La miopía es uno de los problemas de visión más frecuentes en España. De hecho, la pandemia ha pasado factura a la salud de los ojos de los más jóvenes, convirtiéndose en el defecto visual más común entre los menores de 35 años.
Son datos del ‘Estudio de la Visión en España 2022’, que ha contado con la participación de 2.000 personas mayores de 18 años:
- Ahora hay más jóvenes con miopía y la media de dioptrías también ha aumentado desde 2020: de 2 a 2,5. A nivel general, la miopía afecta al 39% de la población española.
Aunque la mayor parte de los encuestados utiliza gafas para tratar este problema, un 6% de los que la tienen decide operarse. Especialmente para mejorar su calidad de vida y por motivos de salud.
Lentillas de noche para liberar los ojos de día
Las lentillas son otra de las opciones preferidas por los pacientes con miopía, aunque hay otro tipo de lentes de contacto que se usan por la noche y corrigen este defecto visual durante el día. Hablamos de la ortoqueratología.
Sin embargo, como explica a este diario el doctor Salvador García-Delpech, presidente de la Sociedad Española de Contactología, su uso es “muy residual”.
- Son lentillas personalizadas que ejercen una presión sobre la capa exterior de la córnea para cambiar su curvatura y hacerla más plana.
- Así, se obtiene una visión nítida a largas distancias. Se emplean durante la noche para ver bien durante todo el día.
Pero, tal y como recalca el oftalmólogo:
- “No son muy prácticas porque la mayoría de los pacientes pierden su efecto al final de la tarde”.
- Además, con esta práctica aumenta notablemente el riesgo de sufrir infecciones.
¿A quién va dirigido el tratamiento de ortoqueratología?
La utilización de este tipo de lentillas está dirigido, sobre todo:
- A pacientes con miopía (los objetos cercanos se ven claros y los lejanos se ven borrosos).
- Pero, también se pueden utilizar para otras afecciones visuales como astigmatismo (visión borrosa de lejos y de cerca),
- Hipermetropía (los objetos cercanos se visualizan borrosos)
- Presbicia.
Está indicado para personas que no pueden usar otro tipo de tratamientos, como las lentes de contacto comunes o la cirugía refractiva.
No obstante, el doctor García-Delpech subraya a este portal que “como norma habitual no recomendaría”. Solo para casos muy específicos, como pacientes que están en procesos para aprobar una oposición y no puedan emplear los tratamientos mencionados anteriormente.
- “En la miopía está demostrado que, bien con lentes de contacto blandas o con cirugía, es posible evitar las gafas. La ortoqueratología queda en un segundo término y siempre bajo el consejo de un profesional de la oftalmología”.
La ortoqueratología es uno de los tratamientos para la miopía menos utilizados, no solo por su complejidad y el poco tiempo de sus efectos (apenas duran un día), sino también por su precio.
- “Está más cerca del coste de la cirugía refractiva (que suele rondar los 1.000-1.500 €) que de las lentes de contacto habituales, por lo que la operación es más resolutiva y con resultados más duraderos”.
La ortoqueratología nocturna, que se empezó a utilizar en la década de los 90, tenía en un principio un objetivo claro: corregir los defectos visuales mediante estas lentillas. A través de un uso durante un determinado tiempo, se podría acabar con este problema en los ojos, pero se ha demostrado que “la córnea vuelve a recuperar su forma anterior”.
- “Si una persona se opera de miopía, las dioptrías no vuelven a aparecer”, señala el doctor, por lo que es una de las opciones más recomendables para aquellos pacientes que son contrarios al uso de gafas o de lentes de contacto, o que precisan de un cuidado muy pulcro para evitar irritación ocular, infecciones víricas y bacterianas y heridas en la córnea.
“Con la ortoqueratología no ves igual por la mañana que por la noche, porque pierde su efecto. Y esto tiene sus inconvenientes: una persona que vuelve a última hora de la tarde de trabajar y tiene que conducir, deberá ir siempre con unas gafas para poder ver bien”.
¿Tiene contraindicaciones?
Como cualquier tratamiento médico, no está indicado para pacientes con:
- Inflamaciones o infecciones en la cámara anterior del ojo.
- Infecciones en la córnea, conjuntiva o párpados.
- Sequedad ocular.
- Diabetes, ya que pueden tener cambios en la sensibilidad corneal.