La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha tomado la decisión de apartar a Albert Luque de su cargo de director de la selección masculina de fútbol. Ha seguido el mismo camino con Rubén Rivera, responsable del departamento de marketing del organismo federativo. Estos dos movimientos llegan horas después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya pedido un año y seis meses de prisión para los dos acusados, por un presunto delito de coacciones a Jennifer Hermoso.
La RFEF respeta la presunción de inocencia de Luque y Rivera, hasta que exista una sentencia judicial firme, pero relega a ambos cargos de sus funciones. Es una medida que se integra dentro del plan de actuaciones anunciado este miércoles por el ente federativo, que realizará una auditoria forense y pretente “depurar todas las responsabilidades que puedan derivarse ante conductoras y decisiones irregulares” que se produjeron en la etapa de Luis Rubiales al frente de la Federación.
El último servicio de Luque fue en Londres
La decisión de la Federación se suma a otras encaminadas a la depuración del organismo. El pasado 17 de marzo, el ente apartó de sus cargos a los empleados que estaban siendo investigados por la Guardia Civil en el marco de la Operación Brody, que investiga pagos y contratos irregulares en la ‘era Rubiales’. Además, la RFEF rescindió el contrato con GC Legal, el despacho que lideraba Tomás González Cueto, quien ejercía de asesor jurídico externo.
El último servicio de Albert Luque como director de la selección fue en el viaje a Londres de la semana pasada, donde España jugó frente a Colombia. En su declaración ante el juez en octubre, el exinternacional negó haber participado en las presiones que la jugadora Jenni Hermoso -su “amiga”- denunció haber sufrido por parte de varios miembros de la RFEF.
Durante la diligencia judicial únicamente contestó las preguntas de su abogado, en el ejercicio de su derecho como investigado. Fuentes de su defensa precisaron que Luque reconoció que él intentó hablar con Hermoso “porque eran amigos” y por la confianza que se tenían, pero no lo consiguió. Lo hizo con su amiga Ana Belén Ecube, porque se la encontró de forma casual en el hotel y quedaron a desayunar al día siguiente. Ella se terminó excusando, informaron en su día fuentes jurídicas a El Periódico de España, del mismo grupo editorial que este diario.
Rivera y Luque llegaron a la RFEF con Rubiales
“Yo es que ni de besos ni de declaraciones ni de comunicados he hablado con nadie de la federación”, aseguró por su parte el ya exdirector de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, en su declaración del 10 de octubre del año pasado. En la transcripción íntegra de su declaración se desmarcó del delito de coacciones que le atribuye el juez y a la pregunta concreta de si alguien de la Federación le insistió para que hablase con Jenni Hermoso, respondió con un “por supuesto que no”.
Las destituciones de Luque y Rivera llegan con la Federación en un estado de excepción. En manos de una gestora presidida por Pedro Rocha, quien fuera vicepresidente económico de Rubiales y el encargado de conducir la transición hacia unas nuevas elecciones. Las decisiones se toman a pocos meses de que España dispute una Eurocopa y con la presentación del Mundial 2030 de fondo. Tanto Luque como Rivera llegaron a la Federación por medio del anterior máximo mandatario, con el que ahora comparten causa judicial.