En el norte de la provincia de Granada, escondido entre paisajes montañosos y naturales, se encuentra el pintoresco pueblo de Castril. Este enclave, situado en la comarca de Huéscar y a una altitud de 890 metros, limita con la provincia de Jaén y se encuentra a las puertas del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Castril, con su impresionante peña declarada Monumento Natural, es un lugar de visita obligada para los amantes de la naturaleza y la historia. Sin embargo, uno de sus mayores atractivos es sin duda la ruta de las pasarelas sobre el río Castril, también conocida como el Sendero de la Cerrada de Castril.
Un viaje único por el Sendero de la Cerrada
El Sendero de la Cerrada de Castril es una experiencia única que permite a los visitantes caminar sobre pasarelas de madera que bordean el río Castril. Esta ruta, de acceso por tan solo 2,50€ por persona, puede ser disfrutada tanto de día como de noche, gracias a la iluminación del primer tramo. Además, los visitantes más aventureros pueden aprovechar la entrada gratuita a partir de las 18h, cuando la taquilla cierra.
El recorrido está dividido en dos tramos distintos. El primero de ellos es una pasarela volada anclada en la roca viva que serpentea a lo largo del río, ofreciendo vistas espectaculares y una sensación de estar suspendido en el aire. El segundo tramo cruza el río a través de un corto puente colgante y continúa por un túnel que desemboca en un paraje natural. Este sendero es ideal para quienes buscan un paseo sencillo pero lleno de belleza, aunque aquellos que sufren de vértigo pueden encontrarlo un poco desafiante.
Historia y naturaleza a cada paso
Uno de los primeros puntos de interés en el Sendero de la Cerrada es la antigua central hidroeléctrica, conocida localmente como «la fábrica de la luz». Esta central, construida en la roca y operativa desde 1918 hasta los años 60, actualmente sirve como sala de usos múltiples del Ayuntamiento de Castril. A medida que avanzamos por la ruta, la pasarela de madera enclavada en la roca nos lleva a un descenso al río, donde la gelidez de sus aguas puede ser sentida de cerca.
El siguiente punto destacado es el puente colgante, que ofrece una perspectiva impresionante del río desde la margen derecha. Tras cruzarlo, nos adentramos en una cueva que cuenta con una galería lateral, proporcionando una vista en forma de balcón sobre el río. Al salir del túnel, el sendero finaliza, aunque los más entusiastas pueden prolongar la caminata dos kilómetros más hasta llegar al pueblo de Castril, rodeados de un paisaje de olivos.
Castril, un pueblo con encanto
El encanto de Castril no se limita solo a su ruta de pasarelas. El pueblo, con sus casas blancas decoradas con maceteros llenos de flores, ofrece una postal perfecta del sur de España. Entre sus principales atractivos turísticos se encuentran la iglesia, el castillo (accesible por 3€) y la imponente peña que domina el paisaje. Además, varios miradores estratégicamente ubicados permiten obtener vistas panorámicas del pueblo y sus alrededores.
Castril forma parte del Parque Natural de la Sierra de Castril, una extensión de casi 13,000 hectáreas declarada parque natural en 1989. Este entorno protegido ofrece numerosas rutas de senderismo, convirtiéndolo en un paraíso para los excursionistas. Una de las rutas más destacadas es un trekking de 143 kilómetros que recorre la comarca de Huéscar y cuya primera etapa finaliza en Castril.
Para aquellos que deseen explorar más allá de Castril, se recomienda un viaje al Mirador de Peña Quesada, ubicado a menos de 15 kilómetros de distancia. Este mirador ofrece vistas impresionantes del Embalse de la Bolera y es accesible en coche. Desde aquí, los visitantes pueden disfrutar de diferentes perspectivas del embalse, convirtiéndolo en un lugar ideal para la fotografía y la contemplación.