El seleccionador está tranquilo, se le ve relajado ante las cámaras y saluda con cercanía a todos los periodistas que realizan la cobertura de la selección. Afirma que disfrutó en el partido ante Alemania pese al sometimiento de los teutones porque “no entiendo la consecución de un logro sin sufrimiento, sin esfuerzo”. Pide calma con Lamine y advierte de los peligros de Francia que “nos obligará a mostrar nuestro lado más solidario”.
-Después de once ruedas de prensa en este mes y un sinfín de entrevistas, ¿se va notando más cómodo con los medios?
-Siempre he estado cómodo porque siempre he tratado de ser el que soy, Luis de la Fuente. Sé que cuando voy a atenderos el personaje es el que prima, pero siempre he tratado de ser Luis, con honestidad y sinceridad. Cada rueda de prensa es diferente, cada entrevista es diferente, pero me siento bien, cada vez más cómodo.
-¿Cómo lo está pasando Luis aquí en Donaueschingen?
-Es increíble que llevemos 37 días y la gente está como si fuera el primero. Nos sentimos en el hotel de concentración como si estuviésemos en casa. Estamos muy cómodos para trabajar y en todo lo que tiene que ver con la convivencia.
-¿La convivencia sigue siendo buena o ya comienza a resentirse el grupo tras tantos días fuera de casa?
-Aquí somos una familia y pasa lo mismo que en una casa normal. Hay días de más risas y otros de menos. Hay momentos tristes, como el de la lesión de Pedri. El equipo lo ha sentido mucho, pero superarlo ayuda a fortalecer a este grupo que es una roca… Somos una familia y estoy orgulloso de ver a la gente tan comprometida.
-¿Cómo es un día de Luis de la Fuente aquí en la Selva Negra?
-Me levanto muy temprano, a las 7 o 7,30 ya estoy en el gimnasio. Luego desayunamos y desde las 8,30 ya estamos trabajando. Hay entrenamiento y luego en el despacho preparamos cosas con el visionado de vídeos, preparamos charlas, piezas de análisis… Aquí las noches duran hasta las 2, 3 o 4 de la madrugada.
-¡Ha podido ir a misa aquí en Alemania?
-No he podido ir a misa por aquí, pero bueno como soy de los que rezan cada día, tengo buena relación con Dios. Y mantengo contacto diario con la familia. Eso te da mucha energía, mucha fuerza. Los siento cerca y han venido incluso por aquí a ver partidos.
-El otro día andaban por aquí en el cuarto ante Alemania y celebraron la victoria de lo lindo, aunque se sufrió mucho.
-Yo no entiendo el trabajo sin sufrimiento, no es algo negativo, es una cosa natural. Si quieres conseguir algo hay que trabajar mucho y sufrir mucho. Existe una exigencia, unas dificultades que superar. Y eso lo veo con normalidad. No entiendo conseguir un logro sin sufrimiento. En la vida no hay nada fácil.
-¿Ganar sufriendo, como ocurrió ante Alemania, cohesiona más al equipo que una victoria más plácida como el 3-0 a Croacia?
-El mensaje que damos siempre es que nada es fácil. Pese al 3-0 también se sufrió mucho porque tras ese triunfo hay un esfuerzo para mantener la concentración, para hacer bien las cosas, para seguir trabajando… Crees que es menos por ganar 3-0, pero es el mismo. Y luego todo se gestiona desde la normalidad y el equilibrio. Saben que ese 3-0 es solo ganar un partido y que debemos seguir así porque somos ambicioso. Queremos seguir caminando y haciendo cosas importantes. Nosotros les proporcionamos tranquilidad porque les hacemos ver que ni en la victoria hemos conseguido algo excepcional ni cuando perdemos estamos hundidos. Equilibrio para superar las dificultades, que siempre las hay, y hacer que el éxito no nos equivoque ni nos confunda.
-Parece que lo que sí ha calado en los jugadores es lo de priorizar el equipo por encima de todo.
