Otra leyenda del fútbol traspasa a la inmortalidad. Franz Beckenbauer “falleció pacíficamente mientras dormía este domingo” comunicó ayer lunes la familia. Tenía 78 años y llevaba meses alejado de la vida deportiva y pública por un deterioro inevitable de su salud. Deja Beckenbauer tras de sí el recuerdo de un futbolista de comportamiento ejemplar y dueño de un formidable palmarés que siguió ampliando cuando se retiró de los terrenos de juego.
Beckenbauer fue un referente para varias generaciones de aficionados. No solo del Bayern, donde fue santo y seña, desde canterano hasta presidente, sino de aquellos que pudieron ver a ese jugador nacido en Múnich el 11 de septiembre de 1945, que empezó de centrocampista y se convirtió luego en el paradigma del defensa elegante, eficaz en defensa e intuitivo en ataque. Lo que se conoce en términos de modernidad como el zaguero de buen pie que rompe líneas con el pase o las conducciones. El molde lo parió, en la época contemporánea, Beckenbauer, un adelantado de su tiempo, la figura del líbero que ya desapareció.
Duelos de una época
No se concibe una selección de los grandes mitos del fútbol sin la presencia del llamado Kaiser por la influencia que ejerció durante una época en la que los grandes equipos se proyectaban internacionalmente.
La imagen de Beckenbauer se asocia, en parte, a la de Johan Cruyff, el ‘alter ego’ de grandes duelos cuando en los setenta empezó mandando el Ajax con tres Copas de Europa y le sucedió el Bayern de Múnich con tres más consecutivas. Beckenbauer fue el capitán que levantó los tres trofeos. El mito neerlandés obtuvo tres Balones de Oro (1971, 1973 y1974) y el ídolo alemán recibió dos (1972 y 1976).
El duelo más emblemático, por cuanto los dos lideraban sus respectivas selecciones, fue la final del Mundial de 1974. Alemania conquistó el trofeo al vencer por 2-1 a la Holanda que se llevó la gloria de la fama. Los países ocultaban un duelo Bayern-Ajax, un seis contra seis: Maier, Beckenbauer, Schwarzenbeck, Breitner, Uli Hoeness y Gerd Müller contra Suurbier, Krol, Haan, Neeskens, Rep y Cruyff, que había fichado el año anterior por el Barça.
Doce años figuró Beckenbauer en el equipo ideal de la Bundesliga (de 1966 a 1976) de los 14 que la disputó: sólo faltó en las dos primeras campañas, las de sus inicios en la élite donde irrumpió con 18 años. Abandonó el Bayern para aventurarse en el entonces incipiente fútbol en Estados Unidos, donde se reencontró con Cruyff y con Pelé.
Después de cuatro campañas en el Cosmos de Nueva York (1977-1980), regresó a Alemania para un último baile y convirtió la conquista de la Bundesliga con el Hamburgo, no con el Bayern, en el cierre de su carrera dentro del césped.
Pero aún quedaba más. Tan ilustre personalidad futbolística, poseedora de casi todos los trofeos (también la Recopa con el Bayern, también la Eurocopa con Alemania) tenía mayor recorrido fuera del rectángulo.
Fue entrenador, por supuesto. En el Bayern, naturalmente, y el seleccionador de su país, al que condujo a la final del Mundial de 1986, donde cayó ante la Argentina de Maradona, y campeón del Mundial de 1980, ganando a la Argentina de Maradona. Fue la segunda personalidad en conquistar la copa mundial como jugador y entrenador después del brasileño Mário Zagallo (1958 y 1970), fallecido este pasado sábado.
“Beckenbauer está por debajo de Dios, pero por encima de Canciller”, dicen en Alemania.
Césped, banquillo y palco
No es de extrañar, ni suena grotescamente exagerado que los alemanes hicieran suya la siguiente sentencia: “Beckenbauer está por debajo de Dios, pero por encima de Canciller”. Diez cancilleres se han sucedido desde la Segunda Guerra Mundial. Dios y Beckenbauer han sido únicos.
Del césped al banquillo y del banquillo al palco saltó Beckenbauer, presidente del Bayern, faltaría más, vicepresidente de la federación alemana y, posteriormente, presidente del comité organizador del Mundial 2006. Rumores de posibles sobornos de la candidatura alemana para obtener la designación mancharon la blanca camiseta de Beckenbauer, que ya tenía unas gotitas rojas de las autotransfusiones de sangre que se practicaba para mejorar su rendimiento, confesó en una entrevista en la revista ‘Stern’. Su vida privada, que procuró preservar, se resintió con el fallecimiento de su hijo Stephan a los 46 años en 2015.
Beckenbauer es insigne miembro del once de oro del Balón de Oro, compartiendo la defensa con el brasileño Cafú y el italiano Paolo Maldini por delante del meta ruso Lev Yashin. Otro alemán, Lothar Matthäus, compuso el centro del campo con Xavi Hernández -¿les suena?- Diego Maradona y Pelé. La delantera quedó configurada con Lionel Messi, Ronaldo y Cristiano Ronaldo. Cruyff quedó en el once de plata.
“Johan era mejor jugador, pero yo fui campeón del mundo”, es una frase que se atribuye a Beckenbuaer, que en el fallecimiento de su rival, proclamó: “No sólo era un amigo; era como un hermano para mí”.
Falleció Beckenbauer el domingo, agotado su cuerpo por un débil corazón, la demencia y el Parkinson, publico el sensacionalista Bild. Pero es inmortal.
Carrera como futbolista:
Bayern Múnich (1964-1977), New York Cosmos (1977-1980), Hamburgo SV (1980-1982), New York Cosmos (1982-1983)
Palmarés de clubs como jugador:
Copa de Europa (3): 1974, 1975, 1976
Copa Intercontinental (1): 1976
Recopa (1): 1967
Bundesliga (5): 1969, 1972, 1973, 1974, 1982
Copa de Alemania (4): 1966, 1967, 1969, 1971
Campeonato de Estados Unidos (3): 1977, 1978, 1980
Palmarés con la selección como jugador:
Campeón del mundo en 1974
Subcampeón del mundo en 1966
Campeón de Europa en 1972
Premios individuales:
Balón de Oro (2): 1972, 1976
Mejor jugador del año de la Bundesliga (4): 1966, 1968, 1974, 1976
Carrera como entrenador:
Marsella (de septiembre a diciembre de 1990, luego como director deportivo hasta junio de 1991), Bayern Múnich (diciembre de 1993 a junio de 1994; de abril a junio en 1996).
Palmarés de clubs como entrenador:
Copa de la UEFA (1): 1996
Bundesliga (1): 1994
Palmarés al frente de la selección alemana:
Campeón del Mundo en 1990
Subcampeón del Mundo en 1986
Carrera como dirigente:
Vicepresidente del Bayern Múnich de noviembre de 1991 a junio de 1994
Presidente del Bayern Múnich de julio de 1994 a noviembre de 2009
Presidente de la junta supervisora del Bayern de febrero de 2002 a noviembre de 2009
Presidente de honor del Bayern Múnich desde noviembre de 2009 hasta su fallecimiento
Vicepresidente de la FIFA de enero de 2007 a marzo de 2011
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