Rumanía se destacó ante Ucrania como una de las grandes revelaciones de la Eurocopa. Los hombres de Edward Iordanescu le endosaron un contundente 3-0 a un equipo que, con futbolistas de la talla Artem Dovbyk, Viktor Tsygankov, Mykhaylo Mudryk, Oleksandr Zinchenko o Andriy Lunin, no pudo hacer nada ante la fe y el espíritu de los rumanos. Sin duda, un partido que pasará a la historia de los torneos internacionales.
El equipo rumano es un conjunto pragmático, que ha convertido sus limitaciones en fortalezas, y con mucha unidad y trabajo, está a un paso de dar el ‘campanazo’ en el Grupo E y conseguir un billete para los octavos de final ante rivales de la talla de Bélgica, Ucrania o Eslovaquia.
Nicolae Stanciu fue el gran protagonista de la tarde, con un auténtico golazo para romper el empate en el que Lunin, de manera involuntaria, participó en contra de su equipo. El meta del Real Madrid también falló en el segundo tanto, de Razvan Marin, y poco pudo hacer en el tercero, de Denis Dragus. Sin embargo, hubo un hombre que brilló en la sombra, encargado de ‘amargar’ la tarde a los atacantes ucranianos, que representa a la perfección la actitud de lucha de Rumanía.
Hablamos de Florin Niță, el guardameta titular de Iordanescu. A sus 36 años defiende la portería del Gaziantep turco y firmó un partido muy digno ante Ucrania. Tres paradas, muy atento en las salidas y ejerció a la perfección de líder bajo palos para colocar a la defensa y avisar de todos los movimientos de los delanteros para mantener la portería a cero ante el actual Pichichi de LaLiga (24 dianas).
Una vida llena de dificultades
Su vida no fue nada fácil. Cuando era muy pequeño, perdió a sus padres a una edad demasiado temprano, y siendo un adolescente, tuvo que mudarse a uno de los barrios más peligrosos de la capital rumana, Bucarest. “Los drogadictos solían atacarme, así que tenía que luchar contra ellos con regularidad. No podía vivir allí más de un año“, explicó Nita en unas declaraciones recogidas por ‘The Guardian’.
“Los drogadictos solían atacarme, así que tenía que luchar contra ellos con regularidad”
Para él y su complicada situación, el dinero siempre fue un problema. Niță tuvo que compaginar el sueño de ser futbolista profesional con el trabajo duro, así que cuando no estaba entrenando, pasaba las horas en una pastelería para ganarse el pan. Del filial del Chiajna II al Concordia rumano en 2007 y en 2013 le llegó su gran oportunidad: fichar por el club de su vida, el Steaua Bucarest, el club más grande del país.
Importante en el club de su vida
Actualmente conocido como el FCSB, logró hacerse un nombre tras 117 partidos en cinco temporadas, antes de poner rumbo a República Checa. En 2018, lo fichó el Sparta Praga, donde tras unos buenos años, su nivel fue cayendo poco a poco. Tras una cesión en el Pardubice checo, se mudó a Turquía el pasado verano, al Gaziantep, conjunto con el que termina contrato el próximo 30 de junio.
Su actual entrenador, Marius Smudica, declaró públicamente que tenía que ser el meta de Rumanía. “Con el debido respeto a los otros porteros que tiene actualmente Rumanía, Niță fue uno de los mejores jugadores de la liga turca esta temporada. Debería empezar en la Eurocopa“, declaró. Iordanescu le hizo caso y cumplió con creces ante Ucrania.
Ahora, el sueño de Rumanía y Florin Niță continua. Tras el triunfo en el debut, deben pelear para sellar el billete a los octavos. Los próximos rivales son Bélgica (sábado 22 de junio) y Eslovaquia (miércoles 26 de junio). ¿Lograrán hacer historia?