El Fútbol Club Barcelona se desprende de Ilkay Gündogan, quien ha decidido regresar al Manchester City para reencontrarse con Pep Guardiola. Llego de allí hace un año convencido de que en Barcelona encontraría estabilidad y felicidad deportiva, además de económica porque le ofrecía un contrato largo (junio 2025), con opción a otro año más. Pero Gündogan, tan solo 12 meses después, ya está de vuelta hacia Inglaterra.
El acuerdo, revelado por Pol Ballús en ‘The Athletic’, ya está cerrado y se haría oficial en la próximas horas. Firmará por el club inglés hasta 2025, con opción a otra temporada más. Además, el alemán planea también convertise, una vez acabe su carrera deportiva como futbolista, en entrenador, por lo que volver a trabajar con Guardiola le supone otro aliciente extra. No solo en el campo sino también en la gestión desde el vestuario.
Y el Barça se libra de un problema. Se saca de encima un problema, sobre todo, financiero. De ahí que le conceda la carta de libertad al centrocampista alemán. Libre vino del City. Libre se va del club azulgrana, incapaz de asumir su elevado salario, en torno a los 20 millones de euros brutos anuales, uno de los más altos de la plantilla junto al de Lewandowski y Frenkie de Jong.
Para retornar a Inglaterra, el jugador renuncia a los dos años de contrato que le quedaban en el Barça. Inicialmente firmó hasta 2025, pero al jugar más del 60% de los partidos en su primera temporada se le ampliaba hasta junio de 2026. Pero Gündogan no quería estar en un club donde no querían -ni Laporta, ni Deco, ni Flick- que estuviera como se le ha hecho saber por diferentes vías, facilitando él mismo, además, su salida.
Esa ha sido la jugada diseñada por Deco, el director deportivo del Barcelona, que ha contado con la complicidad del técnico Hansi Flick para liberar el ‘fair play’ necesario para inscribir a Dani Olmo. Se libra el Barça de una ‘mochila económica’, que le resultaba inasumible, firmada hace apenas un año por la directiva de Laporta.
Y se libra Flick también de un jugador con carácter y enorme personalidad, capaz de decir las cosas de forma clara, sin refugiarse en la diplomacia o en los tópicos. Dijo el técnico que prefería que ‘Gundo’ se quedara, pero días más tarde ya no estará en Barcelona.
Así denunció Gündogan detalles que no le habían gustado en el vestuario cuando tan solo llevaba cuatro meses en el club, justo después de la derrota en el clásico contra el Madrid en Montjuïc (1-2). Ocurrió en octubre pasado. Así criticó Gündogan a Araujo por su decisión de cometer falta sobre Barcola, que le costó la expulsión en la vuelta de los cuartos de final con el Paris SG en Montjuïc. Y la eliminación europea. Sucedió en abril.
La llamada a Guardiola
Su excelente rendimiento deportivo -51 partidos de 53 posibles, el jugador más usado por Xavi, cinco goles y 14 asistencias, el que más dio- no le ha permitido al centrocampista alemán seguir en Barcelona. Era imprescindible su salida para encajar las piezas que pedía Flick, sobre todo Dani Olmo. Este movimiento del Barça ha molestado a Gündogan, sobre todo por las filtraciones que salían desde dentro, haciendo ver que era él quien deseaba irse.
Es, en realidad, todo lo contrario. Ha sido empujado a salir en los últimos días del mercado. Lo primero que hizo el alemán fue descolgar el teléfono y llamar hace unos días a Pep Guardiola, según reveló SER Catalunya. Y escuchó lo que quería escuchar. Lo que necesitaba escuchar: ‘Puedes volver’, le dijo el técnico del City, satisfecho por reencontrarse con su antiguo capitán.
No quiso Pep que se fuera hace un año porque no solo era una de sus referencias en el campo sino también pilar fundamental en la convivencia del vestuario. Aunque entendió y comprendió el deseo de Gündogan de irse al Barça, uno de los clubs en los que siempre había soñado jugar.
Por eso, al recibir la llamada de Gündogan, Guardiola no tuvo duda alguna. Lo quería de vuelta. Y de forma inmediata, sacando al alemán de un buen problema porque ahora, a punto de cumplir 34 años (lo hará en octubre) quería mantenerse en la elite, desechando ofertas de mucho mayor nivel económico. Pero de países donde descendería, y mucho, su nivel competitivo. A Inglaterra regresa, superado por todo lo que ha vivido en estas últimas semanas en Barcelona. Sin entender nada de lo que ha ocurrido hasta colocarlo en el avión de vuelta a la Premier.
Vuelta a casa
De momento, guarda su enfado. No lo transmite públicamente, feliz, eso sí, de regresar al City, sacrificando el salario que tenía en el Barça, consciente de que necesitaba la carta de libertad para volver a Manchester. Del club al que llegó (Xavi en el banquillo; Mateu Alemany y Jordi Cruyff en la dirección deportiva) ya no queda nadie.
En Inglaterra sigue estando, en cambio, Guardiola, quien le abrió las puertas del vestuario para acogerlo en el club y en la ciudad en la que fue feliz. También lo era en Barcelona, pero le han empujado a marcharse. Estuvo el alemán siete años en el Etihad Stadium, donde logró 14 títulos: 1 Champions, 5 Premiers, 2 FA Cup, 4 Carabao Cup y 3 Community Shields.
Hace un año, cuando dejaba el City, Txiki Begiristain, secretario técnico, dejó una frase que resultó premonitoria. “Ilkay ha sido un jugador maravilloso para el Manchester City. Deja a nuestro club en un punto muy alto al habernos capitaneado en un triplete histórico. Nos deja sabiendo que siempre será bienvenido a este club”, afirmó. Y ahí vuelve.