Antes de viajar a Dusseldorf para asistir al último partido de la selección en la fase de grupos de la Eurocopa de Alemania (21.00 horas, este lunes, ante Albania), Pedro Rocha Junco (Cáceres, 16 de octubre de 1954) habla en su tierra, en exclusiva para El Periódico Extremadura, del grupo Prensa Ibérica. En un exhaustivo repaso a los últimos acontecimientos, el presidente de la Federación Española de Fútbol se defiende de las acusaciones y dice no entender que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) pida una inhabilitación por seis años por abuso de autoridad a alguien que precisamente “pelea por acabar con la corrupción”.
-¿Qué tiene que decir a la propuesta de inhabilitación del TAD?
-Es el mundo al revés. Me acusan de excederme en mis funciones por tomar decisiones que el mismo Consejo Superior de Deportes pidió, como la rescisión del contrato del anterior secretario general [Andreu Camps], con la que el interesado, además, estuvo de acuerdo. O de que la Federación se personara en la causa que investiga el juzgado de Majadahonda, cuando era un clamor y una obligación para esta casa perseguir cualquier presunta corrupción. También por rescindir el contrato con el comisionado externo [CG Legal], poco después de que su responsable [Tomás González Cueto] fuera detenido. Todo el mundo, opinión pública incluida, demandaba estas medidas. Lo contrario hubiera sido un escándalo.
-¿Se lo esperaba?
-No, la verdad. Además, hay algo peor que todo esto. Estamos en una Eurocopa, con España jugando y ganando. ¿En qué cabeza cabe montar este lío ahora? Tenemos que presentar en unos días el dossier de la candidatura del Mundial 2030 a FIFA, que ya ha dicho que no va a permitir injerencias gubernamentales en las federaciones. Nos estamos jugando organizar el Mundial 2030.
-¿En algún momento se le ha pasado por la imaginación tirar la toalla en las últimas horas?
-Sé que volvería una y mil veces a tomar las decisiones que tomé para proteger a la Federación de las conductas delictivas que se están juzgando. Y porque estoy convencido de ello, de mi honestidad y de la importancia de este momento para el fútbol español, donde nos jugamos un Mundial y en medio de una Euro, le digo que no se me ha pasado por la cabeza esa opción. Como le he explicado, mis decisiones han ido precisamente buscando frenar conductas inapropiadas y, desde luego dar carpetazo a una etapa del fútbol español que no es precisamente ejemplarizante. Luchar contra la corrupción no puede ser penalizado.
-¿Qué cree que pasará?
-La Federación está tranquila, el fútbol español está pacificado, estamos en la Euro y tenemos un Mundial y vamos a disputar unos Juegos Olímpicos. ¿De verdad que hay motivos para volver al caos y destrozar todo esto? Es insólito y espero que impere el sentido común.
-¿Cree que hay una ‘mano negra’ detrás?
-Mire, en la vida es importante actuar con honestidad e integridad, y además respetar las normas y las leyes. No sé qué intereses hay detrás de este expediente, cuyos argumentos no responden ni al sentido común, ni a la ley, sino más bien a una intención política de intervenir en una Federación que está pacificada, estabilizada e inmersa en una Eurocopa y en la organización de un Mundial.
-El 11 de abril decía a El Periódico Extremadura que solamente le interesaba hablar de fútbol, que era alguien de los campos de barro. Desde entonces han pasado muchas cosas. Pasado el tiempo, ¿sigue pensando lo mismo?
-Sí, por supuesto. Sigo hablando de fútbol. Siempre he sido un jugador de equipo y me he ido adaptando a todas las situaciones. Un día me ponían de mediocentro, otro de mediapunta y otras veces de libre. Tienes que asumir lo que sea.
-Y ahora se podría decir que está de portero, parando…
-Sí, sí. Desde la portería se ve todo el campo. Ahora, evidentemente, el campo es mucho mayor y estamos en un partido en el que tenemos que mover las fichas.
-Fuera del tema puntual que le ocupa en las últimas horas, ¿en la Eurocopa está siendo feliz?
-Soy uno más. El protagonismo lo han de tener los jugadores y el cuerpo técnico, con el míster a la cabeza. Yo aporto lo que puedo: la estabilidad, la tranquilidad y, como he dicho antes, ser alguien más de este grupo.
-¿Quiere decir con ello que su posición, en realidad, es la misma que la de hace casi dos meses y medio?
-Sí. Hablo de fútbol, no de política.
-Entonces insistía en que estaba limpio, muy limpio.
-Claro. Afortunadamente estoy muy seguro de todo lo que he hecho y el tiempo me va a dar la razón. Por eso trabajo con esta fuerza.
-Antes de la propuesta de inhabilitación del TAD del viernes, ¿ha temido por su credibilidad?
-No, no. Como he comentado en la anterior pregunta, siempre he estado muy seguro de mis actuaciones. He tenido que aguantar una presión que no era justa. Y no solamente yo, sino mi entorno, pero cuando estás en una posición como ésta tienes que demostrar que has hecho todo con integridad. En el argot futbolístico, jugando en la posición de presidente, si quiero estar en Champions o en Primera División, tengo que saber aguantar. Afortunadamente sé aguantar.
-¿Qué tiene que decir sobre el ‘caso Supercopa’ en el que está investigado que no se haya dicho ya?
