo con su deber. Ni Eusébio, ni Futre, ni Rui Costa, ni Figo, ni Deco, ni Cristiano. Tenía que ser él. Éder le regaló a Cristiano Ronaldo su ansiado título con Portugal y a Fernando Santos el honor de ser el primer seleccionador en guiar a los lusos hacia un título internacional.
Tras la Eurocopa, desaparecido en combate
Después de ese momento de gloria, Éder continuó con su disimulada carrera, que se fue diluyendo poco a poco. Para él, no existió el empujón de la Eurocopa. Alcanzada la treintena de edad, se fue al Lokomotiv de Moscú, donde ganó la liga, pero no firmó unos registros muy destacables. Allí estuvo dos temporadas más, hasta el 2021, cuando se quedó sin equipo.
Finalmente, un año después, en septiembre de 2021, probó suerte en el Al–Raed saudí, donde colgó las botas el verano de 2022, tras marcar seis tantos en 23 duelos. No tenía ni 35 años. Hoy, su nombre vuelve a la mente de todos los lusos. Como sucede cada cuatro años, desde aquella noche del 10 de julio 2016.