Mikel Merino nos atiende el día de su 28 cumpleaños en el campamento base de la selección en Donaueschingen. Con su futuro en el aire, ya que le queda un año más de contrato con la Real Sociedad y se habla de ofertas del Atlético y del Barça, el centrocampista hace memoria de una carrera repleta de desafíos y viajes por otros países y otras ligas desde muy joven.
-Es usted uno de los internacionales más viajeros de esta selección. ¿Qué le incita a viajar e irse a jugar a otros países desde tan joven?
–Viajar es algo que te forma como jugador y que te forma como persona. Tener experiencias, y no solo sobre otros estilos de fútbol. Conocer otra cultura, otros idiomas, otra forma de expresarse, de entender las relaciones… Creo que te hace crecer, te hace entender cómo funcionan los grupos y abrir tu mente a otras maneras de comportarse y gestionar las cosas. Te hace ser una persona más completa. Es una de las partes que explica por qué a esta generación le va tan bien. Porque somos personas que hemos salido de nuestra zona de confort, hemos salido de casa y hemos experimentado situaciones positivas y negativas lejos y solos. Ahora estamos formados como un equipo completo y maduro
-¿Usted lo hizo por instinto o por influencia de sus padres, jugadores ambos.
-Mi instinto personal depende de la educación que he recibido y tanto mi padre como mi madre cuando jugaban han sido una pareja que se ha movido mucho, que ha viajado de un lado para otro, que ha estado en distintas ciudades, con distintas culturas, distintas personalidades… Y por eso cuando tuve la oportunidad de irme a Dortmund, fueron los primeros en animarme y les pareció lo más normal del mundo.
-¿Qué recuerdos tiene de su etapa en el Borussia Dortmund?
-Muy positivos. Fue la primera experiencia que tuve fuera de casa. Empecé a vivir solo con 18 o 19 años, a saber lo que era tener que plancharte las camisas, tener que fregar, limpiar la casa, ser responsable a la hora de conducir o no llegar tarde al entrenamiento. Cuando antes te lo daban todo hecho y te despertaba tu madre, tenías todo hecho en casa. Y al mismo tiempo no jugar tan a menudo me hizo aprender otras cosas del fútbol que no había vivido antes y que ahora me vienen muy bien para entender qué te puede pasar y te hace madurar. Hasta lo negativo en lo deportivo me enseñó.
-¿Qué hay en el Mikel Merino de hoy de su paso por la Bundesliga?
-Empecé a entender lo que es el fútbol de élite, porque de jugar en Segunda con Osasuna pase a jugar Champions con el Dortmund. Aprendí lo que te exige la máxima competición y lo que tienes que tener para ser un jugador de primer nivel. Aprendí también lo que era un vestuario diferente porque en Pamplona estábamos acostumbrados a ser de la zona, todos españoles. Y en el Dortmund había 15 nacionalidades distintas y aprendes a convivir.
–¿Ese cosmopolitismo mejoró su fútbol?
-Me abrió la cabeza porque son experiencias que no había tenido de joven. Tú tienes una mentalidad determinada con ciertas cotas, pero cuando vives otras cosas eso se va ampliando. Por eso es bueno haberme ido fuera y haber vivido en cuantos más países mejor. Te abre la mente y te convierte en una persona más madura y tolerante a la hora de comprender otras posturas. Siempre es positivo.
-¿Y de Inglaterra qué impronta le quedó?
-Inglaterra es distinta a nivel futbolístico y humano. A nivel de Liga fue un paso más. A nivel de equipos y de importancia de nivel de futbol. A nivel de vida es otro país que no se parece a España porque a las seis de la tarde es de noche y hay poco ocio que hacer. Pero también eso te permite centrarte en lo más importante, que es el fútbol y cumplir el sueño de jugar en una de las mejores ligas del mundo y convertirte en uno de los mejores. Los jugadores ingleses tienen una mentalidad distinta a los españoles, a los franceses a los alemanes y aprendes algo de ellos.
-Repito pregunta, ¿qué hay en el Mikel de hoy de su paso por la Premier?
–Lo que me quedó de la Premier fue que es una liga muy física en la que todos los jugadores van al máximo a nivel de contacto. Te aguantan 90 minutos a un alto nivel y cada vez que te tocan es un choque, no paran. Si tienen oportunidad de dejarte un recado y que tú notes su presencia, lo van a hacer. Y eso lo aprendí. También a nivel táctico, el Top 6 tenía rigor táctico con balón, se preocupaban por el sistema posicional que tenían, les gustaba tener la posesión y ser protagonistas con él. El resto tenía claro su papel y esperaba en bloque bajo para salir a la contra
-¿Qué relación guardaba con las aficiones en Newcastle y Dortmund?
