Hay años que se recuerdan por la gesta de un deportista en concreto; hazañas que pasan a la historia y que no hacen otra cosa que engrandecer la leyenda de los grandes mitos. 2024 será, lesiones mediante, el último año en el que los aficionados no sólo al tenis, sino al deporte en general, recordarán a Rafa Nadal porque será la última vez que podrán verlo con una raqueta en la mano, luchando por un punto, por un juego, por un set y por una victoria. Pero, sobre todo, porque tendrá la oportunidad única e irrepetible de pelear por un doble triunfo en Roland Garros, en el torneo que aspira a ganar por 15ª vez, y porque en su pista central se disputará la final de tenis en los Juegos Olímpicos de París.
2024 es año olímpico y de lo que ocurra en la capital francesa entre el 26 de julio y el 11 de agosto vivirá el deporte mundial en los próximos meses. Una gran parte de las estrellas planetarias se juega en París el éxito o el fracaso de sus carreras deportivas. Y entre estos deportistas estarán los españoles que esperan superar en Francia las 22 medallas olímpicas conseguidas en Barcelona 92. Es un reto complicado, pero no imposible, según las aspiraciones y los datos con los que se mueve el Comité Olímpico Español (COE).
La selección española femenina de fútbol
Porque si Nadal se proclama como el gran líder español en el conjunto olímpico masculino, un grupo que ya sabe lo que significa ganar comanda al máximo las aspiraciones femeninas en París. Son las mujeres de la selección española de fútbol, las campeonas del mundo, las que disfrutaron de la victoria y tuvieron que superar luego las desdichas de un presidente con poco cerebro. Y las que se tienen que ganar la plaza en París, el viernes 23 de febrero, ante Países Bajos en Cádiz, en la semifinal de la Final a Cuatro de la Liga de Naciones. Si vencen al conjunto neerlandés, al margen de lo que ocurra en la final del torneo, conseguirán clasificarse por primera vez en la historia para unos Juegos con las máximas aspiraciones.
España tiene un amplio horizonte de medallas. No todas se conseguirán porque depende de la suerte y de los aciertos de los rivales pero, a siete meses vista, hay aspiraciones en atletismo (sobre todo en la marcha, con los bicampeones del mundo María Pérez y Álvaro Martín, que optarán a tres medallas en total tras la inclusión de la prueba mixta), en bádminton con otra estrella del deporte mundial (Carolina Marín), en tenis (al margen de Nadal con Carlos Alcaraz, número dos del mundo) y en especialidades como el boxeo, el piragüismo, la vela, el ciclismo en pista, la gimnasia rítmica, la natación sincronizada, el balonmano masculino, el waterpolo en ambos sexos, el taekwondo, el pentatlón moderno y el baloncesto si antes se logra la clasificación olímpica.
Del Tour a los Juegos
Serán los Juegos de los escenarios ciudadanos, ya que buena parte de los monumentos de la capital francesa protagonizarán unos Juegos que hasta han conseguido que por primera vez una joya del deporte francés, como es el Tour, mueva pieza y no finalice en París tal como ha hecho desde que en 1903 se creó la carrera ciclista, que el año que viene acabará en Niza, con el nuevo duelo entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar y tres españoles (Enric Mas, Carlos Rodríguez y Juan Ayuso) como observadores.
En el retorno al tenis mundial de Nadal tras un año de ausencia por lesión, otra estrella, al margen de los Juegos, tratará de brillar con luz propia tras unas temporadas donde ha convivido más con la desdicha del asfalto que con la gloria del podio. Marc Márquez intentará volver a la senda de la victoria a lomos de una Ducati en un 2024 en el que Carlos Sainz tratará de ser campeón del mundo de Fórmula 1 con su Ferrari donde Fernando Alonso proclama continuar dando guerra.
Si hay un reto que no suena imposible, un sueño hecho realidad, una gesta para recordar, es lo que tratará de conseguir el Girona en su empeño por ganar la Liga ante un Madrid al acecho y un Barça abrazado a la irregularidad, con la sombra de la renacida Superliga y la cita veraniega con la Eurocopa.
2024 tratará de ser un año para recordar y, sobre todo, para disfrutar durante dos semanas con unos Juegos de verano a la sombra de la torre Eiffel, el Arco del Triunfo, los Campos Elíseos, el Sena, Montmartre y el Museo del Louvre.