El hígado graso no alcohólico es una enfermedad crónica que provoca el progresivo depósito de grasas en el interior del hígado y que, a largo plazo puede tener graves consecuencias, como el desarrollo de hepatitis, fibrosis hepática, cirrosis e incluso cáncer de hígado.
Hasta hace pocos años, esta patología solo se registraba entre adultos, cosa que ya preocupaba a los especialistas en enfermedades de hígado. Pero la situación ha empeorado y, además de aumentar su incidencia en adultos, ha comenzado a darse en niños.
Hasta un 3% de niños afectados
La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) maneja unos datos de afectación infantil alarmante que ponen de manifiesto el creciente impacto del hígado graso a edades cada vez más tempranas de esta enfermedad, que prácticamente no existía en España en niños hace diez años y que hoy afecta ya hasta al 3% de ellos.
De hecho, en nuestro país el hígado graso se empieza a dar entre los 6-8 años y alcanza su mayor nivel de prevalencia ente los 10-12 años.
- “La irrupción de esta enfermedad en niños de 6-8 años es un fenómeno tan preocupante como inédito en nuestro país, donde la prevalencia del hígado graso siempre se ha concentrado entre los 40 y los 80 años. La aparición de una prevalencia de hasta el 3% en menores de edad augura una verdadera eclosión de esta patología en adultos”, explica la doctora Rocío Aller, secretaria Científica de la AEEH.
“El problema es que lo peor está por venir y casi nadie es consciente”, explica el presidente de la AEEH, Manuel Romero. Y es que según este especialista estas cifras se van a ver exponencialmente incrementadas conforme se vayan manifestando en España las consecuencias de la epidemia de obesidad infantil que, como ya se está viendo en EE. UU, se extiende por todos los países avanzados de Europa.
Porque detrás de este grave problema hepático hay fundamentalmente dos causas, por un lado, los malos hábitos de alimentación (en España, un 30% de la población infantil tiene obesidad) y el aumento del sedentarismo entre los más pequeños.
Hígado graso: una enfermedad que no produce síntomas
El gran problema con el que se encuentran los especialistas a la hora de abordar esta enfermedad, como en general con todas las enfermedades del hígado, es que es silente. Es decir, sus síntomas son muy inespecíficos y, además, no aparecen hasta que el daño en el hígado es ya muy elevado.
Y en el caso de los niños es aún más complicado y es que, aunque las pruebas de detección han mejorado y simplificado enormemente la capacidad de diagnóstico, no se muestran tan fiables y precisas como en personas mayores.
En cualquier caso, los desde la AEHH recuerdan que el diagnóstico debe realizarse cuanto antes, especialmente en los niños. ¿La razón? Pues que si se realizan los cambios necesarios en la dieta y se aumenta la cantidad de actividad física en pacientes con hígado graso, se puede revertir la enfermedad en más del 80% de los casos.
10 millones de españoles con hígado graso
Actualmente, se estima que el hígado graso afecta ya a más de 10 millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática. Pero estamos muy lejos de haber tocado techo según señalan los especialistas en hepatología.
- “Si no cambiamos los hábitos de consumo y los estilos de vida desde ya, y nos tomamos en serio esta cuestión, la obesidad y las tasas de diabetes se van a multiplicar y, con ellas, las de prevalencia de hígado graso”, señala el doctor Romero.
“Es duro decirlo, pero estamos fabricando enfermos, así que hay que tomar medidas”, que no solo consisten en “un abordaje multidisciplinar por parte de diferentes especialistas y profesionales sanitarios, sino también un abordaje multiinstitucional, que abarque no solo a la Sanidad Pública, sino a todas las instituciones, los colegios, las familias, los medios…”.
“Tenemos que lidiar con un problema que es muy complejo en la medida en que no se puede abordar solo desde lo sanitario, pero al mismo tiempo es también un problema muy sencillo, en la medida en que con ejercicio físico y una dieta mediterránea, el paciente tiene un 80-90% de posibilidades de quitarse el problema de encima”, concluye el doctor Romero.