Javier Guillén, 52 años, es desde 2008 el director general de la ronda española, que empieza este sábado. A él se debe el cambio de la carrera que ha resurgido gracias a etapas explosivas. La competición es propiedad del Tour. Este año sale de la capital portuguesa. En 2025 partirá desde el extranjero -se habla de la región italiana del Piamonte- y en 2026 se iniciará en el Principado de Mónaco.
¿Qué espera de esta Vuelta que comienza el sábado en Lisboa?
Espero, sobre todo, muchas emociones, que se mantenga abierta hasta el final y que se convierta en una batalla entre varios corredores entre los que esté al menos un representante del ciclismo español.
Como estaba anunciado no correrán ni Pogacar ni Vingegaard, pero sí lo hará Primoz Roglic.
En efecto. Yo creo que es el gran favorito. Lo avalan su palmarés y su calidad como corredor. Se retiró del Tour por culpa de una caída y llega a la Vuelta después de su recuperación. Pero sí sé que viene con una motivación importante para ganar la carrera por cuarta vez. El año pasado acabó tercero y en 2022 tuvo que abandonar por una caída en Sevilla. Es el máximo candidato al triunfo final, pero estoy convencido que no se lo pondrán fácil, entre otros, Mas, Carlos Rodríguez,
Landa, Yates, Almeida y un ciclista como Carapaz si cambia el chip y se dedica a la general en vez de centrarse en ganar etapas.
También ha recibido un regalo con lazo llamado Wout van Aert?
La presencia de Van Aert ha sido un obsequio de última hora para la Vuelta porque es uno de los grandes animadores del pelotón mundial. Su nombre es sinónimo de espectáculo. Seguro que va a querer protagonismo para incorporar a su palmarés etapas de la Vuelta, carrera que nunca ha corrido. Puede optar a ser el primer líder en la contrarreloj de Lisboa. Ojalá llegue también a la ‘crono’ final de Madrid. Siempre he creído que es un ciclista que si quisiera podría luchar por una general como la de la Vuelta.
El Tour sorprendió con la etapa con tramos sin asfaltar. ¿Hay alguna trampa escondida en esta Vuelta?
Pues sí, la sexta etapa entre Jerez y Yunquera en la provincia de Málaga. Va a sorprender a todos porque nadie se espera encontrar un trazado con tanta dificultad que obligará a los equipos a efectuar un planteamiento especial. Es la etapa tapada de esta Vuelta: dura y sinuosa.
El Tour, incluso el Giro, se pueden disputar sin ciclistas locales entre los favoritos. En cambio, la Vuelta necesita a corredores españoles.
Va con el perfil del aficionado español. Siempre necesitamos a uno de los nuestros luchando en la general, aunque siempre hay excepciones. El año pasado Sepp Kuss, el ganador, caló entre los seguidores al ciclismo porque hablaba perfectamente castellano y ahora también está entre los favoritos. Estoy muy contento porque sé que Carlos Rodríguez, Enric Mas y Mikel Landa pelearán por la victoria frente a los corredores extranjeros.
¿Qué significa salir de Lisboa?
Simplemente Lisboa le da un grandísimo valor a la Vuelta, sobre todo porque fueron ellos quienes nos lo pidieron y no nosotros ofreciéndonos. Si nos lo piden es porque ven en la Vuelta a un evento para promocionarse. Salir del extranjero permite construir historias con los países a los que vamos y de paso nos sirve para crecer. Ya estamos en la misma línea del Tour y del Giro. Que nos pidan salir del extranjero nos da prestigio y es un honor para nosotros.
En 2026 la Vuelta partirá desde Mónaco. Sin embargo, no se sabe nada oficialmente, al margen de rumores, del lugar de salida del año que viene.
No vamos a anunciar nada durante la Vuelta porque los candidatos prefieren no hacerlo ahora. Pero ya está decidido al 99%. Aunque no se pueda comunicar, en 2025 partiremos desde el extranjero. Y también le adelanto a usted que el paso por Catalunya está entre nuestros objetivos para el próximo año.
Si la etapa malagueña es la tapada, ¿Cuál será la subida más dura de esta Vuelta?
Cuitu Negru, en Asturias. Tiene los tres últimos kilómetros más duros de la Europa Occidental para subir en bicicleta. En esta edición seguimos buscando alicientes en etapas llanas con cuestas explosivas al final porque es nuestro ADN desde hace 15 años. En llegadas como la que tendremos en Cazorla se podrán contar cosas más divertidas que si hubiésemos programado un esprint.
Ahora ya nadie tiene miedo a programar llegadas en alto en los primeros días. El Giro llegó a Oropa en la segunda etapa y el Tour pasó por el Galibier a la cuarta. Ustedes empezaron con esta moda.
No hay que olvidar la segunda etapa del Tour que pasó por Bolonia o el año pasado cuando la ronda francesa partió desde Bilbao. Todos vemos que estas etapas al inicio contribuyen al espectáculo sin romper la general.
En cambio, se acortan las contrarrelojes. ¿Habrá un día en la que se verán grandes vueltas sin ‘cronos’?
No lo creo porque las contrarrelojes marcan las diferencias. Para estar en el podio tienes que responder en este tipo de etapas.
¿Induráin ganaría ahora grandes vueltas sin apenas kilómetros de contrarreloj?
Induráin ganaría cualquier tipo de carrera. No tengo duda alguna, aunque comparar épocas siempre es complicado. Eso sí, lo tendría más difícil.