El ictus, la ‘enfermedad’ de la que todo el mundo habla ahora, es el accidente cerebrovascular que provoca la mayoría de las atenciones urgentes en Neurología.
“No hay ningún daño cerebral lo suficientemente pequeño para no tomarlo en cuenta, ni ningún daño cerebral lo suficiente grave como para que no podamos tratarlo”.
El ictus aparece de improviso y se produce porque se detiene de manera brusca el riego sanguíneo en una zona del cerebro. Esta falta provoca la muerte neuronal de la parte afectada y la consecuente pérdida de las funciones que ejecutaban.
Por eso, como explicaba en BuscandoRespuestas.com el doctor Exuperio Díez, catedrático en el Departamento de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Neurología y centro del Ictus del Hospital Universitario de La Paz en Madrid:
- «Actuar rápido es fundamental. Cada minuto que pasa las posibilidades de recuperación se reducen».
Segunda causa de muerte en todo el mundo
El ictus es la segunda causa de muerte en todo el mundo y la primera causa de discapacidad. Este año, 14,5 millones de personas sufrirán ictus y, como resultado, 5,5 millones de personas morirán.
En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada poco más de cinco minutos alguien sufre un ictus, lo que supone unas 110.000 personas cada año. Y de ellas:
- Al menos un 15% fallecerán.
- Y, entre los supervivientes, en torno a un 30% se quedará en situación de dependencia funcional.
Por eso sus secuelas se sitúan en las primeras posiciones en las causas de incapacidad permanente.
Cualquier persona puede sufrir un ictus
Como advierte la doctora Mar Castellanos Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN):
- «Cualquier persona puede sufrir un ictus, desde bebés hasta ancianos. Se estima que, en todo el mundo, un 25% de la población está en riesgo de sufrir un ictus a lo largo de su vida».
Y añade:
- «De todas maneras, se trata de una enfermedad en la que la edad es uno de los principales factores de riesgo, y debido al progresivo envejecimiento de la población española se estima que en los próximos 20 años aumentará cerca de un 40% el número de casos».
«Actualmente en España cada año mueren en torno a 27.000 personas por esta enfermedad».
Una patología prevenible en el 80% de los casos
- La doctora abre una puerta a la esperanza y subraya que «si bien la edad es importante, no es el único factor de riesgo, y más del 80% de los ictus se podrían evitar».
¿Cómo?
Modificando o eliminando algunos hábitos de vida como:
- Dejar de fumar.
- Limitar el consumo del alcohol.
- Realizar ejercicio de forma regular.
- Seguir una dieta mediterránea.
- Evitar el sobrepeso.
- Evitar el estrés crónico.
- Controlar la tensión arterial, el azúcar y el colesterol.
Y es que, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN):
- El 27% de los ictus atendidos en los hospitales españoles corresponden a personas de menos de 65 años
- El 8% a pacientes con menos de 50.
Las graves secuelas del ictus
Se estima que en España, dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus presentan algún tipo de secuela que, en muchos casos, son discapacitantes.
Además de la pérdida de fuerza que suele provocar este tipo de accidentes cerebrales, son muy comunes otros problemas como:
- Depresión (en el 64% de los casos).
- Problemas de memoria, incluida la demencia, ya que el ictus es la segunda causa más frecuente de demencia tras la enfermedad de Alzheimer.
- Afasia: problemas en el habla, la comprensión, la lectura y la escritura que afecta a un tercio de los supervivientes de un ictus.
- Rigidez y tirantez de los músculos que interfiere seriamente en la capacidad para realizar actividades diarias (espasticidad).
De hecho, más un 62% de los supervivientes a un ictus en España tienen problemas de movilidad y casi un 60% tienen problemas para realizar sus actividades cotidianas.
- En todo el mundo, alrededor de 80 millones de personas sufren algún tipo de discapacidad por haber padecido un ictus.
Además, los pacientes que han sobrevivido a esta enfermedad realizan visitas a urgencias o requieren hospitalización con más frecuencia que personas con otras enfermedades crónicas, como cáncer o como secuelas de accidentes.
Detectarlo a tiempo es la clave de la supervivencia
«Estamos pues ante una enfermedad con unos índices altísimos en mortalidad y discapacidad. Pero el mensaje positivo es que, además de que se puede prevenir, como ya hemos dicho anteriormente, hay formas de reducir significativamente su impacto», destaca la doctora Mar Castellanos.
- «Reconocer los síntomas de un ictus, acudir cuanto antes a urgencias, las terapias reperfusoras y el manejo de los pacientes en unidades de ictus, son aspectos que pueden mejorar sustancialmente el pronóstico»
Y es que cualquier síntoma de ictus es una urgencia médica.
- El ictus es una enfermedad tiempo-dependiente, es decir, cuanto más temprana sea su detección, el acceso a las pruebas y al tratamiento, mayor será la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad y mayor también la de superarlo sin secuelas importantes.
Es esencial que la población sepa reconocer los síntomas del ictus y que llame inmediatamente a los servicios de emergencias sanitarias
En este sentido, la activación del Código Ictus en todas las comunidades autónomas y la implementación –aún desigual- de unidades de ictus por todo el territorio estatal han permitido mejorar de una forma muy sustancial los tiempos entre que se detectan los primeros síntomas y se inicia el tratamiento, así como el pronóstico de los pacientes.
- «Pero para conseguir que se active todo este sistema de atención temprana y rápida es esencial que la población sepa reconocer los síntomas del ictus, «y que ante los primeros síntomas debe llamarse inmediatamente a los servicios de emergencias sanitarias. Algo que aún estamos lejos de conseguir»
Y es que uno de los últimos estudios que se han realizado al respecto entre la población española señalaba que solo un 10% de la población sabría definir correctamente qué es un ictus y solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de esta enfermedad.
Es fundamental usar un solo nombre: ictus
«Está claro que el hecho de que a esta enfermedad se la conozca por tantos nombres (accidente cerebrovascular, infarto cerebral, derrame cerebral, apoplejía…) no ha ayudado en esta labor.
Y como insiste en explicar la neuróloga:
- «Por esa razón se está intentando que cada vez sea más común la utilización de un único término, en este caso ‘ictus’, para designar la interrupción de la circulación sanguínea al cerebro, bien por un trombo o bien por un derrame».
Por otra parte, también son muchos los que tienden a pensar en esta enfermedad como una enfermedad cardiaca, cuando en realidad es una enfermedad cerebral.
- «Como lógicamente los síntomas de una enfermedad del corazón no son los mismos que los de una enfermedad en el cerebro, esto tampoco ayuda a reconocer los síntomas correctamente»
Aprendamos a identificar los síntomas, que se producen de forma brusca e inesperada
Desde la SEN quieren recordar que los síntomas del ictus generalmente se producen de forma brusca e inesperada y, aunque su tipología depende del área del cerebro que se vea afectada, los principales son:
- Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.
- Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.
- Alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual.
- Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.
- Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.
Y como explica la doctora, para que todos podamos tener más claro cómo actuar:
- «Aunque la gran mayoría de los pacientes que sufren un ictus suelen presentar una combinación de varios de estos síntomas, el experimentar solo uno de ellos, ya es motivo de urgencia. Así pues, recalcar que ante la aparición de cualquier síntoma sugestivo de ictus debe llamarse inmediatamente a los servicios de emergencias médicas».