Era un secreto a voces, aunque ella llevara días echando balones fuera desde que, el pasado viernes, apareciera publicado en el BOE el decreto por el que Pedro Sánchez creaba un departamento de Asuntos Culturales dependiente de Presidencia y con rango de Dirección General. Este martes, el Consejo de Ministros ha aprobado el nombramiento de Manuela Villa para dicho cargo, un día después de que entregara su acta de diputada en la Asamblea de Madrid.
Manuela Villa (Madrid, 1976) es secretaria de Cultura y Deporte en la Ejecutiva Federal del PSOE y, hasta la fecha, diputada en la Asamblea de Madrid, en cuyo grupo parlamentario era portavoz de Cultura. En 2020 fue asesora del gabinete del ministro de Cultura de entonces, José Miguel Rodríguez Uribes, y tiene una larga trayectoria como gestora cultural: trabajó durante más de once años en Matadero como responsable de contenidos y de su programa de residencias artísticas y ha sido codirectora de La Noche en Blanco.
Según la definición de sus funciones publicada en el BOE, Manuela Villa se ocupará a partir de ahora de “facilitar al Presidente del Gobierno la coordinación de la acción del Gobierno”, de asistirle en asuntos relacionados con la política nacional, internacional y económica, asesorarle en lo relativo a programas y acciones de la Unión Europea que tengan incidencia en las políticas públicas del que Estado, así como las políticas y programas públicos de los distintos gobiernos autonómicos. Es decir, funciones que ya competen al actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en cuyo departamento la noticia cayó como una bomba la semana pasada, a pesar de que, en declaraciones a La Sexta, tirara de argumentario y recordara que Rodríguez Zapatero ya dispuso de una figura similar y que, “cuando negociamos el acuerdo de coalición y se nos propuso llevar Cultura, dijimos que queríamos una representación orgánica digna y a la altura. No era correcto que si íbamos a asumir Cultura no tuviéramos un ministerio sin fuerza institucional”. Lo cierto es que Zapatero dispuso de esta figura, pero el Ministerio de Cultura estaba gestionado por su propio partido, el PSOE, y no formaba parte de un acuerdo de coalición con Sumar, como es el caso.
“La percepción de amenaza, si existe, espero poder ir trabajándola para que se disipe porque ni mucho menos siento que venga a quitarle el sitio o las competencias a nadie”, ha declarado Manuela Villa a este diario, minutos después de conocerse oficialmente su nombramiento. Sobre las suspicacias o el desconcierto que este ha provocado en las filas de Sumar, Villa entiende “esas lógicas de partido, pero creo que tenemos que trascender esa suerte de competición, más allá de nuestras siglas. Sumar y PSOE son partidos hermanos y hay que pensar en el bienestar general”. Según la nueva directora general de Asuntos Culturales, “podemos hacer muchas cosas juntos y me pongo al servicio de todos los ministerios, incluso los de Sumar”.
Respecto a si su cargo llevará el peso de asuntos como el desarrollo del Estatuto del Artista o la internacionalización de la cultura, Villa sostiene: “No creo que sea el lugar para asumir esas labores, ni ninguna otra, porque, yo me imagino (este departamento) más como un área de facilitación. Si el Ministerio de Cultura necesita que se lubrique la relación con algún otro ministerio, ahí estaremos nosotros para apoyarlo, para asistirlo”. Sobre la internacionalización, “está distribuida en numerosas áreas del gobierno y ahí, efectivamente, creo que puede haber una labor más de coordinación y de facilitación de una política de internacionalización. Pero no creo que sean mis competencias como tal, sino las de facilitar, aportar y promover que esas políticas que tienen sus competencias en cada una de las distintas áreas puedan tener una mejor relación entre ellas”.
“La cultura está atomizada en distintas áreas y no está de más que desde Presidencia se trate de agilizar las relaciones entre esas distintas áreas, y hay que normalizar”, añade Villa, “que haya un área de cultura en Presidencia como las hay de Economía o de Asuntos Exteriores, cuestiones que son estratégicas de país, y creo que es una buena noticia que la cultura también se vea como un sector estratégico de país”.