Xavi se postra cada día ante el reclinatorio y reza por la salud de Ilkay Gündogan. Se supone que también por la de los demás. Alguien escucha las demandas del entrenador del Barça. Y las atiende, con particular celo en el caso del centrocampista alemán. Es el único jugador que ha participado en todos los partidos de la temporada. En los 42 partidos.
Ruega Xavi por que todo siga así. No solo tiene la simple ocupación garantizada de una plaza, sino que es una ocupación cualitativamente importante por ser Gündogan la pieza que cubría el déficit que había en la plantilla: el pase, la experiencia, la visión, la clarividencia… Virtudes que no le han faltado ni un día al equipo, inyectadas en mayor o menor dosis, con mayor o menor acierto, suficiente, al menor, para el entrenador por el excapitán del City.
Gündogan ha sido titular en 36 de esos 42 partidos. Pero en los otros seis, por una u otra razón, Xavi le empujó al campo.
No existe la dosificación para Gündogan pese a los 33 años de vida y los tiros que ya ha disparado en 15 de carrera profesional. Las rotaciones han pasado por delante de la taquilla del centrocampista turco, capitán de la selección alemana, sin detenerse en ella en contra de todas las supuestas leyes de la prudencia y de la prevención.
El único centrocampista que no se ha lesionado
En un Barça castigado por los percances físicos, solo se han librado de la epidemia Gündogan, Iñaki Peña, Fermín y Vitor Roque, que aún no ha completado un trimestre. El único centrocampista que sostuvo la línea por la que ha desfilado media plantilla para ir tapando boquetes.
Gündogan ha sido titular en 36 de esos 42 partidos. Pero en los otros seis, por una u otra razón, Xavi le empujó al campo. Las suplencias estuvieron perfectamente medidas: ante el Betis, que era previo al debut en la Champions con el Amberes; en Vallecas antes del decisivo duelo europeo con el Oporto; en Amberes, con todo resuelto; en Barbastro y Salamanca, en las dos primeras eliminatorias coperas, y en Balaídos, en vísperas de la visita a Nápoles.
El 88,6% del tiempo
Gündogan, así, ha participado en los 24 compromisos desde agosto hasta Navidad y en los 18 disputados a partir de enero. Es, por tanto, el jugador de la plantilla que acumula más minutos: 3.376 de 3810 posibles, considerados los partidos con una duración de 90 minutos, sin los añadidos eternos. El 88,6% del tiempo de juego para ser precisos. Los siguientes más utilizados con Jules Koundé (3.171) y Robert Lewandowski (3.021).
El uso (o abuso) de Gündogan ha reportado 5 goles en la Liga (el cuarto goleador después de Lewandowski, Ferran y João Félix, y 10 asistencias). El primero fue ante el Madrid, cuando conoció los clásicos de la Liga y denunció cosas que vio y no le habían gustado. Le faltan 12 goles para igualar su récord realizador de los 17 que celebró con el Manchester City en la campaña 2020-21. El de los pases decisivos hace tiempo que lo superó.
El cambio del parón
Invocará Xavi a quien sea para que el parón de selecciones sea incólume para todos los internacionales, desde Gündogan a los demás. El técnico ve ahora “razones para soñar” hasta el final de la temporada y espera no vivir la pesadilla de un nuevo alud de lesiones. El domingo perdió a João Cancelo (no por lesión, sino por un asunto personal) y Andreas Christensen. Dos percances leves que se agravaban porque estaban indisponibles Gavi, Pedri y Frenkie de Jong (tres centrocampistas), Balde y Ferran; Marcos fue convocado después de tres meses de inactividad.
Son pertinentes las oraciones de Xavi porque los compromisos de las selecciones interrumpen el ritmo y el trabajo de los entrenamientos. El Barça anda especialmente sensible por los percances que han sufrido sus futbolistas. Ter Stegen y Gavi ha sido dos casos relevantes, como en el pasado lo fueron Koundé, Araujo o De Jong.
La debilidad de la espalda
Y con la selección alemana dio un susto Gündogan en septiembre, en una mala caída, aunque no fue titular ante el Betis. El talón de Aquiles del pensador de Gelsenkirchen está en la espalda. Se la dañó jugando con Alemania frente a Paraguay en agosto de 2013. La prehistoria. Estuvo aquella temporada (2013-14) en blanco (sólo los tres primeros partidos, hasta que se lesionó en el estreno de la Bundesliga), se perdió el Mundial de Brasil 2014 y reapareció en octubre de ese año.
“Eso fue definitivamente peor que mi lesión de rodilla [se rompió los cruzados poco después de llegar a Manchester en 2016]. Estuve fuera durante 14 meses, pero lo desesperante fue que nadie sabía realmente qué tipo de lesión era. Vi a un cirujano y quería ponerme un gran tornillo en la espalda que no me permitiría jugar al fútbol a este nivel”, explicó en una entrevista concedida al ‘The Guardian’.
“Por supuesto que todavía tengo que lidiar con problemas, pero me siento lo suficientemente bien“, añadía, matizando. Problemas que requieren cuidados y trabajo de prevención. Problemas que no le han debilitado cuando su cuerpo acumula más de 600 partidos y miles de entrenamientos como profesional. Xavi no guardará el reclinatorio.