Ni el Getafe ni la Real Sociedad fueron capaces de escapar del tedio en el que se sumergió el duelo de ambos en el Coliseum que destapó las limitaciones y las precauciones que asumen los dos equipos y que firmaron la paz, sin goles, para salir de la jornada sin mayores daños.
. Tres de tres y solo un gol en su mochila. No ha perdido pero el paso por la clasificación es lento, pausado. Lastra ya ocho encuentros sin conocer la victoria el conjunto azulón. Cinco derrotas en sus últimos cinco encuentros del pasado curso más los tres encuentros del actual ejercicio.
Aún así, puso más de su parte para obtener un premio mayor que la Real Sociedad, que languidece en lo que va de temporada dañado por las sensibles bajas respecto a la pasada campaña. Sin solución hasta el momento, careció de ambición en el Coliseum para salir de la parte baja de la clasificación. Acostumbrado en los últimos cursos a una plaza europea, transita a duras penas con un solo partido ganado de cuatro que ha disputado.
No pudo disimular la resignación que le acompaña en este arranque de temporada donde aún no ha encontrado ni el ritmo, ni el juego de antaño.
Apenas hubo producción ofensiva durante gran parte del partido. Mientras las fuerzas estuvieron equilibradas el tráfico predominó casi siempre en el centro del campo pero con excesiva lentitud y sin continuidad.
No hubo un dominador claro hasta que el partido se rompió. Hasta ese momento, el Getafe, que lastra evidente carencias en la zona de ataque, con Borja Mayoral aún fuera de concurso y con el recién fichado el uruguayo Álvaro Rodríguez lesionado, prefería mantener precauciones que dar un paso al frente y arriesgar.
En un tiro lejano de Carles Pérez que rozó el palo izquierdo de Alex Remiro sintió peligro por única vez antes del descanso el cuadro de Imanol Alguacil. Es consciente de sus limitaciones de plantilla el Getafe y asume su condición. Más extraño es ver este panorama en la Real Sociedad. Debilitada por las marchas de renombre en su plantel, aún no ha dado con la tecla Alguacil, lejos del nivel de años anteriores cuando sometía durante muchos minutos a sus adversarios.
Da la sensación de estar en construcción aún el conjunto txuri urdin. No tuvo ritmo y se contagió de la lentitud que implantó su adversario. Rozó el gol el nigeriano Umar Sadiq al que le faltó un centímetro o mayor intuición para llegar a un balón puesto por Sergio Gómez desde la izquierda que no acertó a golpear en línea de gol.
Acusó la marcha de Brais Méndez, lesionado y sustituido a la media hora, pero también el desparpajo habitual de Takefusa Kubo, desaparecido o la autoridad de Martin Zubimendi.
A pesar de la precariedad del plantel puso más de su parte el conjunto azulón que tiró de voluntad y de su juego directo para arrinconar a la Real. Más intensidad, como demanda su técnico. Con intentos de Chrisantus Uche y más presencia de Luis Milla.
Debutó el islandés Orri Steinn Oskarsson, flamante refuerzo, de última hora en el mercado, pero el plantel visitante apenas lo notó. Fue uno de los seis cambios que en una hora realizó Imanol Alguacil. El de Zuleldia fue por una conmoción en la cabeza.
Desde lejos, como solución, probó el paraguayo Omar Alderete. Remiro intervino bien y negó el gol al Getafe. Zubimendi se interpuso dos veces en intentos seguidos, en disparos al borde del área, de Peter Federico y de Carles Aleñá.
Con Peter Federico y, después, con el canterano John Joe Patrick, buscó más velocidad por las bandas Bordalás. Puso más de su parte el Getafe en la segunda mitad pero no encontró la manera de alcanzar situaciones claras de gol ni de romper un partido abocado a la nada.