El 5 de septiembre de 1998 se vivió uno de los días más convulsos en la historia de la selección española. El equipo que dirigía Javier Clemente tocó fondo con una derrota en Chipre (3-2), a la vuelta del fracaso en el Mundial de Francia 1998, y el ridículo le costó la cabeza al técnico de Barakaldo. España jugará de nuevo en la isla 25 años después y este referente ha sido útil a Luis de la Fuente para evitar confianzas.
La realidad indica que la diferencia entre las dos selecciones es sideral. El 6-0 en Los Cármenes habló por sí solo. España lidera el grupo, con una sola derrota ante Escocia, mientras que Chipre ha perdido sus siete perdidos con un lamentable balance de 2 goles a favor y 27 en contra. Los números no pueden ser más contundentes.
España tendría motivos de sobras para sentirse confiada, pero Luis de la Fuente está apretando a los suyos como si se tratara de un partido más oficial. En realidad, la Roja tiene algo en juego como es mantenerse como primera de grupo y aspirar a ser cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa 2024 que se celebrará el 2 de diciembre en Hamburgo.
El combinado español logró su billete para Alemania con su última victoria en Noruega. Ahora le queda cerrar la última ventana del año ante Chipre este jueves y el próximo domingo frente a otra cenicienta como Georgia en Valladolid.
De la Fuente quiere evitar a toda costa que sus pupilos se tomen estos duelos como unos meros trámites. Incluso, el técnico habló de salir como si fuera “una final”, una exageración quizá necesaria como elemento motivador.
Evitar líos
El seleccionador conoce muy bien el complejo entorno de la selección española y cualquier tropieza tiene unas dimensiones brutales. España no se puede permitir el lujo de pinchar en Chipre. Sería un descrédito, a pesar de haber ganado la UEFA Nations League y haber logrado la clasificación para la Euro’24 con dos jornadas de antelación.
Luis de la Fuente piensa alinear a un equipo plenamente competitivo. Quizá descansen los dos jugadores que han llegado entre algodones, Ferran Torres y José Luis Gayà, aunque este miércoles ya pudieron participar del entrenamiento celebrado en Limasol. El riojano tiene a los 25 convocados disponibles, por lo que deberá hacer dos descartes ya que solo se permite la inscripción de 23 futbolistas.
Un once reconocible
La mejor forma de dar seriedad al partido será, por ejemplo, situando a Unai Simón bajo palos, el habitual dueño de la portería, y no hacer probaturas. La oportunidad para David Raya, quien se ha ganado el sitio en un grande de Europa como el Arsenal, quizá le llegue en Valladolid.
En defensa, la principal novedad puede ser la presencia de Iñigo Martínez, en gran momento de forma, por el lesionado Laporte, mientras que Grimaldo tiene muchos números de debutar con la absoluta en el lateral izquierdo para proteger a Gayà.
En la medular, Rodri es el dueño del pivote y el eje principal de España. Gavi es otro fijo, mientras que Mikel Merino y Fabián se disputan, como es habitualmente, el puesto del otro interior.
Arriba, el capitán Morata parece fijo, mientras que los extremos pueden ser para los dos niños, Lamine Yamal y Nico Williams, si bien Oyarzabal también tiene opciones de colarse en la zona izquierda.
En el caso de Lamine, cumplirá su tercer partido con la absoluta y solo le faltará uno para no poder ser reclamado por Marruecos. Un requisito que la Federación quiere liquidar en esta ventana para evitar sustos de futuro.
Posibles alineaciones
Chipre: Mall, Andreou, Karo, Gogic, Kyprianou, Iannou, Spoljanic, Kousoulos, Kyriakov, Christofi y Kostang
España: Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Iñigo Martínez, Grimaldo, Rodri, Merino, Gavi, Lamine Yamal, Morata y Oyarzabal
Árbitro: Mykola Balakin (ucraniano).
Estadio: Limassol Stadium
Hora: 18.00 h.