-Eso no ha pasado cuando yo estaba porque, vuelvo a insistir: el inicio de ese contrato, según tengo entendido, fue en septiembre de 2019. Yo entro como vicepresidente económico en octubre de 2020, con lo que pasan 13 meses en total. Esta comisión económica es un órgano colegiado y todo se ha aprobado colegiadamente. Cualquiera de sus miembros va a decir que ese contrato no ha pasado por allí. El tiempo en el que he estado de presidente de la gestora ha sido muy complicado. Nos pusieron muchos palos en las ruedas, pero hemos conseguido lo impensable: que el mundo del fútbol estuviera unido. Ahí está la prueba con los avales a presidente: las fuerzas se han unido y necesitamos un liderazgo para el fútbol español. La única manera es que vaya todo de la mano.
-Se quedó como presidente de la gestora tras lo del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y su posterior dimisión… ¿lo dudó?
-Uff. Sí. Esto requiere mucho tiempo y estar a la altura. Meterte de presidente aquí sabes que te van a llover críticas, desprestigio personal, pero siempre he luchado por una cosa: mi máxima es unir a la gente. Hablé con la familia, me empujaron también los distintos estamentos del fútbol español y dije: “venga” y me eché para adelante.
-¿Y su familia qué dice?
-Mi familia tiene que aguantar en ciertos momentos cosas complicadas, pero cuando llego por la puerta de mi casa me dicen: ‘tranquilo, que sabemos cómo eres’. Siempre medito bien cada decisión, y esta no fue una excepción. Para mí hubiera sido mucho más cómodo estar en mi casa, volver a mi empresa y apartarme de todo esto. Pero lo he dicho antes y lo repito: asumí esa responsabilidad por compromiso y por lealtad con la institución, las mismas razones que me impulsan ahora.
-Lo primero que hizo fue firmar la paz federativa con Javier Tebas. ¿Eso, en el fondo, era romper con los pasos de Rubiales?
-Es así. He hecho todo lo contrario a lo que hizo Rubiales. Hay algunos que me han tildado de ‘rubialista’ y soy todo lo contrario. A mí me gusta la paz, la unidad, seguir un camino: que la gente del fútbol solamente hable de fútbol. No me he enfrentado a nadie. Prefiero el diálogo antes que la división. Cuando hablo de la importancia de generar un clima de estabilidad y tranquilidad en el mundo del fútbol, no son solo palabras vacías. Es que lo creo firmemente. Y no creo que un enfrentamiento entre la Liga de Fútbol Profesional y la Federación Española sea bueno para nuestro fútbol. Por eso, cuando he tenido la responsabilidad en la toma de decisiones he dado ese paso para acercar posiciones, porque ese clima de entendimiento es bueno para todos.
-Desde el 2013, cuando se presentó a presidente en Extremadura, tiene a Miguel Galán, presidente de Cenafe, culpándole de irregularidades. ¿Usted qué dice al respecto?
-A este señor no le puedo emplear un solo segundo. Es la antítesis mía. A él le gusta desestabilizar y a mí todo lo contrario.
-¿Pone la mano en el fuego por sí mismo?
-Pongo las dos manos. Soy una persona honesta y honrada. Lo saben muy bien quienes me conocen. Espero que aquellos que ponen en duda mi gestión o acciones puedan darse cuenta de ello. Jamás he cometido ninguna irregularidad. Saben que yo vengo de los campos de tierra, y lo pueden preguntar por donde he pasado. La honradez y la transparencia es lo primero para mí siempre.
-¿Se va a presentar a las elecciones que debe haber tras el verano… si puede?
-Ahora toca trabajar. Cuando llegue ese momento se verá. Cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente… o no.
-¿Cómo se sintió el jueves en el palco del Arena de Gerserkinchen junto al Rey Felipe VI?
-Muy a gusto. El Rey es una persona entrañable, con una normalidad en la conversación muy grande. Bajamos al vestuario a ver a los jugadores. Estaba muy emocionado. Continuamente me estuvo preguntado por ellos. Disfrutó muchísimo con el juego de España, como creo que hicimos todos los españoles. He visto que ha habido una audiencia de 8,5 millones de personas en el partido y gracias a Dios conseguimos entre todos que disfrute España.
Mi familia tiene que aguantar en ciertos momentos cosas complicadas, pero cuando por la puerta de mi casa me dicen: ‘tranquilo, sabemos cómo eres’
-¿Hasta dónde cree que puede llegar el equipo nacional en este campeonato?
-Hasta donde nos dejen, pero vamos a por la cuarta Eurocopa. Así lo deseamos, pero siempre respetando mucho a los contrarios.
-¿Qué opina de que el CSD haya nombrado a Vicente del Bosque como presidente Comisión de Supervisión, Normalización y Representación de la RFEF?
-No estoy trabajando con él. La Federación trabaja con los miembros de la Federación. Del Bosque ha sido un gran entrenador y es buena persona. La Federación Extremeña le dio en su día la máxima distinción del fútbol español. Lo único que tengo hacia él son palabras buenas, pero está en una comisión que ha creado el Consejo Superior de Deportes. Me llevo muy bien con él. Afortunadamente somos dos personas en las que impera muchísimo el diálogo y jamás vamos a tener problemas. Encajamos muy bien.
-Ya tiene sucesor en la presidencia de la Federación Extremeña en la persona de Sergio Merchán. ¿Qué tiene que decir a ello?
-Muy simple: es un orgullo para mí porque después de once años y de pasar las mismas dificultades de la española, a menor escala, claro, se ha hecho una transición como nunca. Hemos creado un grandísimo heredero. En la Federación Extremeña reina la paz, que es lo que busco también en la Española.