El italiano ‘Pecco’ Bagnaia, actual campeón del mundo de MotoGP con la invencible Ducati ‘Desmosedici’, parecia estar controlando (como casi siempre) los entrenamientos del viernes del Gran Premio de Valencia, que se disputa en el jugueton y coqueto trazado Ricard Tormo, de Cheste, en Valencia.
Pero no era verdad, quien estaba llevando la batuta de esa sesión, la última, la que decidía los 10 primeros que pasaban a la ‘quali’ de forma directa, era el aspirante, el madrileño Jorge Martín (Ducati), del equipo ‘satélite’ Prima Pramac de Ducati. Es más, ‘Matinator’, no solo provocó con su marcaje y comportamiento el desquiciamiento de Bagnaia, que mañana deberá de pasar por la torturadora y exigente Q1 para tener acceso, en la Q2, a un puesto en las dos primeras filas del parrilla de MotoGP, sino que se clasificó, de forma directa, al conseguir el segundo mejor crono de la jornada, a 0.147 segundos, del catalán Maverick Viñales (Aprilia, 1.29.142 minutos).
Los 10 más veloces
Los 10 mejores del viernes, aquellos que mañana se jugarán la ‘pole’ en competencia con los dos colegas que se clasificarán en la Q1, han sido: Viñales, Martín, Johann Zarco (Ducati), Fabio Di Giannantonio (Ducati), Marco Bezzecchi (Ducati), Brad Binder (KTM), Marc Márquez (Honda), sí, Marc Márquez, Raúl Fernández (Aprilia), Jack Miller (KTM) y Alex Espargaró (Aprilia). Baganaia acabó, sorprendentemente, en la 15ª posición, a más de medio segundo de Viñales.
Pero lo más sorprendente del gran premio que decidirá, tal vez, mañana mismo el título mundial, es que Martín consiguió sacar de sus casillas, no solo a Bagnaia, que le saca 21 puntos al madrileño en la general del Mundial de pilotos, sino también a Davide Tardozzi, uno de los jefes supremos de Ducati Corse. Es más, fue Tardozzi quien le riñó, más o menos cariñosamente, cuando, en los últimos seis minutos, cuando el jefe de Borgo Panigale se jugaba su pase directo a la Q2, porque Martín salió pegadito a ‘Pecco’ para desequilibrarle durante tres o cuatro vueltas. Martín, incluso, tuvo que driblar a Tardozzi al salir de su boxe y por poco, por muy poco, no lo atropella.
Bagnaia, con Martín pegado a su colin, pero muy, muy, muy pegado, tanto que en alguna frenada peligro que lo tirase, se desquilibró tanto, cosa muy poco habitual en un piloto tan sereno, que fue incapaz de rodar más rápido de lo que había hecho hasta entonces, perdiendo la posibilidad de clasificarse entre los 10 primeros.