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Costará cinco euros entrar a Venecia, a partir del próximo 25 de abril. Finalmente, después de muchos retrasos desde que se anunció la imposición de una tasa a los turistas que visiten la ciudad de los canales, el alcalde veneciano, Luigi Brugnaro, dio a conocer en el Ayuntamiento el definitivo. El tique que deberán abonar quienes accedan a la ciudad antigua, sin pernoctar en alguno de sus alojamientos, se solicitará de 8.30 a 16.00 horas, solamente durante 29 días, en este primer año de entrada en vigor. Es decir, la tarifa de 5 euros se aplicará en los días de mayor afluencia de turistas, que son los siguientes: entre el 25 de abril y el 5 de mayo de 2024 y todos los fines de semana comprendidos entre el 11 de mayo y el 14 de julio (excepto el 1 y 2 de junio). El pago de las entradas podría ampliarse en el futuro a otras jornadas.
Quedarán excluidos de la tasa las siguientes categorías: ciudadanos residentes y nacidos en el municipio de Venecia, propietarios no residentes, estudiantes y trabajadores, los niños menores de 14 años, los residentes en la región de Véneto (representan la mayoría de los que visitan la ciudad durante el día); las personas con discapacidad y sus acompañantes no deberán pagar, pero deberán reservar la visita de forma gratuita. No se exigirá la contribución a quienes pasen por Piazzale Roma, Tronchetto y la Estación Marítima, ni para acceder a las islas más pequeñas. Los turistas que pernoctan ya pagan un impuesto diario, dependiendo de la categoría que tenga el hotel o residencia.
El alcalde de Venecia se siente orgulloso de que Venecia sea la primera ciudad el mundo que adopta tal medida y espera que sea un ejemplo en el futuro, «para otras ciudades frágiles y delicadas que deben ser salvaguardadas«. «No se trata de una revolución, sino del primer paso de un proceso que regula el acceso de los visitantes diarios -afirma Brugnaro-, un experimento» para «mejorar la habitabilidad de la ciudad, de quienes viven y trabajan en ella. Llevaremos adelante el plan con la conciencia de que puede haber problemas, nadie lo ha hecho nunca en el mundo. Los márgenes de error son amplios, pero estamos dispuestos, con humildad y valentía, a realizar todos los cambios necesarios para mejorar el procedimiento».
Sin «numerus clausus»
«Venecia, una ciudad abierta», afirma el alcalde Brugnaro, parafraseando el título de la obra maestra de Roberto Rossellini, «Roma, città aperta» (1945). Es decir, por ahora no se limita el número de turistas que pueden entrar en la ciudad, un tema que fue objeto de debate y polémica en el pasado. En todo caso, la eventual necesidad de imponer un límite de entradas o de subir las tarifas en determinadas fechas, se definirá tras este experimento con datos ciertos en la mano.
En efecto, el propio Luigi Brugnaro advierte que «será un experimento, un primer modelo de reserva para entrar en la ciudad». Esto permitirá al Ayuntamiento, según el regidor, conocer el número exacto de personas presentes en Venecia. «Gracias a la sala de control inteligente recibimos información de las cámaras, de los sensores de conteo de personas y de las células telefónicas; a partir del próximo año tendremos datos precisos que nos permitirán gestionar servicios y flujos».
El Ayuntamiento ha destacado que la tasa al turista no se ha diseñado para ganar dinero, según ha explicado el concejal de Turismo, Simone Venturini: «Nuestro objetivo es desarrollar una herramienta capaz de identificar un nuevo equilibrio entre las necesidades de quienes viven, trabajan o estudian en Venecia y las de quienes desean visitar y conocer la ciudad». El experimento costará, en el 2024, alrededor de 3 millones de euros y se espera una recaudación no superior a los 700.000 euros.
Cómo se reserva
Los turistas, una vez que hayan pagado la tarifa de 5 euros por medio de una App o de la plataforma web dedicada a las reservas, obtendrán un código QR «que será controlado aleatoriamente en los controles de acceso -ocho en total- que se ubicarán en el centro histórico», explicó el alcalde. Los controles serán realizados por operadores de una empresa especializada, eventualmente apoyados, en caso necesario, por agentes de la policía local. «Quien no cumpla la ordenanza tendrá que pagar una tarifa de 10 euros y una multa administrativa que oscilará entre 50 y 300 euros, con posibilidad de presentar denuncia, según el Código Penal, a quien presente documentos falsos«, explicó el concejal de Hacienda, Michele Zuin.
Presión de la Unesco
El calendario para poner en práctica el pago de una tarifa por entrar en Venecia ha sufrido numerosos retrasos. Han pasado nada más y nada menos que cinco años desde que, en la Ley nacional de presupuestaria del 2018, se autorizó al municipio de Venecia a cobrar una entrada a los turistas. Desde entonces, se han sucedido anuncios, aprobaciones que nunca se cumplieron sobre diversas fechas y con varios precios por los billetes, pruebas, aplazamientos y discusiones interminables.
En 2020, el Covid lo bloqueó todo. Se proyectó una primera prueba en 2022, pero los anuncios que daban como definitivo el verano del 2023 para el ingreso limitado de turistas, fueron luego desmentidos varias veces. Tras un interminable tira y afloja entre el Ayuntamiento y diversos sectores, los enfrentamientos en las comisiones municipales, las dudas de las asociaciones profesionales, las complicaciones relacionadas con los sistemas operativos, por fin se llega a una fecha definitiva, con dos palabras clave sobre la tasa a los turistas: Experimentación y reserva anticipada.
Cabe destacar que la aceleración de la aprobación de la tarifa de entrada se ha llegado por la presión de la Unesco, que ha urgido en numerosas ocasiones a las autoridades italianas y al Ayuntamiento veneciano en particular a adoptar medidas para evitar el deterioro de la ciudad lagunar. Ante las advertencias de la Unesco, Venecia temió ser incluida en la lista negra de la agencia de la ONU sobre el patrimonio mundial en peligro, lo que hubiera supuesto un daño enorme para la imagen de Venecia y de Italia.
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