La jornada empieza sobre las cuatro de la mañana a casi dos horas de París, donde agentes de la Policía Nacional de España junto con la británica y la de Qatar se hospedan durante las dos semanas que estarán en Francia apoyando a las autoridades francesas durante los Juegos Olímpicos.
Fátima trabaja en el equipo canino de la Policía Nacional y hoy les ha tocado hacer unos ejercicios en La Villette, donde se instalarán la ‘Fan Zone’ y las conocidas ‘Casas Olímpicas’ de los distintos países participantes. “Los que venimos a dar apoyo, somos voluntarios. Participar en la seguridad de unos Juegos Olímpicos y hacerlo junto a una fuerza de seguridad extranjera es una experiencia y un aprendizaje”.
El perro olfatea cada esquina, cada papelera y cada hueco del perímetro, mientras su guía le va animando: “Venga, chico. Ahí, busca, busca”. Su función es revisar todos los espacios olímpicos, incluyendo los barcos de la ceremonia de inauguración de los Juegos, los bordes del Sena, gradas y hoteles donde se alojarán jefes de Estado, periodistas y staff.
Widow, Apolo, Arthur, Yoda, Boris, Fortu, Noe, Goku, Donci y Roxi son los 10 canes de la Policía Nacional llegaron en coche desde España, el pasado lunes 15 de julio, y estarán desplegados durante todos los Juegos Olímpicos, como explica a EL PERIODICO, la agente Fátima, aunque en su caso regresará el 12 de agosto, tras el relevo de otros compañeros. “Nuestra jornada es larga, hay que asegurar todas las zonas varias veces, pero los perros tienen descansos cada 30-40 minutos”, cuenta el veterinario de la brigada.
Estos 10 perros se encargan de detectar únicamente explosivos, “que es lo que más necesita la policía francesa para este evento”. “Con ellos revisamos varias veces los espacios que nos indican las autoridades francesas, como este de La Villette, y aseguramos la zona”, añade. Al ser un equipo de apoyo, en un escenario real de posible amenaza, sería la policía francesa quien acudiría a la primera llamada y ellos estarían a disposición para actuar cuando fueran requeridos. “Esperemos que no pase”, afirma.
Ante la pregunta de si existen distintos olores de explosivos entre España y Francia, que puedan confundir a los perros, el veterinario de la brigada desplazada a París explica: “No es tanto el olor en sí, sino que a veces en cada país se pueden utilizar otro tipo de explosivos. Para ello, entrenamos antes a los perros con esos olores concretos”.
Uno de los perros de la patrulla canina de la Policía Nacional, con la Torre Eiffel de fondo. / CEDIDA
Caninos, caballería, Tedax y… spotters
En el despliegue de los más 300 agentes voluntarios españoles participarán también especialistas en grupos violentos deportivos, como los conocidos hooligans, supporters u otros aficionados radicales. Este equipo policial, conocido como ‘spotters’, se encarga de la coordinación de seguridad de partidos de alto riesgo en España y durante los Juegos Olímpicos tienen el cometido de acompañar a la selección española olímpica de fútbol para evitar riesgos.
Este miércoles, durante el partido Argentina-Marruecos se vivieron momentos de tensión y tuvo que ser interrumpido tras la caída de un petardo durante la celebración del empate del marcador, además de la constante salida de espontáneos al campo. Algo poco habitual en una cita olímpica. Un hecho que obligó al árbitro, Glenn Nyberg, a suspender el partido. Un suceso que las autoridades quieren evitar que vuelva a pasar, y por la que se reforzará la seguridad a la entrada de los estadios y aledaños.
Primera vez fuera de casa
Para la Unidad Aérea, la Unidad especial de Caballería, Guías Caninos, Unidad de Intervención y la Brigada Móvil de la Policía Nacional es la primera vez que trabajan fuera del territorio español para un evento deportivo de estas características, y la ilusión se palpa en el ambiente. “Es curioso ver cómo trabajan otros grupos policiales. Al final hacemos el mismo trabajo pero el modo de hacerlo es distinto y puedes aprender”, nos dicen los agentes españoles.
Se trata de un despliegue de fuerzas de seguridad inédito para unos Juegos Olímpicos que, si todo sale bien, serán históricos. Es la primera vez que una ceremonia de inauguración se lleva a cabo fuera de un estadio, y para ello se desplegarán 45.000 agentes del orden, incluidos 18.000 militares y cerca de 1.800 policías internacionales.
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