Agentes de la Policía Nacional abortaron en la noche del sábado al domingo en el valenciano barrio de Natzaret una velada callejera de boxeo en la que púgiles eran dos adolescentes de 15 y 16 años y que, gracias a la intervención de los agentes, no llegó a tener lugar. Los policías, pertenecientes a la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR), especializados en orden público y grandes aglomeraciones, identificaron a unas 50 personas que se habían congregado en el parque de Benimar, conocido con el nombre del club-balneario que había en ese lugar hasta su cierre, hace medio siglo.
Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los agentes intervinieron después de que la Policía Nacional tuviese conocimiento de la cita, que se había anunciado a través de internet, principalmente mediante la red social Instagram. En la misma, se congregaba a los aficionados al boxeo a una “velada callejera” en “el parque del benimar” a partir de las 22.00 horas del sábado pasado, 10 de agosto.
Se trata de un ‘evento’ similar a los de las peleas callejeras convocadas a través de redes sociales, que empezaron a proliferar el año de la pandemia, en 2020, pero con la diferencia que supone que solo haya dos combatientes y que se rodee de la aureola de combate de boxeo.
Identificados los 50 asistentes
En cuanto la Policía Nacional tuvo conocimiento, envió al lugar varias dotaciones de la citada unidad. Al llegar, encontraron a dos chicos de 15 y 16 años, ataviados con calzón de boxeador y guantes, a punto de iniciar el combate, que había congregado a una multitud formada por alrededor de 50 personas.
Los policías disolvieron el combate y pidieron a todos los presentes que se colocasen contra la pared del muro que separa el citado parque del barrio de Natzaret y los fueron identificando uno a uno. Las fuentes consultadas por este diario hicieron hincapié en que ninguno de los identificados opuso resistencia.
También se les pidieron los respectivos carnés de identidad a los dos boxeadores que iban a enfrentarse. Según la información a la que ha accedido este periódico, no se produjeron detenciones, ya que ninguno de los integrantes del público tenía ninguna orden judicial o policial pendiente, pero si se realizaron varias actas de aprehensión de armas prohibidas por el reglamento, en su mayoría, navajas y otros objetos corto punzantes. En total, los agentes levantaron seis actas por tenencia de armas prohibidas y tres más, por drogas.
Toda la información recabada por los agentes en el lugar está siendo analizada ahora por otras unidades de la Policía Nacional, para saber si había apuestas y quién está detrás de la organización de este combate de boxeo clandestino, que se iba a celebrar fuera de cualquier circuito legal, al margen de la Federación Valenciana de Boxeo.
La vieja promesa de diginificar Natzaret
A ese hecho se le une el lugar escogido como ‘ring’. Se trata de un recinto completamente abandonado, devorado por el sol y la maleza reseca, entre las últimas casas de Natzaret y la valla perimetral del Puerto de València, en el punto donde, hasta los años 70 del siglo pasado, se alzaba un balneario y club social y deportivo, el Benimar, que aún sobrevivió unos años como escuela de fútbol de la iglesia.
La ampliación sur del Puerto de València no solo se comió, literalmente, la playa de Natzaret, sino que convirtió esta amplia parcela en un nido de ratas, abandono y muro de hormigón entre los habitantes del barrio y el mar. Uno de los proyectos para revitalizar y dignificar la zona fue convertir el amplio recinto -95.000 metros cuadrados- en la nueva ciudad deportiva del Levante UD, pero, de momento, continúa siendo solo eso, un proyecto: en mayo pasado, se cumplía un año de la recepción de la licencia sin que el club haya movido ni un ladrillo.