La final femenina de los 20 km marcha se disputó en el Foro Itálico, la estructura deportiva que impulsó Benito Mussolini en los años treinta del pasado siglo a imagen y semejanza del Foro Romano imperialista. Las marchadoras dispusieron de un circuito que rodeaba el estadio Marmoreo y que cubrían en menos de cinco minutos.
La vuelta final se disputaba dentro del Estadio Olímpico construido para los Juegos de 1960. Las locales Antonella Palmisano y Valentina Trapletti, primera y segunda con ventaja suficiente para celebrar por adelantado, se echaron il tricolore al hombro, cambiando su rictus de esfuerzo a 30 grado a la sombra por la sonrisa del que se sabe triunfador antes de la meta. Su última vuelta al ruedo festiva se disfrutaba sin necesidad de mirar atrás.
La lepera Laura García Caro marchaba tercera y no se resistió a la tentación de cubrir sus hombros con la rojigualda, a semejanza de sus rivales que ya se abrazaban superada la meta. Craso error de la andaluza. Celebraba brazo derecho en alto su medalla de bronce en la parrilla de llegada, sin mirar atrás, cuando una aguerrida ucraniana llamada Lyudmila Olianovska, esta sin bandera, le birló el metal en el último metro. García Caro era cuarta, con el mismo tiempo que la tercera. La decepción se hizo evidente, aunque la marchadora española se lo tomó con deportividad.
Los 20 km femeninos eran supuestamente el abrelatas del medallero para la selección, aunque mañana sábado llega una nueva oportunidad con la disputa de los 20 km masculinos, en el mismo decorado, representativo símbolo de la arquitectura fascista italiana.