Es posible que portar la bandera de Estados Unidos en la ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos fuera uno de los pocos logros que le quedaban por conquistar a Lebron James. A sus 39 años, ‘el Rey’ hace ya mucho tiempo que trascendió lo puramente deportivo, esa parcela en la que es considerado casi unánimemte como el segundo mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, para ir un paso más allá. Quizás, para llegar a donde nunca llegó el que todos consideran el primero, Michael Jordan, al hacer uso de su poder mediático en causas sociales fuera de su profesión.
“Entendemos el gran honor de estar en esa posición y creo que toda la carrera de Bron, dentro y fuera de la pista, habla por sí sola de que es digno de ese honor. Ha representado lo que significa ser excelente tanto dentro como fuera de la cancha en su compromiso de servicio y de elevar a la comunidad en todos los sentidos”, expresó su compañero Stephen Curry, encargado de anunciar hace unos días ante él y el resto de sus compañeros del equipo estadounidense de baloncesto la noticia. Segundos después, Lebron se golpeó el pecho en señal de agradecimiento por las palabras de su compañero y mandó su último mensaje al mundo. De forma sutil, pero lleno de simbolismo, el alero incidió en la búsqueda de la unidad.
“En un país que está tan dividido, espero que este momento nos una a todos aunque sea por un instante, unos segundos, por ese momento en el que estaremos navegando por el agua en París, así que llevaré esa responsabilidad con mucho honor. Para un muchacho de Akron, lo significa todo no sólo para mí, sino para toda mi familia, todos los muchachos en mi ciudad natal. Los deportes tienen el poder de unirnos y estoy orgulloso de ser parte de este importante momento”, expresó James, en un mensaje medido y con calado más allá de la emoción del momento.
Sus palabras estaban llenas de simbolismo político, e iban en la línea de lo que el gran líder del ‘Team USA’ y sus compañeros ya han mostrado a las claras en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, hace dos semanas, cuando todavía no era la candidata a presidenta por la renuncia de Joe Biden, la vicepresidenta Kamala Harris visitó al equipo en Las Vegas y LeBron apareció siempre en primera fila junto a ella, en un nuevo gesto de apoyo al partido demócrata, al igual que actuó en el pasado: ya lo hizo en pasadas elecciones con Hillary Clinton y del propio Biden hace cuatro años.
Enemigo público de Trump
Una visita que hubiera sido impensable si el presidente fuera Donald Trump. James nunca ha tenido problemas en significarse políticamente, traspasando esa barrera que dice que no se debe mezclar política y deporte. Porque el jugador de los Lakers, líder absoluto de la selección estadounidense que aspira a su quinto oro olímpico seguido (sería el tercero para él tras Pekín 2008 y Londres 2012) tiene tanta fuerza con el balón en las manos como ante los micrófonos.
No en vano, ya fue el gran representante en el mundo del deporte del movimiento Black Lives Matter contra la represión policial en Estados Unidos hacia los ciudadanos negros. Y se ha significado en reiteradas ocasiones contra Trump, tanto durante su mandato como ahora ante las nuevas elecciones presidenciales. “Ir a la Casa Blanca era un honor hasta que tú llegaste”, llegó a decir LeBron en 2020, justo cuando rechazó acudir a la tradicional recepción oficial del presidente de EEUU a los campeones de la NBA tras conquistar el anillo con los Lakers.
“Vivimos en dos Américas. Si los que irrumpieron fueran los de mi clase, ¿cuál habría sido el resultado? Creo que todos lo sabemos. Sabemos qué hubiera pasado si alguien se hubiera acercado al Capitolio, y más si se hubiera metido en las oficinas y en los pasillos”, dijo, por otro lado, cuando partidarios de Trump asaltaron el Capitolio en 2021 tras perder las elecciones. Palabras que encontraron la respuesta del ahora candidato, que atacó al a James en repetidas ocasiones, acusándole de dividir al país con “desagradables comentarios” sobre el racismo.
Ahora, con el país sumido en una de las carreras electorales más farragosas que se recuerdan, la elección de James como abanderado está cargada de un claro componente político, y llegó en uno de los momentos más convulsos de los últimos tiempos para Estados Unidos. Este viernes se convertirá en el primer baloncestista masculino en ser abanderado de Estados Unidos, y de paso, mandará otro mensaje cargado de potencia al mundo mientras su país está en ojos de todos.
Curry apoya a Kamala Harris
Hace poco menos de dos semanas, el expresidente y candidato repúblicano Trump fue víctima de un atentado mientras pronunciaba un discurso en un mitin en Pensilvania de cara a las elecciones estadounidenses que tendrán lugar en noviembre. Una bala, disparada por un francotirador situado a unos 200 metros del escenario rozó su oreja, evitando milagrosamente su cara.Y apenas hace unos días, Joe Biden confirmó que no se presentaría como candidato por su estado de salud, pasando el testigo a la actual vicepresidenta Kamala Harris.
“Estos son tiempos complicados para nuestro país”, dijo este jueves Stephen Curry cuando le preguntan por la situación política en Estados Unidos, antes de hablar a las claras de sus preferencias, extensibles en gran medida a toda la selección estadounidense. “El Presidente Biden dio su apoyo y la Vicepresidenta Harris está preparada para aportar su energía a esta campaña y esperemos que cuando se confirme su candidatura, ganemos. Esto es muy importante”, aseguró el jugador.
“Me emociona saber que estamos representando a nuestro país aquí. Espero que esta sea una buena manera de contribuir a seguir unificando el país… el deporte une a mucha gente”, recalcó el base de Golden State, incidiendo en la misma “unidad” de la que había hablado su líder Lebron días antes.