-La lectura y las reflexiones que hacemos siempre es que gana el equipo, no hay individualidades. Hay que poner tu talento al servicio del equipo porque luego vas a recoger una recompensa mayor. Queremos es seguir transmitiendo ese mensaje y eso pasa el otro con Alemania, ante Croacia o frente a Italia. Lo estamos viviendo cada momento íntimo del vestuario, donde ves a la gente entregada. O en el compañerismo en los entrenamientos. No es algo puntual, es algo que hay que trabajar y los jugadores lo van desarrollando en cada minuto de su día a día.
-Como sé que no me va a hablar de usted, ¿se ve reivindicado por el fútbol de sus jugadores?
-Aquí los importantes son los futbolistas. Yo he sido futbolista y la experiencia me ha demostrado que todo tiene su tiempo. Ahora tengo otro protagonismo en el equipo, que es ayudarles a ser cada día mejores. Que entiendan verdaderamente que esos valores que quiero transmitirles les hacen mejores jugadores a nivel individual y colectivo. Es lo que me ocupa. Mientras tenga ese apoyo y reconocimiento del equipo estaré satisfecho.
-¿Se siente más respetado de puertas hacia afuera por rivales aficionados y medios de comunicación?
-Nunca me ha inquietado eso, siempre me he sentido respetado y la muestra es la relación que tenemos tú y yo, o la que tengo con otros periodistas. Hay respeto entre nosotros, educación. Ahora, me dices que profesionalmente estáis hablando más de… Me da igual. Esto va de tener equilibrio porque mañana llegará un momento en el que no vamos a ganar y habrá una crítica feroz. Y yo voy a estar preparado para recoger esa crítica feroz igual que lo estoy para recibir el halago más ilusionante. Equilibrio… A mí lo que me ocupa y en lo que me centro es en hacer bien mi trabajo, en acostarme cada día tranquilo y en pensar que mañana se puede mejorar.
-Usted ha construido con los jugadores un vínculo que trasciende a lo futbolístico. ¿Eso es bueno, malo, recomendable?
-Sí, tenemos un vínculo muy importante. No sé sí lo que transciende es que el vínculo personal es mayor que el futbolístico, pero creo que está en una proporción similar. Lo primero es la persona, muy por encima del futbolista o del deportista. Tratamos de que la persona se sienta segura, valorada, apreciada, reconocida, y luego eso lo tiene que trasladar al terreno de juego. Y luego es verdad que nos conocemos hace tantísimos años y tenemos una relación tan estrecha y cercana que eso facilita la comunicación. Todo eso lo trabajamos con honestidad.
-Hablemos de lo que está haciendo Lamine, un niño de 16 años que no está desarrollado aún ni física ni mentalmente.
-Lamine es un tipo de futbolista con un talento especial y hay que saber administrarlo porque no deja de ser un niño. Son personas más maduras que otros de su edad, porque son diferentes. Hay que dosificar sus tiempos, sus emociones, y ayudarles en ese proceso de aprendizaje que todavía le va a durar mucho tiempo. Creo que es el momento de poner bases importantes que le aporten un futuro más seguro.
–El otro día Nagelsmann le puso en la diana al calificarle de “inexperto”, y sus jugadores fueron a desde el primer momento a intimidarle.
-Eso es tan antiguo como el fútbol. En esto siempre ha habido una parte importante que es la intimidación, marcar territorio. Eso se trasladará a lo que va a vivir a partir de ahora. Cuando un futbolista llega a la élite sin ser conocido, siempre sorprende porque tiene capacidad y posibilidad de hacer muchas más cosas que cuando le tienen focalizado y ya se le conoce. Ahora ya cambia su rol en cada partido y eso le va a pasar y tendrá que aprender a convivir con ello. Es un chico que aprende muy rápido, escucha mucho y todos esos consejos los hace suyos y los pone en práctica.
-Los rivales elogian su desparpajo y su frescura. No parece consciente de la trascendencia de sus jugadas.
