Lamine Yamal se ganó con su prometedora temporada con el FC Barcelona el billete para la Eurocopa de Alemania. Sus compañeros de la Roja lo han protegido el máximo posible, pero hasta un punto. «No hace falta darle consejos de lo que debe hacer en el campo», dicen ahora sobre un juvenil que ya se puede considerar un crack mundial.
Gran impacto
Su nombre está en boca de todos los aficionados del planeta, que se quedaron con la boca abierta viendo su golazo frente a Francia en las semifinales de la Eurocopa y sentándose en la mesa de las grandes estrellas del momento.
Mbappé tuvo que reconocer que «España se ha merecido pasar por lo bien que ha jugado» y ya sabe quién será su principal rival por el trono de la Liga española de la próxima temporada.
Ha pasado casi un mes y medio desde que se concentró con sus compañeros. Desde su debut en Georgia el pasado septiembre ha ido cogiendo confianza con el grupo, aunque se ha refugiado en su amigo Nico Williams, con el que comparte las aficiones del tik-tok, la play-station o jugárselo todo al piedra-papel-tijera.
Una dupla a la que solo les falta su nexo de unión, Alejandro Balde, lesionado y que no puede estar con ellos. El lateral zurdo y Nico comparten hasta las vacaciones. Quizá en un próximo encuentro se les una el crack del Barça. Se lo pasan en grande dentro y fuera del terreno de juego.
El ‘Papá’, como a Nico le gusta que llame Lamine, y el ‘hijo’ van a su bola. Han creado su propio espacio, al que a veces se cuelan otros como Dani Olmo, Pedri o Ferran Torres, a los que también les encanta el buen rollo que transmite la dupla de oro del fútbol español.
Los veterano también los aprecian y se contagian de su ingenuidad. Una manera de entender la vida propia de adolescentes que les aísla de la presión.
Son jóvenes, pero con un alto grado de responsabilidad cuando pisan un terreno de juego. Frente a Francia se desgastaron como leones en defensa. Un gesto que futbolistas como Rodri aplaudieron de forma especial. Toda ayuda es buena y cuando toca ponerse el mono de trabajo lo hacen sin ningún problema.
Premios individuales
Lamine Yamal ya empieza a recoger distinciones individuales. Ganó su primer MVP en el majestuoso escenario de una semifinal de la Eurocopa. Sin embargo, sonreía igual que si hubiera ganado un partido con sus amigos en el barrio de Rocafonda. No hay nada mejor que tomarse el fútbol como un divertimento.
El sábado será su cumpleaños. Soplará por fin las 17 velas y no espera ningún regalo. «Ya le he dicho a mi madre que no me compre nada, con llegar a la final tengo suficiente», dijo al final del partido.
Será un aniversario especial. En la víspera de una final de la Eurocopa. Un sueño hecho realidad más pronto de lo que ni él mismo podía imaginar.
Entre sus grandes virtudes también está cómo ha conectado con la grada. Cada vez que levanta los brazos, el público se vuelve loco. Es ya un ídolo de masas. Y no solo en España, sino también en los países más futboleros del mundo.
Es habitual ver en los estadios donde juega España a aficionados neutrales con la camiseta de Lamine Yamal con el número 19 en la espalda. Un dorsal que le da suerte y que puede ser el 10 con el Barça más pronto que tarde. En la Roja está reservada para otro crack, Dani Olmo, quien la está rompiendo y a sus 26 años apunta a capitán a corto plazo.
El disfrute de Lamine, su conexión con los aficionados del fútbol de todas las edades y, sobre todo, sus diabluras con el balón ya han hecho de él un icono que tiene pinta de durar durante muchos años. Por suerte, la estrella emergente es español.
Protagonista en la fiesta
España celebró el pase a la final de la Eurocopa del domingo en Berlín con gran euforia. No era para menos. El bus de vuelta al hotel fue donde llegó el clímax antes de poder reunirse con los familiares, estar más tranquilos y descansar hasta afrontar la vuelta al trabajo este miércoles.
La fiesta fue redonda con un protagonista especial: Lamine Yamal. Sus compañeros lo abrazaron, felicitaron, le hicieron alguna trastada, todo valía en una noche de gloria. n