La pretemporada del Real Madrid transcurre con normalidad en tierras estadounidenses, a falta de que Kylian Mbappé se incorpore a los entrenamientos con el primer equipo blanco el próximo miércoles, tras el regreso de la gira. Sin embargo, hay un asunto que está enrareciendo el ambiente de la concentración. La situación en la portería, que ya acabó incomodando al vestuario en el final de temporada, sigue siendo un problema. Andrei Lunin finaliza contrato la próxima temporada y no ha comunicado al club blanco su intención, por más que el Madrid le informó de su interés de renovarlo. Algo que no se ha traducido finalmente en un acuerdo porque ha entrado en escena el hombre que tiene en jaque al club blanco. Un viejo amigo que hoy no es bienvenido en el Santiago Bernabéu: Jorge Mendes.
Courtois le abre la puerta
Ante el interés del Madrid por renovar a Lunin, el portugués, agente del portero desde abril, ha exigido minutos aprovechando el buen desempeño del ucraniano durante la baja por lesión de Thibaut Courtois. Pero Carlo Ancelotti se mantiene firme en su gestión del vestuario, y en lo tocante a la portería, Courtois es su portero. Algo que quedó de manifiesto en la final de la Champions, en la que el belga fue titular después de pasar toda la temporada lesionado. Lo que molestó mucho a un Lunin que desde ese día tiene una postura incómoda para el club.
El pasado sábado el Real Madrid jugó con el Barcelona el clásico de pretemporada y Lunin lo vio en el banquillo. Carletto no le dio ningún minuto, dejando a Courtois en la portería todo el partido. El propio meta belga se refería al asunto a la conclusión del encuentro: “Entiendo que Andrei quiwere jugar. Tiene que elegir lo mejor para su carrera”. Declaración que concluyó con una frase que le abre la puerta a una salida: “Es un gran portero y se merece lo mejor”.
El calendario sigue consumiendo días y el reloj corre en contra del club, que quiere dejar resuelta la situación lo antes posible. Lunin tiene ofertas encima de la mesa y Mendes tiene la sartén por el mango porque debe decidir si el ucraniano sale o se queda. En caso de marcharse, el destino elegido debe recibir el visto bueno del Madrid, que pedirá una cantidad por su traspaso. Si se queda, el club blanco solo contempla que lo haga renovando, porque no quiere que salga gratis la próxima temporada y perder una oportunidad de ingresar dinero después de su revalorización durante la pasada temporada.
Kepa, el elegido, a la espera
Si finalmente sale, el Madrid ya tiene elegido su sustituto. Será Kepa Arrizabalaga, un portero cuya actitud gustó mucho a Ancelotti la pasada campaña porque pese a perder la titularidad no dejó de trabajar y no puso mala cara. Kepa, que acaba contrato en 2025, quiere salir de Stamford Bridge y su prioridad es regresar al Real Madrid ante una eventual salida de Lunin. De hecho, el portero vasco ha desechado una sustanciosa oferta de Arabia Saudí para enrolarse en su liga junto a otras estrellas del fútbol europeo que se han marchado allí a ganar dinero.
Todo está en el aire y en esta ocasión tiene la sartén por el mango Jorge Mendes, quien está echando un pulso a Florentino Pérez utilizando a un Lunin que tiene poco que ganar en esto. Sabe que no va a jugar en el Real Madrid mientras esté Courtois y cada día que retrase su decisión de salir le será más difícil encontrar una portería libre en los grandes clubes de Europa. Ancelotti espera pacientemente el desenlace y en caso de que no se produzca, asumirá con naturalidad la situación actual, en la que Lunin seguirá siendo un convidado de piedra ante Courtois.