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La Copa NBA: en busca de un pleno en Las Vegas

La NBA ha logrado el objetivo. La Copa, el nuevo torneo que ha estrenado esta temporada, ha sido un éxito en muchos sentidos. En espectáculo, emoción y, como pretendía, el comisionado Adam Silver, también en audiencia, hasta el punto de que la liga de béisbol (MLB) estaría valorando su propia alternativa.

Ahora solo queda rematarlo con un pleno en las Vegas, donde los cuatro equipos que han logrado plaza, disputarán el título. Pacers y Bucks se enfrentarán en la noche de jueves a viernes la primera semifinal (23 horas) y Pelicans y Lakers, en la segunda (03.00 horas) para abrirse paso a la final que se disputará en la madrugada de sábado a domingo (02.30 horas) y que premiará al ganador con un trofeo de casi 16 kilos de peso y 58 centímetros de alto, diseñado por Tiffany y elaborado con plata recubierta con oro de 24 quilates.

Como en todo torneo de Copa que se precie, el In-season Tournament llega a su fase decisiva después de dejar algunas sorpresas por el camino. La eliminación del campeón, Denver Nuggets, en la primera fase, de los sólidos Celtics, o la irrupción de los Pelicans, protagonistas de la gran campanada del torneo tras superar en la fase de grupos a los Nuggets, a los Mavericks de Doncic y los Clippers o a los Kings en cuartos de final. Lo que estará garantizado es el ‘showtime’ y la presencia de algunas de las grandes estrellas del campeonato.

La motivación de LeBron

Los Lakers, los últimos en lograr su clasificación, lo han hecho enganchados al talento de su líder LeBron James, autor de 31 puntos en el triunfo ante los Suns (106-103), más motivado que nunca a sus 39 años, y decidido a inscribir su nombre como el primero en levantar el nuevo trofeo, al lado de un enorme Anthony Davis. Igual ambición o más destilan los Pelicans con Zion Williamson y Brandom Ingram,  los Bucks de Giannis Antetokounmpo o Dame Lillard (tumbaron ayer por 146-122 a a los Knicks con 28 triples) y los Indiana Pacers de un Tyrese Halliburton camino del estrellato y de Miles Turner.

“Tenemos a algunos de los mejores competidores del mundo, si nos da la oportunidad de competir por algo, algún incentivo, vamos a estar”, explica LeBron sobre el deseo que le mueve a él y a sus compañeros. “Este torneo es así. Tenemos la oportunidad de jugar en un gran escenario, así que nadie lo dude, vamos a salir ahí y a luchar”. También Dame Lillard, el gran fichaje de este verano en Milwaukee, promete batalla: “No nos conformamos con llegar a Las Vegas, el objetivo es ganar”.

Medio millón de premio

El éxito de la Copa ideada por la NBA es indiscutible. Las audiencias en la primera parte de la Liga y la asistencia a los pabellones, con una competición sobrecargada de partidos y con los ‘playoffs’ muy lejos en el horizonte, había ido cayendo lentamente sin remisión. Después de estudiarlo en los últimos años, la NBA decidió probar con el nuevo formato para aumentar el interés.

La introducción del nuevo trofeo, con la referencia de los torneos en Europa y de la ‘final four’ de la NCAA como inspiración, ha dado en la diana. La media de los encuentros esta temporada ha superado en un 26% las cifras de un año antes y el partido entre los Kings y los Warriors del 28 de noviembre estuvo por encima de los dos millones de espectadores de media, unas cifras que invitan al optimismo.

También a nivel competitivo el campeonato ha sido un paso adelante, con algunos partidos con un nivel de tensión propio de los ‘playoffs’ como el Warriors-Timberwolves, en el que Draymond Green acabó expulsado por sujetar del cuello durante varios segundos a Rudy Gobert. La explicación es que los resultados no solo sirven para pelear por una plaza en el torneo de Las Vegas, sino que también computan para definir las posiciones de la Liga.

La sede escogida para disputar el torneo responde a otra razón. La NBA lleva tiempo flirteando con la idea de asentarse en Las Vegas. Pero al mismo tiempo cuenta con una ventaja que incentiva a los jugadores. Cada uno de los integrantes y el técnico del equipo que gane el título se llevará medio millón de dólares. Doscientos mil en el caso del finalista. Y según las normas fiscales del estado de Nevada esa cantidad estará libre de impuestos. “Todos son conscientes del premio que conlleva. El dinero habla”, reconoció el técnico angelino Darvin Harm.  





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