Igual que las grandes superficies comerciales tienen su época de rebajas, el Giro ha entrado en etapa de fugas. Sucede así cuando llegan días de montaña con la general absolutamente sentenciada, cuando hay un corredor como Tadej Pogacar que no deja toser a nadie y ningún ciclista rival se atreve a lanzarle siquiera un estornudo. Es entonces cuando se producen escapadas que llegan a alcanzar el cuarto de hora, porque Pogacar tiene el Giro atado y bien atado.
Casi se podría decir que sobran jornadas como la de este viernes, por mucho que hubiera puertos en la fase final, porque está todo resuelto y, al menos, pueden destacar corredores que difícilmente tendrían la oportunidad de intentar lucirse si quedasen tres días y la clasificación estuviera en un puño, dándose de tortas entre los favoritos.
La furia de Alaphilippe
Es lo que ocurrió en la 19ª etapa que llegaba a Sappada cuando desde la fase inicial se formaron fugas; la que se jugó el triunfo llegó a agrupar a 22 corredores que gracias, sobre todo, a la furia del incombustible Julian Alaphilippe se fue rompiendo como un cascarón. Y, de ellos, el mejor, el más fuerte, el más pícaro, el más estratégico y el que supo coordinar potencia de piernas con inteligencia fue el italiano Andrea Vendrame, que se anotó el triunfo en solitario.
No pudo contrarrestarlo Pelayo Sánchez. El ciclista del Movistar ha sido un gran descubrimiento en este Giro. Fue el ganador de la etapa que circuló por caminos sin asfaltar. Ese día derrotó a Alaphilippe en el esprint y hasta se pudo pensar que lograba la victoria porque el astro francés ya había entrado en decadencia. Qué lejos de la realidad por lo que luego ha apuntado Alaphilippe, inconformista, siempre en fuga, vencedor de una etapa y que ha sido uno de los mayores alicientes de este Giro al margen, claro está, de Pogacar. Hasta el punto de que sólo él se merece el título de ciclista más combativo de la carrera.
Pelayo Sánchez, segundo
Sánchez fue el segundo del día y aunque no se llevase la victoria siempre es de reconocer el esfuerzo para conquistar la segunda plaza cuando son muchos los escapados, cuando más que colaborar se atacan entre ellos, porque no les vale con llegar destacados y porque no son fugas que se hagan para posicionarse en la clasificación general, ya que si alguno de ellos fuera un ciclista que inquietase a Pogacar, su equipo no habría permitido que la ‘maglia rosa’ llegase a un cuarto de hora de Vendrame.
Y hasta fue tanta la relajación, cuando Vendrame ya había cruzado la meta, que Geraint Thomas se despistó, miró hacia atrás, se fue al suelo y casi tumba a Pogacar y Daniel Martínez que iban a su lado. Al pelotón de la ‘maglia rosa’ le faltaban 6 kilómetros por cubrir. Si el ciclista galés enlazó fue debido a la tranquilidad reinante.
Queda sólo una etapa de montaña, muchísimo más dura que la superada este viernes, y que habría resultado decisiva en el que caso de que el nombre del ganador no estuviera resuelto. Sin embargo, está abierta la pelea por la segunda posición que ahora ocupa el corredor colombiano Daniel Martínez. Siempre queda por saber la decisión que tomará Pogacar. Si no deja partir la escapada como este viernes el fenómeno esloveno será el favorito y se anotará la sexta victoria en la carrera, como Eddy Merckx en 1973.