Con la primavera a la vuelta de la esquina, una de las frutas que toma protagonismo es la fresa, que se puede disfrutar tanto sola como en batido o con yogur, además de las típicas con nata montada, em helado o fomrando parte de multitud de tartas.
Pero más allá de su sabor dulce y ácido, y de su intenso aroma, hay otras muchas razones de peso que nos obligan a incluir este alimento en nuestra dieta.
- Hablamos de una fruta del bosque, con un sabor muy agradable, por lo que gusta a casi todo el mundo, y cuyas hojas tiernas también se pueden consumir como verduras, si bien esto útimo es bastante infrecuente en nuestro país.
Su origen se sitúa en Europa, en concreto en la región de los Alpes. Algunas informaciones sitúan los primeros cultivos en Francia en el siglo XV. Y fueron los españoles, portugueses e ingleses quienes la exportaron al resto de Europa, América e incluso algunas zonas de Asia.
Dependiendo de las variedades, los fresales florecen a partir de las últimas semanas del invierno hasta principios del verano. Por tanto, podemos encontrar en el mercado fresas desde las últimas semanas de febrero hasta el mes de julio.
Según nos explica la Fundación Española de Nutrición (FEN), destaca porque:
- Es una fruta de bajo contenido energético, con fructosa, glucosa y xilitol.
- Y si por algo es especialmente conocida es por ser una fuente de vitamina C, con un porcentaje incluso superior al de las naranjas. Una ración media de 150 gramos, nos aportan 86 mg de vitamina C.
Valores nutricionales de las fresas (por cada 100 gramos)
- Energía (kcal): 40
- Proteínas (g): 0.7
- Lípidos totales (g): 0.5
- Hidratos de carbono (g): 7
- Fibra: 2.2
- Agua (g): 89,6
- Calcio (mg): 25
- Hierro (mg): 0.8
- Yodo (µg): 8
- Magnesio (mg): 12
- Zinc (mg): 0.1
- Sodio (mg): 2
- Potasio (mg): 190
- Fósforo: 26
- Tiamina (mg): 0.02
- Riboflavina (mg): 0.04
- Niacina (mg): 0.6
- Vitamina B6 (mg): 0.06
- Folatos (µg): 20
- Vitamina C (mg): 60
- Vitamina A: 1
- Vitamina E (mg): 0.2
Las fresas protegen nuestro corazón
De acuerdo a una investigación publicada en la revista científica The American Journal of Clinical Nutrition, el consumo de fresas, además de los arándanos, podría reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio en mujeres. Y ello se debe a uno de los pigmentos presentes en las fresas, denominado antocianinas, que también se encuentran en otras frutas, vegetales e incluso cereales.
Los investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos) han analizado los datos de más de 9.000 mujeres, mayores de 18 años, y han llegado a la siguiente conclusión:
- Los participantes que consumían alguna de estas frutas tres o más veces por semana, tienen un menor riesgo de sufrir un evento cardíaco en comparación con quienes solo las ingieren de forma esporádica.
Eso sí, hasta ahora solo se ha demostrado que la reducción de este riesgo es mayor solo en las mujeres jóvenes, por lo que son necesarios más ensayos para calibrar el impacto real de las antocianinas en la salud cardiovascular.
Reducen el riesgo de padecer diabetes tipo 2
Otro estudio, del Instituto de Tecnología de Illinois (Estados Unidos), confirma que comer fresas puede ayudar a reducir los factores de riesgo de la diabetes tipo 2, una enfermedad que ya sufre el 13,8% de los españoles mayores de 18 años.
En concreto, se pueden beneficiar de todas las propiedades que tienen las fresas las personas con obesidad y resistencia a la insulina que presentan unos niveles de glucosa en sangre más altos de los recomendables.
Por tanto, son una fruta ideal para pacientes pre diabéticos, e incluso para quienes ya sufren esta enfermedad. Así lo asegura la profesora Britt Burton-Freeman:
- “Los datos respaldan la inclusión de fresas en una dieta saludable para el corazón (la diabetes aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular) en adultos con hipercolesterolemia moderada”.
La vitamina C diaria recomendada
La cantidad recomendada de vitamina C es de 90 miligramos al día para hombres y 75 miligramos para mujeres. Con estos datos, solo basta una ración media de fresas (unos 150 gramos) para alcanzar la ingesta de vitamina C que recomiendan los especialistas.
150 gramos de fresas contienen 86 miligramos de vitamina C, por lo que se supera la cantidad diaria aconsejable. También se consigue con una naranja mediana, de unos 225 gramos, que aportan 82 miligramos de vitamina C.
Aunque la vitamina C no cura un resfriado o la gripe, si nos puede ayudar. Pporque lo que sí hace es reforzar nuestro sistema inmune y aumentar nuestras defensas, que es, sin duda, algo esencial para recuperarnos de un proceso gripal o catarral.
Fresas, una de las frutas más antioxidantes
Según especifica la FEN, las fresas constituyen una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, “lo cual no solo se debe a su contenido en antocianinas, sino también a la presencia en su composición de cantidades importantes de polifenoles (ácido elágico) y de vitamina C, la cual contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo”.