Las playas de la provincia de Cádiz, que se distribuyen en la conocida como Costa de la Luz, gozan de unas características que las hacen ser especiales. Kilómetros de arena blanca, amplitud, aguas cristalinas, temperaturas agradables y una variedad de establecimientos hosteleros conforman esta zona en la que disfrutar en estos días de verano.
Además de las grandes playas y muy conocidas existen una serie de rincones con un encanto especial en los que el visitante puede disfrutar de la brisa marina, del sonido de las olas, de un buen baño, de naturaleza verde,… en una zona escondida.
Este caso lo encontramos en Los Caños de Meca, un lugar que en los años 60 era refugio de bohemios en busca de paz, belleza y tranquilidad y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un destino cotizado y al que muchos acuden para gozar de pleno contacto con la naturaleza y el mar, – a veces en calma y otras con grandes olas-, atardeceres únicos, tranquilidad en el ambiente que hace que el cuerpo y la mente estén en calma.
Playa oculta
Y como parte de este paraíso natural que es Los Caños de Meca, pedanía de Barbate con apenas unas cuantas calles pero una gran oferta de bares y restaurantes, se encuentra un pequeño rincón en la playa de Guadalupe y que se enmarca como parte del chiringuito La quilla, una playa oculta en el mismo. Agua del mar azul y cristalina, arena fina pura y brillante, entrada al agua cómoda, apta para nadar… y a los pies de un paraíso gastronómico.
Degustar un buen pescado y, sobre todo, de atún, en distintas versiones – a la plancha, en salsa,…- es una de las mejores opciones para que tanto la vista como el olfato, el oído y el gusto disfruten al cien por cien.
Si además, se le añaden otro tipo de manjares gastronómicos regados de vinos bien fríos de la tierra mirando al océano Atlántico, el maridaje es perfecto. Si la jornada prevé ampliarse, y así contemplar una puesta de sol maravillosa, el viajero puede optar por una amplia la oferta de alojamientos en la que priman apartamentos, apartahoteles, pequeños hoteles o camping.
Por la ubicación, carta y servicio, La quilla se ha convertido en un lugar que quien lo encuentra descubre un tesoro para que se recreen los cinco sentidos y que quede marcado en el álbum de experiencias viajeras para repetir.