Será la prueba de fuego. Esta sí, la real, ni trampa ni cartón. Tras el esfuerzo de más de tres horas ante Pedro Cachín, otro partido en 24 horas. Palabras mayores para un Rafa Nadal que este martes ante Jiří Lehečka pondrá a prueba su físico, ese que tantos quebraderos de cabeza le ha dado en los últimos dos años, jugando dos días consecutivos (no antes de las 21.30; Movistar y TDP).
“Mañana (este martes) veremos cómo estoy, pero ahora mismo estoy contento. No sé cómo me voy a levantar a nivel de fatiga, pero no siento que me haya hecho daño y eso es lo más importante. Físicamente está claro hay que mejorar en muchos aspectos, pero he aguantado, así que bien”, explicaba apenas unos minutos de acabar el choque de tercera ronda, en el que volvió a jugar tres sets, algo que no hacía desde el US Open de 2022.
Casi dos años sin grandes esfuerzos. Fue en agosto de 2022 en Wimbledon donde empezó el calvario con el abdominal que no le ha permitido disfrutar del tenis desde entonces. Ese abdominal que se resintió en Australia a principios de 2023, que tantos quebraderos de cabeza le ha dado y que este martes se pondrá a prueba, junto al resto de su cuerpo.
“No es solo un problema de lesiones. He estado casi dos años sin jugar. Desde Wimbledon 2022 solo había jugado ocho partidos hasta que llegué a Barcelona hace un par de semanas”, se explayaba Nadal, que asumía que, a sus 37 años, “es difícil de predecir para mi como va recuperar el cuerpo” tras la paliza y sin apenas tiempo de descanso: “No he hecho sesiones de tres horas entrenando para proteger mi cuerpo. Es impredecible y hay que aceptarlo”.
Aún así, el balear quiso poner por encima de los miedos las sensaciones positivas de los últimos días, en los que ya acumula tres partidos y va camino del cuarto, más de los que pudo jugar en todo 2023. “Hace tres semanas y media, estaba en Manacor casi sin poder sacar y moverme, perdiendo con los chicos de la academia día tras día. Ahora estoy con los chicos del circuito otra vez. Y ganando. Hay un avance, y se tiene que valorar de forma positiva” recalcaba el balear, que hace un par de semanas en el Conde de Godó que no estaba para trotes de tres horas y ahora, en Madrid, y tras las buenas sensaciones, se ve para seguir dando pasos en su evolución hacia Roland Garros.
“Asumir riesgos”
“En el tercer set mi físico no estaba peor que en el segundo y el primero, he podido hacer lo que necesitaba. No a un nivel fabuloso, pero sí superior. Ir asumiendo riesgos, y que seas capaz de asumirlos… para mí es positivo. Todo son pequeños pasitos hacia adelante que uno tiene que ir dando, y soy consciente de que mañana necesito más. Espero poder darlo”.
Para lograrlo, contará con algo más de 24 horas para recuperarse. El torneo agendó su partido para el último turno de la pista central, de noche y coincidiendo con la semifinal de Champions del Madrid y el Bayern, en una hora que Nadal siempre ha tratado de evitar porque las condiciones a esa hora se adaptan mejor a jugadores pegadores como, casualidades del destino, su rival esta noche. Aún así, en esta ocasión, lo asumió como el mal menor.
“Me parece bien, desgraciadamente es una hora que no es la que me habría gustado, pero dadas las circunstancias de hoy, lo más prudente es jugar a esa hora en vez de a las 16.00. Había dos opciones, el torneo ha elegido esa, y yo estoy de acuerdo. Lo malo es que me coincide con otra cosa… (entre risas, por el partido del Real Madrid)”.
No lo verá Nadal, que huyó del papel de favorito ante Lehecka. “Sí, me sorprendería ganar, y más después del partido de hoy. Juego contra un jugador de muy alto nivel, tiene un saque muy potente y golpes desde fuera de la pista. De Miñaur (al que ganó en segunda ronda) está en un ranking superior, pero la calidad de bola de Jiri es otro paso, con lo cual veremos. Ganar hoy no me ha sorprendido tanto, ganar mañana creo que sería un paso más“, analizaba el balear, para el que “competir ya significaría mucho. Si mañana estoy competitivo, pase lo que pase será un éxito”.