Hay jugadoras que tienen estrella. Que cuando llevan tu camiseta las veneras, pero si son rivales maldices su genialidad. O, simplemente, te ves obligado a sucumbir ante tanto talento. Eso pasa con Salma Paralluelo. La jovencísima futbolista -de tan solo 20 años- ya ha ganado casi todo lo que se puede ganar. Un Mundial, una Nations League, la Champions, la Liga… Llegó hace tan solo un par de temporadas al Barça. Se veía que tenía algo especial, pero nadie se esperaba que se desquitara de la etiqueta de promesa tan rápido. Salma ya es una futbolista de presente, desequilibrante como pocas y necesaria para todos.
Sus inicios estuvieron entre dos aguas. Se calzó unas botas de fútbol a la vez que su dorsal de atletismo. Durante muchos años, la de Zaragoza compaginó los dos mundos, disfrutando de la pista y del césped. De hecho, si por ella hubiera sido, no hubiera querido escoger. Pero en julio de 2022, tras valorar una larga lista de pros y contras, tuvo que decidirse. Con la oferta del Barça encima de la mesa, se decantó por el balón. Y qué suerte para el fútbol. Para equipararse a sus compañeras, que llevan toda su vida dedicadas al fútbol, Salma ha hecho un proceso de adecuación, basado en sesiones dobles, entrenamientos extra y reuniones individuales, para ganar masa muscular e incorporar aspectos tácticos y técnicos. Es obvio que todo el esfuerzo y perseverancia ha tenido su recompensa. En lo que llevamos de temporada, entre los goles con el Barça y la selección, suma 32 dianas. Casi a un gol por partido.
Letal y determinante
Las genialidades y goles determinantes se cuentan por decenas esta temporada. Si el año pasado debía ser el de adaptación, ya fue excepcional. Sin embargo, lo de este año no tiene explicación racional alguna. Salma se ha convertido en esa futbolista diferencial que tanto necesitaba el Barça. Letal de cara a portería casi todo lo que toca lo convierte en oro. Con España, su papel es aún más determinante.
En el Mundial se quitó la etiqueta de promesa a golpe de confianza. La zaragozana fue determinante para conseguir el pase a semifinales. Desde entonces, en el conjunto dirigido por Montse Tomé ha encontrado el ecosistema perfecto para su desequilibrante fútbol. Con su mezcla de velocidad y picardía. El gol es el objetivo en sí, pero no el fin. No solo importa el número de aciertos, siempre clave para las victorias del equipo, sino que son el camino que endereza su crecimiento. Salma es gol, pero también es mucho más que eso.
Toques exquisitos
Su primer año como profesional no podía ir mejor. Tras levantar la Liga y la Champions con el Barça y vivir uno de los momentos históricos del club azulgrana con la celebración en la Plaça Sant Jaume, Paralluelo encaró el Mundial como una nueva oportunidad de demostrar su valía. Si su recorrido durante este poco más de un año en el Barça ha sido excepcional, su papel determinante en la selección ha sorprendido a muchos.
Últimamente, no hay cita a la que falte. No hay responsabilidad de la que se escaquee. En el primer partido de los clasificatorios contra Bélgica sacó la varita mágica. Ese golpeo demoledor que hace inalcanzable el balón para cualquier guardameta. Dejó toques exquisitos por doquier. Si además del talento hay una cosa que le viene innata a la delantera es el gol. Tardó menos de diez minutos en romper el 0-0 inicial. No marcó 1, sino 3 ante el conjunto belga en un partido que se llevó el balón para casa.
Sin duda, este martes (19h, La1) será una de las protagonistas del España-República Checa que se juega en El Plantío (Burgos). Con el cartel de ‘entradas agotadas’, la selección española quiere seguir avanzando en este camino para la Eurocopa del verano de 2025 a paso firme. Salma Paralluelo estará, como siempre, preparada para la cita.