Desde el minuto 1, léase primera etapa, ya se sale a ganar una carrera de una semana como es la París-Niza. No vale, como antaño, tomarse las primeras etapas en plan calentamiento, que se luzcan los especialistas, para empezar a ganar la prueba cuando llega la montaña, siempre al final, cuando se programa lo aparentemente más complicado.
Esta era la mentalidad de los padres de los actuales ciclistas, los que ahora se colocan sobre las bicis con París en el horizonte para unir a lo largo de ocho etapas la capital francesa con la principal ciudad de la Costa Azul, una Niza que este 2024 tiene un protagonismo ciclista muy especial, porque allí acabará el Tour por primera vez en la historia. Los Juegos estarán muy cerca y habrá bastante lío en París con la cita olímpica para que el domingo antes de encender la antorcha lleguen los corredores a los Campos Elíseos.
La doble cita
Por eso, este año Niza tendrá una doble cita como final de una ronda ciclista, primero el aperitivo con la ‘carrera del sol’ y en julio con la magia del Tour y una contrarreloj desde la vecina Mónaco para ejecutar la última sentencia si la situación no está clara antes de llegar a la Costa Azul.
Y a la ruta invernal, hacia el Mediterráneo, en la París-Niza, se han apuntado Primoz Roglic y Remco Evenepoel. El astro esloveno ya sabe lo que es ganar esta carrera, mientras que el prodigio flamenco jamás hasta ahora había disputado una prueba por etapas en territorio francés. Son los dos máximos favoritos para el triunfo final y para revivir el duelo que protagonizaron el año pasado en la Volta.
Primer aviso
La primera etapa de la París-Niza acabó en esprint, lo cual no era nada inesperado. La victoria se la llevó el velocista neerlandés Olav Kooij, primer líder de la carrera. Se permitió la licencia de derrotar al danés y excampeón del mundo Mads Pedersen, que era el gran favorito.
El trazado estaba plagado de pequeñas cotas, un terreno que podía permitir algún lucimiento, que alguien quitase el polvo a su bicicleta. Y así fue. A 17 kilómetros de la llegada apareció Evenepoel para pillar desprevenido a Roglic y arañar en un esprint intermedio 4 segundos de bonificación a su rival esloveno. Luego, con una cota de montaña en el guion final, Evenepoel se puso en situación de ataque, pero ya no sorprendió a un Roglic que sólo se dejó engañar una vez.
Fue interesante comprobar que Egan Bernal, que ya fue tercero en O Gran Camiño hace una semana, sigue demostrando que ya está en la senda de los mejores del pelotón, pues fue rápido y estuvo atento a la reacción de Evenepoel.
Este lunes la etapa invita a menos movimientos con la programación de un nuevo esprint, pero habrá que estar atento también a la Tirreno-Adriático, hasta el domingo. La prueba italiana empieza con una contrarreloj de 10 kilómetros que servirá para ver cómo la afronta Jonas Vingegaard después de su victoria en Galicia. Es el gran favorito en una carrera organizada por el Giro, que siempre coincide con la París-Niza, propiedad del Tour. Parece mentira que no se pongan de acuerdo y la programen siempre en la misma semana. Al menos, los horarios -la Tirreno-Adriático (por Eurosport)- finaliza un poco antes que la París-Niza que se puede seguir por Teledeporte y también por Eurosport.