El Valencia de Peter Lim no tiene nivel Europa, pero Mestalla sí. El valencianismo ha demostrado una vez más ser el mejor activo del club. Y eso que esta temporada Meriton no lo puso nada fácil con una de las plantillas más cortas y con menos nivel de la historia de la entidad. La presidenta Layhoon Chan dijo abiertamente el verano pasado que el objetivo del año era la permanencia en la categoría. Sin embargo, lejos de desconectar, la afición se ha volcado con Baraja y sus jóvenes futbolistas y ha permanecido al lado del equipo, convirtiéndose en una pieza fundamental para que el equipo llegara a la penúltima jornada de LaLiga con opciones de clasificarse para competiciones europeas. La propiedad ha conseguido que el Valencia caiga hasta el puesto 94º en el ranking UEFA. Con el estadio y la masa social del club no puede. Mestalla, a diferencia de la gestión de su propiedad, sí tiene nivel Champions.
El templo valencianista ha cerrado la temporada convertido en el segundo estadio de Laliga 23/24 con mayor afluencia de espectadores con un promedio de 43.640 valencianistas por partido y un porcentaje del 87,8 %, lo que supone un total de cerca de un millón de espectadores (872.801) durante la temporada. En los 19 partidos de LaLiga en los que el equipo ha jugado como local, Mestalla ha registrado una media de 43.592 asistentes en cada partido, sumando un total de 828.256 personas y una asistencia media del público abonado de hasta el 93 %.
Mestalla fue el segundo estadio con mayor porcentaje de asistencia en LaLiga 23-24 con un porcentaje de 87,8 % y podría haber sido el primero teniendo en cuenta el vaciado de la última jornada como local contra el Girona por la manifestación contra Lim y los dos primeros partidos de la temporada en los que la Grada de Animación estuvo cerrada y no pudieron asistir los 1.500 socios de ese sector contra Las Palmas y Osasuna. El pico máximo de espectadores esta temporada se registró en el Valencia-Real Madrid con 47.464 aficionados.