Sevilla es un destino que atrae a millones de visitantes cada año. No solo turistas, sino que los propios sevillanos son los primeros que disfrutan saliendo a conocer todos los rincones de la ciudad y, ¿por qué no?, fotografiarse en ellos. Pero más allá de sus monumentos famosos y sus puntos turísticos conocidos, Sevilla alberga un conjunto de calles menos transitadas aunque igualmente cautivadoras, perfectas para capturar en fotografías y compartir en las redes sociales.
En este recorrido exploramos callejones pintorescos, pasajes escondidos y rincones llenos de historia y encanto. Descubre cómo la combinación de arquitectura tradicional, vegetación exuberante y detalles únicos convierten a estas calles en verdaderos escenarios para tus fotos de Instagram.
Calle Verde
Si alguna vez te has aventurado por la Judería, es probable que hayas paseado sin darte cuenta por la Calle Verde, un rincón encantador que une la avenida Menéndez Pelayo con la calle Céspedes. A simple vista, no parece destacar por grandes monumentos o fachadas imponentes; sin embargo, su encanto reside en su estrechez, su arquitectura tradicional y la exuberante vegetación que asoma entre los muros.
Situada en el Barrio de San Bartolomé, esta calle peatonal se encuentra cerca de la parroquia de San Bartolomé y está flanqueada por edificios residenciales de baja altura. Pero lo que realmente la distingue es el colorido de la vegetación que se filtra desde los patios interiores de las casas, donde el silencio predomina sobre el bullicio de la ciudad. Uno de los tesoros escondidos que se pueden vislumbrar desde esta calle es el Patio de la Casa de los Padilla, que ahora se ha transformado en un encantador hotel.
El Paseo de la O
Ubicado en el barrio de Triana, el Paseo de la O emerge como uno de los lugares más fotogénicos y encantadores de Sevilla. A lo largo de las orillas del río Guadalquivir, este paseo ofrece una combinación perfecta de historia, arquitectura y belleza natural que cautiva tanto a los visitantes como a los amantes de la fotografía.
Desde este punto privilegiado, las vistas del río Guadalquivir y del Puente de Triana son simplemente impresionantes, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada baña el paisaje y crea una estampa digna de ser inmortalizada en una fotografía. Pero más allá de su paisaje natural, el Paseo de la O está rodeado de encantadoras casas blancas adornadas con exuberante vegetación, que sirven como el telón de fondo perfecto para capturar momentos únicos y añadir un toque de autenticidad a cualquier instantánea.
Callejón del Agua
Conocido antiguamente como «Muro del Agua», este callejón es una reminiscencia del pasado histórico de Sevilla que no muchos conocen. Este «adarve» (una calle adosada a la muralla de la ciudad) llevaba en su interior dos tubos que conducían el agua de los Caños de Carmona hasta los jardines de los Reales Alcázares; de ahí el nombre de la calle.
La mayoría de la calle está cubierta por estructuras metálicas de las que crecen plantas. Y es que este callejón no carece de sitios con valor histórico. En cada esquina, podemos encontrar placas conmemorativas en las fachadas de las viviendas, y en el número 2, se erige una escultura en honor al escritor estadounidense Washington Irving. Dentro de este edificio, hay un hermoso patio, reconocido como uno de los más fotografiados entre los que pertenecieron a las antiguas residencias nobles de la ciudad.
Calle Habana
La calle Habana, que forma parte de la antigua Real Casa de la Moneda, es otro de los enclaves más curiosos y desconocidos de la ciudad. Aunque aparentemente parezca una plaza, en realidad abarca el espacio que marca el límite de una amplia calle en La Habana, que en el pasado fue el Patio de Mercaderes de la Real Casa de la Moneda.
Aunque hoy en día es un núcleo residencial, la Calle Habana conserva el encanto de su época, transportando a los visitantes a la Sevilla del siglo XVI. Sus arquerías, su solería empedrada y su toque castellano hacen que recorrer esta calle parezca un viaje en el tiempo a aquella época. A pesar de que el arco de entrada principal se encuentra tapiado, esta calle sigue siendo un lugar de obligada visita,.
Calle Mármoles
En el Barrio de San Bartolomé, la Calle Mármoles guarda un tesoro arqueológico que pocos conocen. Entre sus estrechas calles, se encuentran las columnas que son vestigios del pasado romano de la ciudad, que se remonta a los siglos I, II o III d.C.
Aunque hoy en día solo quedan en este lugar tres de las seis columnas originales, estas impresionantes estructuras de granito egipcio son testigos de la historia de Sevilla. Dos de ellas, adornadas con figuras de Hércules y Julio César, fueron trasladadas a la Alameda de Hércules en el siglo XVI, mientras que la otras restante se fracturó en el traslado al Real Alcázar que ordenó el rey Don Pedro I.
Sin embargo, estas columnas permanecen como un recordatorio del pasado glorioso romano de la ciudad, ofreciendo además a los visitantes un marco idílico para compartir en las redes sociales.
Pasaje de la Valvanera
El Pasaje de la Valvanera, una obra que data de 1930, es un curioso enclave del barrio de la Macarena. Esta construcción, que se asemeja a una versión contemporánea de una casa de vecinos, conecta la calle San Luis con Relator, a través de un recorrido visualmente sorprendente.
Desde su entrada a través de un postigo en la calle San Luis, el pasaje atraviesa una galería que poco a poco se transforma en un espacio lleno de vida y color. Con las casitas de colores del patio interior, las barandillas adornadas con macetas y la presencia de exuberante vegetación que se entremezcla con el colorido de las viviendas, se crea el escenario perfecto para capturar en una foto.