En la provincia de Almería, junto al Mediterráneo, no se trata del mar Egeo, aquí podemos encontrar algunos pueblos que están situados con colinas o acantilados que se asemejan a las localidades más icónicas de las islas griegas. Desde alguno de estos lugares las vistas del mar y las puestas de sol son únicas.
La principal característica de estas localidades son sus calles estrechas, casi siempre empinadas con grandes cuestas, casas encaladas y detalles en azul que recuerdan a Santorini o Mikonos. Mojácar, localidad turística por antonomasia de la provincia, es uno de los pueblos blancos que comparte muchas características con los municipios de las islas griegas.
A unos 90 kilómetros de la capital en el Levante almeriense se ubica este municipio coronado por una amalgama de casas blancas y estrechas calles. La localidad con varias entidades se divide fundamentalmente entre el pueblo y la playa, lugar este último donde se concentra prácticamente el 70% de su población. Un pueblo dónde predomina el turismo, con más de 4.000 plazas hoteleras, incluido un Parador de Turismo.
El blanco de sus casas, los marrones de la tierra y el azul del cielo hacen una combinación perfecta para ser inmortalizada. Fue a finales de los años 60 cuando se convirtió en un lugar turístico por excelencia para músicos, pintores y artistas en general. Desde los diferentes miradores, como el castillo, se divisan bellos horizontes tanto al mar Mediterráneo como a las profundas ramblas de Sierra Cabrera.
En el límite del término municipal de Níjar junto a Carboneras se encuentra Aguamarga, una pedanía de apenas 400 habitantes que multiplica su población durante la época estival. Se trata de uno de los núcleos más bonitos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar que mantiene su encanto marinero y en su entorno se ubican playas tan peculariares como la cala de Enmedio o la del Plomo.
Lo más llamativo de este pueblo son sus estrechas calles entorno a una minúscula plaza que se convierte en punto de encuentro para los turistas y donde se ubican gran parte de los establecimientos hosteleros. En este núcleo se han instalado numerosos artesanos que exponen sus creaciones en textil, pintura o cerámica con un marcado estilo ‘boho chic’.
Otro de los enclaves que más se asemejan a los pueblos de las islas griegas es Las Negras. Aunque sus playas no son las mejores, este pueblo se ha convertido en uno de los más turísticos del parque natural. A lo largo de su paseo marítimo encontramos diferentes establecimientos que evocan un ambiente relajado con cierto aire de bohemia.
En esta pequeña localidad hay una gran oferta de alojamientos, desde hoteles a casas rurales, y camping . Además, desde Las Negras se puede acceder en barca o a pie hasta la cala de San Pedro ocupada desde hace años por comunas hippies.
En todos estos pueblos destaca su ambiente relajado, con un rica herencia cultural vinculada a mar. La gastronomía está basada en productos locales, con tapas y platos típicos almerienses, con ingredientes que son comunes a Grecia como el aceite de oliva, pescado o verduras.
Si en los pueblos griegos está presente la mitología aquí se palpa la herencia morisca, patente en sus construcciones y laberínticas calles. Tampoco olvidamos los detalles en azul como puertas y ventanas que contrastan con las paredes blancas y se mezclan con el color de las flores que adornan el entorno.