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Lidia Ruba: “Este Dakar nos ha pasado todo lo que no nos ocurrió en el anterior”


Por tercer año consecutivo la zaragozana Lidia Ruba disputó como copiloto el mítico Rally Dakar junto a su marido y piloto Juan Morera, en la categoría Classic. El año pasado este matrimonio se alzó con la victoria en una de las pruebas de conducción más exigentes del mundo, y este año regresaban al Rally a los mandos de un modelo histórico de la categoría, el Porsche 959.

En el año 1986 la escudería alemana apostó por llevar al Dakar su modelo 959, algo completamente revolucionario comparado con el resto de vehículos, ya que se trataban de todoterrenos diseñados para las condiciones extremas del desierto. A pesar de ello la pareja formada por los franceses Jacky Ickx y Claude Brasseur quedaron segundos, logrando una gesta que marcó un antes y un después en el Dakar.

Para esta edición Lidia y Juan se montaron en una de las dos réplicas de este Porsche 959 que se usaron en la prueba: “Tanto la prensa como compañeros del Dakar han coincidido que es el coche más bonito que ha habido esta edición. Como el año pasado conocimos mucho a Jacky Ickx nos parecía un reto muy chulo llevar ese coche, sobre todo mi marido que es el que ha preparado todo al detalle. La sensación de conducir el coche es super bonita, se comporta muy bien en dunas y teníamos miedo porque fuera bajito, pero no dio problemas en ese aspecto”, declaró Lidia.

Este año la pareja empezó el Dakar por todo lo alto, ganando el prólogo el primer día de competición, por lo que seguían manteniendo la vitola de favoritos: “Empezamos súper bien ganando la prólogo e íbamos muy bien en la primera etapa hasta que se nos paró el coche por un fallo eléctrico, pero de no ser así no sé si habríamos ganado pero sí quedado entre los tres primeros“.

Esta edición del Rally Dakar ha estado llena de problemas para esta pareja: “Este año nos ha pasado todo lo que no nos ocurrió el año anterior. Hemos tenido problemas eléctricos, de temperatura, de embrague e incluso tuvimos un incendio en la etapa 10 al parar a ayudar a nuestros compañeros. El motor había hecho mala combustión y el aceite había caído sobre el tubo de escape, pero por suerte vaciamos nuestro extintor y el de nuestros compañeros y continuamos, aunque con mucho miedo.” Estas situaciones te llevan al límite y muchas veces tienes que echar mano de cierta improvisación para salir del apuro: “En la tercera etapa el acelerador se nos quedó enganchado y el coche no dejaba de coger velocidad, pero al final lo conseguimos arreglar con una lata de atún que nos dejó un médico que pasaba por ahí, no sé ni cómo acabamos la etapa”.

Este año nos ha pasado todo lo que no nos ocurrió el año anterior



En un primer momento Lidia y Juan terminaron sextos el Dakar, pero tras unas penalizaciones a sus rivales deberían de aparecer como quintos, aunque no consta así de manera oficial: “Ahora aparecemos como sextos pero seremos quintos porque los de delante nuestros les penalizaron bastante. Pero son franceses y a ellos a veces se les aplican las penalizaciones, a los españoles estas cosas no se nos perdonan, aunque nos quieren mucho. No sé como lo dejarán pero nosotros en el fondo sabemos que somos quintos.”

Tras un Dakar de locos con muchos más problema que otros años, Lidia parece que tiene suficiente, pero sabe que su marido tiene hambre de más: “Yo siempre que acaba me quedo con pocas ganas de volver, acabo agotada y no me apetece nada. Si por mi fuese ya vamos servidos, pero mi marido ya está haciendo planes con el mecánico para mejorar el coche. Él es muy cabezón y si que lo hará, pero no se si conmigo u otra persona”. La copiloto zaragozana no contempla un cambio de categoria Classic a otras más peligrosas: “Si haríamos el cambio a velocidad pero teniendo tres niños corres mucho riesgo“.



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