Más de la mitad de la población española no tiene un cuerpo normativo pero casi que no se ve otra cosa en la ficción. Ni en series ni en películas apenas aparecen corporalidades diferentes entre el reparto. No es una percepción escrita a vuela pluma, sino que son datos del «Informe Gordofobia 2023» del Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA).
Según el análisis realizado, solo el 3% de los personajes de ficción española en 2022 son “percibidos como gordos“: 57 de los 1.721 personajes revisados en total. Además de la evidente invisibilización, desde el observatorio destacan que estos datos resultan «todavía más preocupantes» si se tiene en cuenta que, según el INE, en España están por encima del “normopeso” el 61,4 % de los hombres y el 46,1% de las mujeres. Las pantallas no reflejan la realidad. En total, se han analizado 99 películas y 61 temporadas de 59 series de ficción.
Desgranando los datos, en las películas españolas de 2022 hubo 701 cuerpos normativos (94,6 %) y 28 personajes gordos (3,8 %); mientras que en series, los cuerpos normativos fueron 934 (95,3 %) y las personas gordas, 29 (3 %). En ambos casos, el estudio ha detectado que «otros tipos de cuerpos» aparecen en un 1,6 y 1,7 % de producciones, respectivamente.
Sobre esto, el estudio destaca que hay «paralelismos» entre ambos formatos audiovisuales y apunta también que estos personajes suelen concentrarse sobre todo en el drama, pero también la comedia, en este último caso empleando la corporalidad como “elemento risible”.
Las corporalidades normativas a las que hace referencia el informe son aquellas que no salen de los modelos imperantes ni los cánones de belleza. Entre los hechos destacados, los investigadores también constatan que “el personaje menos delgado del reparto es automáticamente percibido como gordo” por lo que se da la circunstancia que un mismo intérprete puede ser «leído como gordo en unas producciones mientras que en otras no».
Hombres, de 30 a 50 años
En cuanto a géneros, el estudio también señala que hay una mayor presencia de hombres entre las corporalidades no normativas, pero también minoritaria: 5,4 % en el cine, mientras que en las series son un 4,7 %. «A su vez, observamos cómo las mujeres están más sujetas a la normatividad corporal, al mismo tiempo que su representación sigue estando más asociada que la de ellos a una hipervigilancia hacia sus cuerpos», detallan.
Por edades, casi el 50 % de personajes de series y películas que son gordos tienen entre 30 y 50 años. Así, el perfil más mayoritario dentro de esta minoría que representan en la industria del audiovisual de ficción sería: hombres de mediana edad y cuyos personajes están envueltos en el drama o se dedican a papeles en la comedia. También, indica el estudio, que los personajes suelen ser de clases sociales bajas.
Por otro lado, el informe del ODA —que cuenta con el apoyo de Filmin y Prime Video— también se centra en otras diversidades y apunta que personajes gordos racializados o con alguna diversidad solo hubo tres en todo un año de ficción, mientras que LGBTIQA+, uno.
Con todo esto, desde el observatorio reclaman que las personas con corporalidades no normativas no aparezcan solo en géneros o papeles “que fomenten imaginarios colectivos nocivos” o estén estancados “en la crueldad, la marginalidad y lo villanesco”.
“También es necesario que haya más de un personaje gordo por producción”. “De igual modo, sigue siendo necesaria una mayor interseccionalidad, pues apenas existen personajes gordos que a la vez sean LGBTIQA+, racializados o con discapacidad”.
Para acabar con esta invisibilización, animan a los creadores “a reflexionar” y a “ampliar el concepto de corporalidades no hegemónicas para lograr que más personas tengan cabida en el cine”.
Cerdita, un fenómeno indispensable
Entre las sensaciones cinematográficas de 2022 está ‘Cerdita’, dirigida por Carlota Pereda y con Laura Galán como protagonista. Para el estudio, es un film “indispensable, que supone una ruptura con la representación tradicional de la gordura en pantalla al mismo tiempo que inciden en los problemas específicos que enfrentan las personas gordas”, como su protagonista, víctima de bullying.
Además, se trata de una película de terror. Su directora afirma que «no hay nada más revolucionario que mostrar la realidad humana». Y recuerda: “la ficción forma parte esencial de nuestra socialización y nuestra educación sentimental. Llega allí donde no llegan la sociedad, la escuela, los padres”.