El pasado 19 de julio, la Real Federación Española de Fútbol anunciaba las 11 sedes para el Mundial 2030 que España organizará junto a Portugal y Marruecos. Riazor (A Coruña), Anoeta (San Sebastián), San Mamés (Bilbao), La Romareda (Zaragoza), Camp Nou, RCDE Stadium (Barcelona), Metropolitano, Santiago Bernabéu (Madrid), La Rosaleda (Málaga), La Cartuja (Sevilla) y Gran Canaria (Las Palmas) fueron las sedes elegidas en detrimento de otras como Mestalla (Valencia) o Balaídos (Vigo). Para algunos de estos campos, la elección solo es el inicio de un largo camino en el que tendrán que se invertirán, por lo menos, 700 millones de euros, la mayoría aportados por las instituciones públicas que son propietarias de los estadios.
¿Qué requisitos tienen los estadios del Mundial 2030?
Calcular la factura total admite variables según diferentes aspectos. Hay estadios como Anoeta que se modificaron antes de conocerse su candidatura para el Mundial 2030, pero cuyo importe podría cargarse igualmente a esta cuenta. El motivo está en que ha sido la inversión la que ha permitido que sus proyectos sean elegidos. En el Santiago Bernabéu o el Camp Nou existe detrás una reforma integral o construcción nueva, mientras que hay otros como el Metropolitano o el RCDE Stadium que no necesitarán grandes obras para cumplir con las exigencias de la cita.
Una de las cuentas más elevadas es la de La Rosaleda, estadio donde juega el Málaga, que acaba de subir a Segunda División. El campo andaluz, así como el resto de las once sedes, deberán cumplir con un aforo mínimo de 40.000 asientos para acoger partidos de la fase de grupos, los diesiseisavos de final, octavos, cuartos y partido por el tercer y cuarto puesto. Para las semifinales se necesita un cupo de 60.000 espectadores y para la final, que salvo sorpresa albergará el Santiago Bernabéu, se precisan 80.000 localidades. La intención de los propietarios -Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía- es que sea sede de eventos de toda clase, un objetivo que buscan la mayoría de las reformas.
El coste inicial de las obras anunciadas ronda los 120 millones de euros, que podria doblarse con el precio que tendrá remodelar toda la zona de La Rosaleda. La FIFA exige que cada estadio disponga de, como mínimo, 5000 plazas de aparcamiento, además de perímetros perfectamente organizados para hacer los cordones de seguridad. Las especificaciones afectan también al terreno de juego, que deberá ser de césped natural con un refuerzo híbrido. Las sedes han de tener sistemas de calefacción, aspirado y ventilación funcionales que retiren el agua de la superficie al instante. Otros requisitos: dos pantallas gigantes de vídeo de al menos 200 metros cuadrados.
También en Andalucía, el Estadio de La Cartuja de Sevilla, que ha ejercido en los últimos años de sede oficiosa de la selección española, deberá invertir 100 millones de euros de cara al Mundial 2030. Actualmente este campo es gestionado por la Sociedad Estadio Olímpico de Sevilla SA (EOSSA), en la cual se encuentran representados la Junta de Andalucía (40%), el Gobierno de España (25%), el Ayuntamiento de Sevilla (19%), la Diputación (13%) y los dos grandes clubes de la ciudad: Real Betis y el Sevilla (3%).
Estadios de Segunda y sociedades mixtas para la explotación
Tres de los once estadios elegidos son de equipos que militan en Segunda División. Es el caso de la Nueva Romareda, cuyo proyecto se presentó en abril de este año, con una inversión inicial de 148 millones de euros. La cifra aumentó de los 120 proyectados inicialmente. Como en el resto de estadios, la cantidad puede subir con los intereses generados por los préstamos de las sociedades que gestionan los inmuebles o por la compra de los terrenos en los que se hacen las obras.
Para la obra de la Nueva Romareda el Real Zaragoza tuvo que aliarse con el ayuntamiento de la capital aragonesa para crear una nueva sociedad mercantil que explotará los terrenos del estadio. El consistorio dispondrá los terrenos del campo para su uso en derecho de superficie, que volverían a ser de propiedad municipal dentro de 75 años. El proceso de financiación externa fue complicado. Antes del pacto público-privado, el club maño renunció a presentarse en solitario a construir el feudo debido a la “Inseguridad jurídica”.
La mayoría de los diseños se presentaron en los meses previos al anuncio de la RFEF de las sedes. A Coruña le ganó la partida a Vigo, que, según pudo saber este diario, se quedó fuera tras obtener una baja puntuación. Riazor acogerá partidos del Mundial 2030 tras una reforma presupuestada en 90 millones de euros con el que, entre otras cuestiones, el estadio donde juega el Deportivo -de propiedad municipal- superará las 48.000 localidades (ahora tiene 32.490).
La sede del Mundial 2030 insular será el Estadio de Gran Canaria, para el que el cabildo aprobó un gasto de 101 millones. Estadios como Mestalla, El Molinón y La Condomina se quedaron fuera de la carrera para el Mundial 2030. La RFEF esperó al campo valenciano, cuya nueva obra sigue siendo un esqueleto, pero la incapacidad del club que preside Peter Lim para enviar en tiempo y forma la propuesta dejó fuera a la tercera ciudad más grande de España. El Gobierno forzó hasta el final para una lista de 12 sedes, pero Portugal y Marruecos aludieron a la normativa de la FIFA para negarse a tal acuerdo.
¿Qué beneficios económicos tendrá acoger el Mundial 2030?
Anoeta, propiedad del Ayuntamiento de Donostia, ha recibido inversiones de aproximadamente 50 millones en los últimos años, pero dentro de una hoja de ruta pensada para mejorar las prestaciones del campo de la Real Sociedad de cara a competiciones como la Champions. El Spotify Camp Nou estará listo a partir de verano de 2026, pero se espera que pueda acoger partidos desde finales de este año después de un gasto que rondará los 1.000 millones de capital privado.
Las obras del Metropolitano, que el Atlético compró al Ayuntamiento de Madrid en 2017 por 30 millones, acometió unas obras tasadas en 220 millones de euros. Cornellà-El Prat, propiedad del RCD Espanyol, costó sobre 100 millones. El Athletic tuvo que desembolsar 50 millones para reformar San Mamés, la misma cantidad que aportó la Diputación Foral de Bizkaia. El Gobierno Vasco y la BBK (ahora Kutxabank) pusieron 50 millones cada uno y el Ayuntamiento de Bilbao aportó 11 millones para licencias municipales. Mientras que el Santiago Bernabeu superó los 1.100 millones, el doble de lo planificado en 2019.
¿Cuánto invertirán Marruecos y Portugal para el Mundial 2030? El país africano, con seis estadios fijos, destinará 1.300 millones para infraestructuras mientras que la inversión del vecino luso, con tres campos, será mínima y aprovechará lo creado para la Eurocopa 2004. En diciembre de 2022, el Gobierno de España cifraba la inversión necesaria para organizar la cita mundialista en 1.430 millones, repartidos entre gastos de organización e infraestructuras. Un gasto que se compensaría con el volumen de negocio de 5.120 millones de euros y más de 82.000 empleos a tiempo completo que el ejecutivo contempla para el torneo de 2030 para el que ya se trabaja a pleno pulmón.