La Guardia Civil sostiene que “no ha quedado acreditado” que los 7,5 millones de euros pagados entre 2001 y 2018 por el FC Barcelona al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros José María Enríquez Negreira y a su hijo Javier Enríquez Romero “tuvieran como finalidad la realización de unos supuestos asesoramientos en material arbitral”, según señala el informe entregado al juez de Barcelona Joaquín Aguirre, que investiga este caso de presunta corrupción, y al que ha tenido acceso El Periódico de Cataluña, de Prensa Iberídca.
Los agentes develan que la pareja sentimental de Enriquez Negreira tuvo unos ingresos entre 1992 y 2023 de tres millones de euros que “a priori”, precisan, “aparentemente son injustificados por las rentas y rendimientos trabajo (sueldos) y del capital inmobiliario”. Entre las personas que han sido interrogadas figura el exentrenador del Barça Ernesto Valverde.
Para los investigadores, uno de los indicios “más determinantes” no es otro que “puede resultar anómalo e incongruente” que el Barça pagara al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros “para garantizar que las decisiones de dicho estamentos fueran neutrales”.
En este sentido, concretan que “tomando como premisa y axioma la neutralidad” de dicho comité, “no quedaría justificada una transacción económica con origen en un club que forma parte de la competición deportiva para precisamente garantizar la mencionada neutralidad”.
Retirada de dinero en efectivo
Otra “aparente irregularidad”, agregan, es que “una parte de los ingresos recibidos en las cuentas bancarias” de las sociedades controladas por la familia Negreira “eran extraídos en efectivo mediante cheques al portador”, desconociéndo, por ahora, el destino final de esos fondos.
El informe de la Guardia Civil subraya que “no consta contrato suscrito” entre el FC Barcelona con José María Enriquez Negreira o su hijo, Javier Enríquez Romero, ni con ninguna de sus sociedades. Los agentes consideran que tampoco se ha acreditado el destino final de los supuestos informes arbitrales confeccionados por este último entre 2014 y 2018, no “constando la utilización de los mismos por parte de ningún departamento del club, incluido el cuerpo técnico”.
En este sentido, Ernesto Valverde declaró ante los investigadores que “tenía conocimiento” de la existencia de esos informes, pero que “no recordaba que se le ofrecieran o los pusieran a su disposición y que, en todo caso, no le harían falta, ya que, como profesional, conoce a los árbitros” y no los necesita para preparar los partidos. Un empleado del club precisó que “normalmente” él solo los leía y los guardaba.
Los mecanismos internos
Los investigadores constatan que “los mecanismos internos” del FC Barcelona “no detectaron las irregularidades en los pagos” a Negreira y su hijo y resaltan que les “parece relevante” que estos desembolsos pararon en 2018, cuando Enríquez Negreira fue cesado como vicepresidente del Comité. “Tampoco se sabe, ni se ha aportado a la causa, justificación o razón suficiente en el que consistía el asesoramiento prestado por Negreira” al Barça, incide la Guardia Civil, que resalta que el exdirigente arbitral “ejercía funciones relevantes” en el seno del “organismo arbitral, como, por ejemplo, la puntuación de los colegiados. Un testigo afirmó: “Lo veían como un jefe e imponía respeto”
Los agentes estiman “importante” el burofax que Negreira envió al que era presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, el 5 de febrero de 2019, en el que se le advertie de que si no llegan a “un acuerdo justo” para ambas partes “se vería obligado” a dar publicidad a “todas las irregularidades que habría conocido y vivido de primera mano dentro” del club azulgrana. Según las pesquisas, un amigo personal de Negreira llegó a cobrar cheques de importe no superior a 3.000 euros por encargo del exdirigente arbitral, “a quien le entregaba el importe íntegro”, aunque, en alguna ocasional, a la secretaria.
El informe detalla que “la influencia de Negreira en el Comité de Árbitros “se veía reflejada” también en la figura de su hijo, Javier Enríquez Romero, “el cual pasó a integrarse en el staff” de dicho organismo. Algunos testigos han afirmado que “todos sabían que era hijo de Negreira y que estaba enchufado”.
Según la Guardia Civil, este imputado estuvo durante varios años adscritos al Comité, circunstancia que aprovechó para incrementar su cartera de clientes con miembros del colectivo arbitral”. Su padre, José María Enríquez Negreira, concreta la Guardia Civil, no solo “mantenía negocios” con el Barça, sino que también prestó sus servicios a otras entidades y la Federación Catalana de Fútbol, con lo que evidencia, en su opinión, que “era una persona de relevancia en el mundo del arbitraje, y que se respetaba o valoraba su conocimiento en su materia, siendo una persona influyente no solo a nivel regional, sino que ejercía su influencia a nivel nacional”.
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