No ha sido tan fácil como se esperaba, pero la renovación de Koke (Madrid, 1992) hasta 2025 con el Atlético fue un hecho este lunes. Ambas partes se conocen de sobra, para lo bueno y lo malo. Con 626 encuentros oficiales a las espaldas, algo que ningún otro rojiblanco ha conseguido, apenas hay secretos, pero sí exigencias. El vallecano será ‘one club man’ de los ‘colchoneros’ a razón de ir renovando cada temporada.
Recital frente al Inter en el Metropolitano
Koke tiene 32 años, de los que 26 ha vestido la camiseta del Atlético. Su compromiso con un club que requiere fe es inquebrantable. Las piernas ya no corren como antes, pero el cerebro, y sobre todo el corazón, siguen al mismo nivel. El mediocentro puso la rúbrica a su prolongación de contrato con el excelso partido que jugó en la remontada frente al Inter en el Metropolitano. La fecha emocional sobre la que Simeone quiere edificar el resto del curso.
Contra los ‘nerazzurri’ recorrió 17,5 kilómetros, por encima de cualquier otro mediocampista. Tuvo llegada, despliegue, anuló a Barella, el mejor de los ‘interistas’ y supo esperar el momento concreto para meter la asistencia ganadora a Memphis. El neerlandés aprovechó el pase, envió el cruce a la prórroga y los penaltis, con Oblak como estrella, hicieron el resto. Fue una demostración del ‘viejo’ Koke al máximo nivel, con el espíritu de la dirección que tantos años ha sabido representar.
Los datos en frío no hablan, pero sí ayudan en los argumentos. Koke intervino 116 veces en aquel partido, completó 92 pases y generó cuatro ocasiones claras para sus compañeros. Lideró prácticamente todas las estadísticas de un Atlético donde es el escudo. Tanto por su rendimiento como a la hora de asumir la responsabilidad de los momentos difíciles. Dio la cara tras la goleada del FC Barcelona en el Metropolitano para lanzar un mensaje claro: “Hay que apretar el culo”.
Clave en un Atlético sin mediocentros de garantías
Es el cuarto jugador de campo que más minutos acumula en lo que va de temporada: 2.815, solo superado por Witsel, Hermoso y Griezmann. Es el hilo conductor del ‘cholismo’. El único que estaba en la plantilla cuando llegó Simeone, con el que fue modelando su posición. Pasó de la mediapunta al mediocentro, con lo que el registro de goles bajó, pero mejoró en la creación de fútbol.
Durante años rozó la veintena de asistencias y sigue siendo un futbolista central en un Atlético con un centro del campo cambiante. Koke ha tenido que dar el enésimo paso adelante ante el bajón de Rodrigo de Paul, la incapacidad de Vermeeren para tener protagonismo desde su llegada en invierno y, sobre todo, frente a la ausencia de un deseado ‘5’ de garantías que Simeone ha reclamado sin éxito.
“He tenido muchas oportunidades de salir de aquí, de mi casa y no he querido. ¡Cómo me iba a ir en el mejor momento, en el que más se disfruta! Aunque en los momentos más difíciles hay que estar, también hay que disfrutar de los buenos. Es un orgullo ser el capitán del Atlético en esta etapa tan bonita”, aseguró Koke en su primera declaración tras renovar hasta 2025.
“Quiero volver a Neptuno con la afición”
Como bien relata Koke, en la década pasada fue objeto de deseo de los grandes de Europa, donde lució galones para llevar al Atlético a las dos finales perdidas. Esas que le generaron unas heridas cicatrizadas por el tiempo y, sobre todo, por el calor de una afición que siempre le ha reconocido su jerarquía. El mediocentro llegó a tener un valor de mercado de 70 millones y a percibir un salario de ocho.
La cifra que ganará en esta nueva etapa no llegará a los a la mitad de los mejores tiempos. Se tendrá que ganar la continuidad año a año, algo habitual en los equipos del primerísimo nivel. Es el apartado que más inseguridad le producía y el único elemento que le hacía mirar de lado. Pero opciones como Arabia Saudí quedaban demasiado lejos, física y mentalmente para lo que Koke representa.
“He podido devolverle a Miguel Ángel Gil y al club el gran esfuerzo que hicieron por mí en cadete. Más que con un recuerdo me quedo con mis compañeros, Gabi, Juanfran, Godín, Simeone, la gente... Quiero volver a Neptuno con la afición. En la última visita no pudieron estar (la Liga 2020/21 fue en la pandemia)”, sentenció Koke, el soldado más fiel que ha tenido el club en su historia reciente, “porque el Atleti es mi vida”.