En menos de una semana, el Barça se ha quedado con las manos vacías. No tiene nada por lo que luchar, si acaso por el segundo puesto, amenazado como está ahora mismo por el Girona. Pero el equipo de Xavi, que sigue echando fuego por la boca, clamando por los arbitrajes, ya sea en Europa o en la Liga, se quedó desnudo, viendo como el Madrid resulta inalcanzable y desprovisto de todas las coronas, obligando a Joan Laporta a no fallar en el diseño de su próximo proyecto deportivo.
¿Con o sin Xavi? Ese es el dilema que debe decidir, y de forma urgente, tanto el técnico, que anunció su adiós en diferido, como el propio presidente, que busca y no halla al sucesor adecuado, mientras el Madrid se acerca a un doblete (Liga y Champions) devastador para la militancia culé.
1.PSG y Madrid, derrotas casi clónicas
Cada caída es distinta. Pero en el caso del Barça parece idéntica. Distinta y, al mismo tiempo, igual. En cinco días, el equipo de Xavi se ha despedido de las dos últimas competiciones a las que aspiraba. Tras perder la Supercopa con el Madrid en Arabia (4-1) y la Copa del Rey con el Athletic en Bilbao (4-2), los azulgranas, con un jugador menos durante una hora, salieron trasquilados de la Champions por el 1-4 del Paris SG y del Bernabéu (3-2) con ‘gol fantasma’ de Lamine Yamal incluido. Cinco días en los que se ha despedido de los dos títulos concretándose así la semana negra enterrando la reacción experimentada en los últimos meses desde que Xavi aireó públicamente que se marchaba en junio.
2.Cancelo, síntoma de la fragilidad
Tuvo personalidad el Barça en el Bernabéu, capaz como fue de adelantarse hasta dos veces en el marcador. Se imponía 0-1 y hasta 1-2. Pero de nada le sirvió. Contra el Paris SG ya le ocurrió algo similar. El 1-0 de Raphinha quedó sepultado por los cuatro goles que recibió en apenas 49 minutos, justo después de la expulsión de Araujo. En dos de los cuatro tantos aparece la figura de Cancelo. Descuidado en el 1-1 de Dembélé, sin fijar en lo que sucedía a su espalda. E imprudente luego el portugués con ese penalti a destiempo sobre el exdelantero azulgrana, prólogo al 1-3 de Mbappé. En Madrid, alteró el orden de los errores. Suya fue la responsabilidad en el penalti de Cubarsí al permitir que Lucas Vázquez entrara con toda la calma del mundo por la banda derecha. Descuidó de nuevo el territorio que había a su espalda cuando el lateral gallego firmó el 2-2 y no cerró en el tiempo añadido el centro de este para que Bellingham castigara la espalda de Koundé en el 3-2. En Cancelo, cedido por el City, se resume la fragilidad táctica y hasta anímica del Barça. Y de la falta de planificación del club. Venía para ser el indiscutible lateral derecho y terminó siendo dueño de la banda izquierda, el agujero negro de la zaga azulgrana.
3.Impotencia ante el Madrid: tres clásicos, tres derrotas
Tres clásicos se han jugado esta temporada en dos competiciones distintas y tres derrotas ha sufrido el Barça. Y de todas maneras. De Montjuïc al Bernabéu pasando por Riad. El parcial de goles lo dice todo: 9-4. A pesar de que ha dominado en muchas fases de esos partidos (la primera parte en Barcelona o incluso el pasado domingo en el Bernabéu), el equipo de Xavi no ha tenido la contundencia necesaria para imponerse. Y ha clonado hasta la forma de perder en la Liga. Los goles de Bellingham han llegado en el tiempo añadido. Anotó así el inglés (m. 90+2) el 1-2 en la montaña olímpica y repitió idéntica fórmula (m. 90+1) para sellar el 3-2 que le daba la Liga en el Bernabéu. No necesitó Ancelotti ni a su pareja de delanteros titulares para abatir al Barça porque ya había sustituido a Rodrygo (m. 74) y Vinicius (m. 82). En Arabia, el Barça ni compitió porque a los 40 minutos ya había encajado tres goles. Y el problema se agrava porque son, en realidad, cuatro clásicos consecutivos con derrota incluyendo el 0-4 de la Copa en el Camp Nou.
4.La “contradicción” de Xavi
“Es una contradicción todo lo que ha pasado”, admitió el técnico tras ver escaparse la Liga en el Bernabéu mezclando el “orgullo” por la forma en que compitió su Barça. Compitió y perdió con el Madrid. Como le ocurrió el martes con el PSG. “Hemos jugado muy bien a fútbol”, sostuvo Xavi, convencido de que había merecido la victoria mucho más que el Madrid. Apeló el técnico a “una injusticia total” recordando que la derrota se podría atribuir a errores arbitrales y se le escapó el triunfo “por detalles que no controlamos, como la defensa del área”. Ahí incidió Xavi en un análisis que ya ha dejado de ser noticia. Es costumbre. “Es algo que habíamos trabajado muchísimo y al final hemos recibido el tercer gol por no parar una transición”, argumentó el técnico recordando que Pedri no supo detener la jugada iniciada por Brahim y finalizada por Bellingham. El Barça lo trabaja, como repite su entrenador, pero falla en lo de siempre. No encuentra solución a esos problemas que se repiten partido tras partido. “En el juego poco más podemos hacer”, llegó a decir el técnico. Cuando Xavi anunció su adiós, tras la derrota con el Villarreal (3-5) en Montjuïc, el Barça tenía 44 puntos. Y el Madrid, que no era el líder, poseía 54. La desventaja era de 10 puntos. Ahora, es de 11.
5.Barça no puede exponerse a quedarse sin la segunda plaza
Perdido ya los cuatro títulos en juego, y con el consiguiente impacto negativo que tendrá en las cuentas del club (dejará de ingresar 80 millones la próxima temporada), el Barça no puede exponerse a quedarse sin la segunda plaza. No solo se quedaría sin la próxima edición de la Supercopa, lo que representaría otros ocho millones menos, sino que causaría un enorme daño reputacional, tal y como le ha sucedido con su ausencia en el Mundial de clubs que se estrenará en Estados Unidos en el verano de 2025. Quedan seis jornadas, y como dijo Xavi, hay “objetivos” por conseguir. Menores, mucho menores, pero trascendentes para el club. Ahora, el Barça tiene 70 puntos y el Girona, 68. Quedan seis jornadas por disputar. Y con la cercanía de un duelo directo en Montilivi el próximo 4 de mayo que puede aclarar mucho ese lugar que sube al avión camino de la Supercopa de Arabia.