Debutó el Valencia CF con empate. Su rival, Mauritania, llegaba al césped de Els Arcs tras haber cosechado una victoria y un empate en sus dos primeras citas, dejando una impronta de equipo físico y competitivo. El equipo ayer con camiseta y pantalón naranja, se hizo con el control del juego desde los instantes iniciales, aunque sin ocasiones claras.
El Valencia mantenía su plan de partido: manejar el encuentro a través de combinaciones y basculaciones, con el balón como protagonista. Sin embargo, el electrónico no se movía. Los mauritanos endurecían el encuentro llevándose dos amarillas en algo más de 20 minutos.
Óscar Sánchez, entrenador del Valencia, renovó todo el once tras el paso por vestuarios. Aritz López solo decretaba dos cambios por el lado mauritano. Era un partido nuevo. El encuentro se tornó entonces en un enfrentamiento intenso, con dos equipos que pugnaban por cada centímetro de verde, aunque las ocasiones de gol se contaban a cuentagotas. Eran momentos de medir al rival, en busca de un resquicio, de un fallo, que explotar.
Una falta lateral rematada por Beyatt en el 50’ llevaba el susto a la meta valencianista. Sin embargo, el gol llegaba para el otro bando. Pablo Reyes remachaba un minuto después un rechace del arquero Sarr y los ‘che’ se adelantaban en el marcador. El envite ganaba interés. El tanto espoleaba a los ayer visitantes, que comenzaban a firmar alguna jugada de ataque de cierto interés, ya fuera con pocos pases o con jugadas más mascadas.
Con el marcador a favor, el Valencia intentaba contemporizar, pero el empuje mauritano no cesaba. Al final, la insistencia mauritana tuvo premio. Ndiaye logró la igualada en el 78’ después de la enésima jugada protagonizada por Beyatt. Un penalti causado por Yatera (7) a escasos 30 segundos del final fue marrado por Beyatt, quizás el mejor jugador mauritano. n