La Eurocopa ha dado vida a muchas zonas de Alemania. Una de ellas es la alicaída Cuenca del Ruhr, donde sus alicientes turísticos son mínimos, pero el fútbol la convierte en el centro del mundo por unas semanas. Gelserkinchen tendrá el privilegio de acoger este jueves un clásico del fútbol continental como es un España-Italia.
La afición española es de las que menor número de seguidores atrae tradicionalmente. Sin embargo, en esta Eurocopa ha subido su movilización de forma notable. En Berlín ya se dejaron notar, pese a la superioridad croata, pero ante Italia aún darán más colorido con la presencia de unos 12.000 seguidores en las gradas.
La ‘Marea Roja’ teñirá las gradas del Schalke auf Arena, con una capacidad para 65.000 espectadores, y se espera una presencia similar o ligeramente superior de los aficionados italianos, completados con los hinchas locales. El estadio se llenará, como todos los de esta Eurocopa, que está resultando un éxito tanto por su atractivo deportivo como por el aspecto de las gradas.
Después del descafeinado Mundial de Qatar, la afición al fútbol, en este caso Europea, tenía ganas de vivir una gran competición con normalidad, algo que no ocurría desde la Eurocopa del 2016 en Francia. En la anterior Euro, del 2021, el Covid-19 limitó mucho el desplazamiento de las aficiones y en Qatar resultaba muy complejo y caro viajar para arropar a sus equipos.
Disfrutar del fútbol
Sin embargo, en Alemania el fútbol ha recuperado la chispa. La buena localización del país en el centro del continente, sus precios asequibles y buenas comunicaciones con el exterior han facilitado que las aficiones se hayan desplazado masivamente, incluida la siempre reacia española.
Eso sí, no es oro todo lo que reluce. Los aficionados y medios de comunicación desplazados se han visto sorprendidos por las carreteras colapsadas alemanas debido a la multitud de obras que convierten cualquier viaje por carretera en una odisea. Los atascos están al orden del día y es mucho más aconsejable desplazarse en tren o, si la economía lo permite, en avión.
El mítico Schalke 04
En cualquier caso, el fútbol puede con todo y la Cuenca minera del Rhur está viviendo con felicidad tener varias sedes de la Eurocopa. Gelsenkirchen es una de las más simbólicas por su mítico equipo del Schalke 04, recordado en España porque jugó Raúl González, pero con una historia mucho más amplia. Ahora vive momentos duros en la Bundesliga 2, pero su estadio es de cinco estrellas y albergó la final de la Champions del 2004 y fue sede del Mundial del 2006.
Gelsenkirchen no cuenta con grandes atractivos para el visitante. Ni mucho menos. Sus naves industriales no llaman la atención ni sus calles poco agraciadas, aunque tiene un poder mucho más importante, el del fútbol. La ciudad está preparada con su fan zone para acoger a los visitantes y servirles sus cuantiosas cervezas para amenizar la jornada.
Su pintoresco tranvía amarillo, que pasa por el mismo carril que los coches con el peligro aparente que ello conlleva, transportará a los aaficionados al alejado estadio del Schalke 04. El transporte público es la única manera que permite acceder a un recinto de lujo.
España confía en dejar su sello ante su afición y sumar una segunda victoria antes de volver el lunes a Renania del Norte para jugar en Düsseldof ante Albania con el billete para los octavos de final en el bolsillo.