El tenista español Rafa Nadal se despidió ayer de su andadura en el torneo de Roland Garros, segundo ‘Grand Slam’ de la temporada, después de no poder superar el duro examen del alemán Alexander Zverev, ganador de un bonito duelo en tres sets por 6-3, 7-6(5), 6-3 y tras más de tres horas de partido.
El 14 veces campeón del ‘grande’ parisino no pudo sorprender a uno de los jugadores más en forma del momento, número cuatro del mundo y que llegaba a París tras ganar el Masters 1.000 de Roma. Ambos se reencontraban en el mismo escenario donde se vieron las caras, en 2022, entonces en unas semifinales marcadas por la grave lesión del de Hamburgo que le terminó por dar el billete al balear, posterior campeón.
«Si ha sido mi última vez, la he disfrutado. Espero veros otra vez, pero no lo sé», confesó el de Manacor a pie de pista de una Phillipe-Chatrier volcada desde el primer momento con el 14 veces campeón que bajo la atenta mirada de Carlos Alcaraz, Novak Djokovic o Iga Swiatek ofreció una buena versión, muy mejorada respecto a Roma, pero insuficiente ante un Zverev muy sólido y apoyado en un gran servicio y en su demoledor revés a dos manos, que se convirtió en el tercer jugador en batir al ‘rey’ de Roland Garros tras el sueco Robin Soderling y ‘Nole’.
Nadal fue mucho más reconocible en su juego, con el que fue de menos a más tras un flojo inicio que le terminó por costar el primer parcial. Pero aunque no pudo remontar el break que encajó en blanco en el primer juego y también cedió por segunda vez su saque para entregarle el set a su rival, su tenis ya había empezado a carburar y pese a la derrota en tres parciales, acabó con 34 golpes ganadores, diez menos, eso sí, que el de Hamburgo.
Era el primer partido del campeón de 22 ‘Grand Slams’ al mejor de cinco mangas desde que cayese en la segunda ronda del Abierto de Australia. El rival era el de mayor nivel que había tenido desde su regreso y además en un momento de madurez tenística que le ayudó a sujetar las emociones que rodeaban a una pista central, donde encontró la ‘ayuda’ de su cierre para darle unas condiciones más favorables.
«No he tenido malas sensaciones»
Tras el partido, Nadal aseguró que se marcha de Roland Garros «en paz» consigo mismo, habiéndose demostrado que está «listo para más». «No he tenido malas sensaciones. Me he demostrado que estoy listo para más de lo que he hecho, que ha sido caer en primera ronda», aseguró el español.
Pesa a ello, afirmó que tuvo sus opciones en el partido y que sintió que por momentos hacía buen tenis, aunque insuficiente para batir a un rival de la talla de Zverev. Sobre su futuro, Nadal aseguró que se da de plazo hasta los Juegos de París para ver si está en condiciones de seguir: «Ahí haré un balance, veré cómo estoy a todos los niveles, de motivación, físico,… y tomaré una decisión».
El español consideró poco probable que vaya a disputar la temporada de tierra batida, porque «sería poco inteligente hacer la transición al césped para regresar después de nuevo a la tierra batida para los Juegos.