El Real Valladolid logró su objetivo, regresar a Primera, en un final de partido de infarto, en el que los vallisoletanos lograron los dos últimos goles en el tiempo de añdido, con Sylla como protagonista, con un gol, de penalti, que dio la victoria a su equipo y, con ella, el ascenso directo.
El cuadro blanquivioleta salió con una novedad, bien recibida por los aficionados, la de Sylla en punta de ataque, y la de Anuar, como extremo izquierdo, para dejar a Raúl Moro en la derecha. Un equipo de garantías para afrontar un choque determinante.
Los castellonenses solo dispusieron un cambio respecto a la anterior jornada, con Lekovic por Gelardo en el centro de la defensa. Y dejaron claro, desde el inicio, que no habían llegado a Zorrilla a ser convidados de piedra.
Los vallisoletanos se encontraron con un rival bien plantado y hasta el minuto 27 no se pudo ver el primer disparo a puerta, de falta, que fue detenido por el meta visitante, sin demasiada dificultad.
La grada cantaba un gol de Sylla, en el minuto 30, tras saque de falta de Monchu, que cabeceaba al fondo de la red. Pero lo había hecho en fuera de juego, por lo que fue anulado, aunque al menos sirvió para que el público despertase.
El filial del submarino amarillo aplicaba bien las directrices, frenando la movilidad de los jugadores con desborde del Real Valladolid, como Moro, lo que impidió fluidez en la circulación del balón, y además no renunciaba a sus opciones de ataque.
De hecho, llegó también el primer lanzamiento a puerta del conjunto visitante, de Ontiveros, que obligó a Masip a intervenir. Y con ese “nadismo” y el mismo marcador inicial, los jugadores se fueron a los vestuarios.
El intenso marcaje de los de Miguel Álvarez frenaba cualquier intento de los locales de llegar al área contraria y buscar opciones de gol. Los 24.765 espectadores -la mejor entrada del curso- empezaban a impacientarse y a pedir más entrega a su equipo.
No pudo ser otro. Moro inauguró el marcador, con una finalización perfecta, después de recortar, amagar y disparar directamente a portería, sorprendiendo a Iker Álvarez, tras una jugada iniciada, por la banda derecha, por el recién incorporado Iván Sánchez.
Con esa ventaja, el Real Valladolid optó por guardar la ropa. Y cuando juegas a especular, lo que sucede es que, en una de las pocas llegadas del Villarreal, Lekovic logró rematar, ante la pasividad de la zaga local.
El despropósito local no se quedó ahí. El Villarreal B aprovechó otra falta de atención de la defensa blanquivioleta, que se quedó mirando, a la espera de que se señalara una falta a favor que no llegó, y Lekovic batió a Masip y dio la vuelta al resultado.
Volvía el “Pezzolano dimisión”, pero no estaba todo dicho. En el tiempo de prolongación Meseguer equilibró de nuevo el choque con un remate de cabeza. El Real Valladolid se volcó en los compases finales, sabedor de que el Eibar perdía en campo del Sporting de Gijón.
Iván Sánchez remató a un palo y en la siguiente jugada el colegiado señaló penalti, por mano. Sylla marcó desde los once metros y dio el ascenso a un equipo que sacó sus mejores armas en los últimos momentos, ante un rival que no se rindió y que pudo empatar de nuevo con un disparo de Pascual que repelió un poste.