-Muy buena. Lo que más me marcó en Newcastle fue el campo, la afición. Creo que fue una vida única, sentir lo que es St- James’ Park lo voy a tener siempre en el corazón y la mente porque es algo único. Coger un balón en tu área y que la gente se vuelva loca gritando como si estuvieras a punto de meter gol, y yo decía ‘vamos a ver, que hay 80 metros hasta allá y están los 11 por delante. Es imposible que metamos gol’. Pero la gente se lo creía y te animaba a ir para adelante. Y en Alemania es difícil quedarse con una cosa. En el Westfalen Stadium había 81.360 personas cada partido. Me acuerdo del número exacto porque calentaba al lado del marcador y lo ponía. Lleno hasta la bandera. Era una ciudad que no había nadie en el día a día, pero el día del partido se llenaba. Y la cultura alemana también me llamó la atención.
Nunca me voy a olvidar del daño que me hacía Hazard entre líneas. Chiquitito, con ese culo gordo y esas piernas fuertes para girar
-¿Como jugador le marcó algún compañero o rival?
-Me acuerdo mucho en Alemania de Gonzalo Castro. Yo venía de jugar en segunda en un fútbol distinto. No se llevaba tanto el no perder la pelota y asegurar, pero en Alemania la gente no perdía el balón, aseguraba pases de seguridad. Eso me llamó la atención y Gonzalo jugaba entre líneas y aprendí mucho de él. Aprendí lo que es el fútbol ahora. Y en Newcastle, ¿qué me marcó? Jugar en contra de Eden Hazard, nunca me voy a olvidar del daño que me hacía jugando entre líneas, siendo chiquitito, con ese culo gordo y esas piernas fuertes para girar. Yo encima era un jugador en proceso que no tenía la fuerza física que tengo ahora… Salía para donde quería
-Pamplona, Dortmund, Newcastle, Donosti… ¿Cuál es el siguiente paso?
-Si de algo estoy contento en todo este camino es que los pasos que he dado en mi carrera han sido perfectos y en el momento idóneo para seguir creciendo como futbolista que ha llevado un proceso de crecimiento. Y no quiero que acabe.
-¿Qué importancia tiene la etapa de la Real Sociedad en su carrera?
-El paso de la Real Sociedad ha sido fundamental para mi. Los primeros años de mi carrera aprendí los otros pasos del fútbol, como la madurez o tener una mente fría en los momentos adecuados. Y cuando llegue a la Real creo que me ayudó ser un jugador intenso, porque aprendí lo que significaban los duelos y ganarlos. Ahí me vino muy bien la figura de Imanol para entender la importancia de la táctica en el fútbol. Contar jugadores, ver dónde están las superioridades, entender los sistemas ofensivos propios y defensivos suyos y localizar sus puntos débiles. Todo eso me ha hecho ser un jugador de nivel internacional y me siento muy agradecido a Imanol, lo digo siempre y lo seguiré diciendo. Ha sido el paso que me faltaba para ser un jugador de nivel internacional . El salto que di al llegar a la Real como jugador fue gracias al club, a los compañeros, pero sobre todo a Imanol.
-¿Cuál es la siguiente pantalla para seguir creciendo?
-El siguiente paso tiene que venir desde dentro, desde mi, desde analizarme, ver qué jugador soy ahora, dónde estoy y dónde quiero llegar. Y cuál es la manera de hacerlo. Ahora a nivel futbolístico todavía tengo un año más en la Real y estoy en el mejor lugar posible para vivir y para crecer. A nivel de rumores es algo a lo que no le doy importancia porque creo que una Eurocopa es lo más importante que te puedes echar a la cara y requiere el 100×100 de tu atención. Así que cuando acabe la Euro y avancen los días me reuniré con el club y mi representante, a ver qué me tiene que decir y que no, e iremos viendo.
-¿Entre las alternativas, contempla seguir creciendo en San Sebastián?
-A seguir allí no me cierro para nada porque si algo tengo claro y hay que ser consciente de lo que se tiene en casa. Soy un afortunado de vivir donde vivo, de estar rodeado de la gente que tengo cerca, de tener el equipo y los compañeros, que además han venido aquí y son como familia. Y nunca le querría faltar el respeto a nada de eso.
-Sin embargo, su instinto aventurero invita a pensar en otro viaje…
-A lo largo de mi carrera siempre he dejado claro en cada entrevista que soy un aventurero, que no sé donde me llevará el fútbol y que estoy dispuesto a ir a la aventura a donde me toque. Lo hice al ir a Dortmund, a Newcastle, y al venir a Donosti a la aventura. Nunca sabes donde te puede llevar el fútbol, y estoy dispuesto a seguir mi carrera donde me pida el corazón y mi cabeza.
-Y en esta aventura de la Eurocopa, ¿hasta dónde cree que durará el viaje?
-Es una Eurocopa donde los detalles van a marcar, donde los partidos están siendo muy cerrados, incluso los equipos grandes están sufriendo con los de segundo escalón, Se acabó aquellos 6 o 7 a cero. Veo a España como una selección con poso, una selección madura pese a la juventud porque está llevando los partidos de la mejor manera y los está solucionando. Da igual quién esté delante y cómo juegue. No va a ver un ganador claro, y este equipo está preparado para ganar a cualquiera.
-Gracias, Mikel. Y suerte decida lo que decida.
-A ti.