-Hay una parte de experiencia y madurez que tendrá que ir adquiriendo y que es también parte de su margen de mejora, que es inmenso. Lamine tiene que aprender a detectar esos momentos en los que pueda hacer daño al rival con su individualidad y otros en los que no debe ser tan previsible, cuando su defensor recibe ayudas. Ahí debe calcular que hay otra zona del campo liberada y hay que llevar el balón a esa zona.
-Parece que está usted describiendo lo que hizo el otro día lo hizo en el gol de Dani Olmo a Alemania.
–Por supuesto. El gol de Dani Olmo es un buen ejemplo porque estuvo fantástico. Vio que había atraído la atención de dos o tres rivales y la llegada de Dani, dándole el pase. Todo eso es aprendizaje, vivir experiencia y cada partido para él deja muchas lecciones. Tendrá más dificultades cada partido porque los rivales le pondrán más inconvenientes.
-Y el salto de calidad de Nico Williams, ¿cómo lo explica?
-Lo de Nico es algo parecido. Está en ese proceso de aprendizaje. En realidad, todos están en ello. Pero Nico se nota que tiene experiencia en el Athletic, con muchos partidos jugados, y con nosotros se siente importante, le hemos dado el rol en el que se siente cómodo. Cada actuación va mejorando porque interpreta mejor el juego y cuándo debe atacar al rival o cambiar el registro. Eso les hace muchos mejores jugadores a todos.
-¡Qué espera de Francia este martes?
-Francia es un grandísimo equipo con grandísimas individualidades. El otro día hablábamos de Alemania, que se parece más a nosotros con la presión alta y la posesión. Francia juega de otra manera. Es más repliegue, pero con una velocidad de transición muy rápida. Nosotros sabemos que cuando jugamos con mucho dominio y control, tenemos que tener cuidado porque hay más distancia y esa amplitud facilita a los rivales que puedan contragolpear. Hay que tener cuidado con las vigilancias.
-¿Le preocupa especialmente Mbappé?
–Mbappé es buenísimo, pero tienen a Dembelé, Griezmann, Barcola... Tiene jugadores de un nivel buenísimo. Y por dentro igual. Un equipo muy bueno, pero nosotros no somos menos buenos que ellos. También deben estar intranquilos por jugar contra nosotros. Cada uno tiene sus armas, el que se lleve el partido a su terreno tendrá más posibilidades de ganarlo. Sabemos que se tratará de ser más efectivos, minimizar errores y reducir el margen de error a la mínima expresión porque el nivel del rival te penaliza mucho.
-No está Carvajal y le tocará a Navas estar más cerca de Kylian.
-Ese tipo de futbolistas no se puede defender en duelos individuales porque son especialistas en superar a un rival. Van a cobrar especial importancia las ayudas, hacer coberturas, estar en disposición de echar una mano al compañero. En lo personal este equipo es generoso en el esfuerzo, es muy solidario. Y el partido va a demandar eso especialmente.
-¿Qué nota le pone a España hasta ahora?
-Cuando llegamos aquí el objetivo era llegar hasta la final y estamos en disposición de hacerlo. Hasta ahora esas expectativas se están cumpliendo. Así que sobresaliente, el máximo porque estamos donde queríamos estar a estas alturas. Nosotros planteamos siempre el siguiente partido como el más importante porque es el que toca jugar.
-¿Inglaterra o Países Bajos para la final?
¿Inglaterra o Países Bajos? (se toma un tiempo para responder). Pregúntamelo el miércoles.
-¿Qué le pide a San Fermín?
-Ya sabes que tengo muy buena relación con Dios. Así que le pido a él, a San Fermín y a la Virgen de la Vega que nos ayuden, que estén cerca. Y aprovecho para felicitar a todos los navarros y pamploneses, y a todos los Fermines, porque además vivo la fiesta de San Fermín como muy cercana.
-Un último mensaje para la afición española.
-A la afición les digo que mantengan la ilusión, que sigan apoyándonos. No somos conscientes de todo lo que está viviendo en España porque aquí vivimos en una burbuja. Pero nos llega información de que todo el país está volcado con la selección. Necesitamos ese apoyo y nos hace muy feliz tener a todo el país unido, que es lo más importante.