La enfermedad neumocócica invasiva es grave y está provocada por la Streptococcus pneumoniae.
Conocida como la bacteria del neumococo, es una de las principales causas de infecciones respiratorias agudas e invasivas, como la neumonía, en todas las edades.
Además de neumonía, la enfermedad neumocócica puede provocar otras afecciones como:
- Otitis media
- Meningitis neumocócica
- Bacteriemia
- Septicemia.
Este tipo de infecciones afecta fundamentalmente a dos grupos de población: los niños y las personas de más edad, y es la responsable de un elevado número de hospitalizaciones.
De hecho, los estudios demuestran que las tasas de hospitalización por esta bacteria en niños de hasta 1 año fueron de 18,6 casos por cada 10.000 habitantes, disminuyendo con la edad hasta la adolescencia y volviendo a aumentar con la edad hasta alcanzar los 65,75 casos por cada 10.000 en los mayores de 85 años.
¿Qué es la neumonía bacteriana?
La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Puede estar provocada por virus (gripe, virus respiratorio sincitial, rinovirus, entre otros), hongos o, como en este caso, la bacteria del neumococo.
Como consecuencia de la infección, los pulmones se inflaman y acumulan agua o pus, lo que provoca síntomas como:
- Dolor torácico al respirar o toser.
- Tos con flemas.
- Fiebre alta.
- Dificultad para respirar.
- Náuseas o vómitos.
Hablamos de una infección grave, cuyo diagnóstico se realiza mediante una auscultación y la realización de una radiografía torácica. Y aunque existe tratamiento para curarla, los antibióticos, lo cierto es que se debe vigilar muy de cerca porque puede producir graves complicaciones como:
- Bacteriemia: las bacterias causantes de la neumonía pasan a la sangre poniendo en riesgo el resto de los órganos.
- Insuficiencia respiratoria grave.
- Derrame pleural: acumulación de líquido alrededor de los pulmones.
- Absceso pulmonar. Formación de pus en el pulmón.
La importancia de la vacunación
Para evitar la infección por la bacteria neumocócica y, por tanto, todas las complicaciones que puede suponer, la prevención es esencial.
Afortunadamente, en España, el uso de las vacunas conjugadas neumocócicas ha contribuido a una disminución en la incidencia de los serotipos vacunales causantes de enfermedades invasivas y no invasivas, tanto en niños vacunados como en no vacunados y en adultos.
“La vacunación sistemática contra el neumococo en niños ha representado un antes y un después al reducir la carga de enfermedad y los casos más graves”
Y tal y como explica el doctor Fernando Baquero Mochales, Profesor de Investigación en el Área de Biología y Evolución de Microorganismos, Instituto Ramón y Cajal de Investigaciones Sanitarias (IRYCIS), Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal, e investigador del grupo 33 del Centro de Investigación Biomédica en Red en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP):
- “Los más vulnerables son los niños menores de 5 años y, en particular, los menores de 2 años. El desarrollo de vacunas conjugadas antineumocócicas representa un gran avance, ya que aportan mayor protección a largo plazo y actúan sobre la nasofaringe de los niños, que es el principal foco de transmisión de la enfermedad”.
Además de las vacunas, los especialistas señalan otras medidas de protección frente al Streptococcus pneumoniae, como la higiene de manos y dejar el tabaco.
Aumento de casos en el último año
Pero a pesar de disponer de estas vacunas lo cierto es que entre el año 2022 y 2023 los especialistas han notado un aumento de casos.
Mientras que en 2020, primer año de la pandemia, se produjo una marcada reducción de los casos de enfermedad neumocócica invasiva en el grupo de edad de menos de 2 años, en 2022, coincidiendo con el fin de las medidas no farmacológicas, se observó un restablecimiento de los niveles prepandémicos.
De hecho, entre 2022 y 2023 se ha observado un aumento importante del serotipo 3 en niños, convirtiéndose también en el dominante en adultos mayores de 65 años.
- “Teniendo en cuenta el carácter evolutivo de la bacteria, resulta imprescindible contar con sistemas robustos de vigilancia epidemiológica para evaluar en cada momento los serotipos más prevalentes y así poder modificar las estrategias incorporando las vacunas que mejor respondan a las necesidades de cada momento”,